A la vista de cómo avanzan las primarias del Partido Republicano en Estados Unidos, donde la figura de Donald Trump parece no tener rival, y según las encuestas, que sitúan a Trump bastante por delante del presidente demócrata Joe Biden, pese a todos sus líos judiciales y financieros, la posibilidad de un nuevo mandato del republicano parece cada vez más próxima y certera. Ya nos lo advirtió Timothy Garton Ash en octubre: Si Biden no se retira, el mundo debe prepararse para un presidente Trump 2.0 (aunque sobre la idoneidad de la candidatura demócrata hay más discrepancias). Haciendo bueno el dicho de “prepárate para lo peor y espera lo mejor”, son muchos los expertos que vienen alertando de la necesidad de hacer cambios para afrontar un segundo mandato de Trump.
En el caso de la Unión Europea, Arancha González Laya, decana de la Escuela de Asuntos Internacionales, Sciences Po y exministra española de Asuntos Exteriores, necesita enfatizar tres áreas prioritarias: defensa, economía y protección de la democracia en sus propios Estados miembros. “El escenario actual hace mucho más peligrosa una segunda presidencia de Trump. La mejor defensa europea será una gran ofensiva de integración. Cuando nos hemos enfrentado a crisis existenciales en el pasado, una mayor unión siempre nos ha protegido. Las elecciones europeas de junio van de eso”, sostiene en Cómo blindar a Europa ante el retorno de Trump.
Luuk van Middelaar, que dirige el Instituto de Bruselas para la Geopolítica (BIG), también cree que Europa debe “dejarse de medias tintas” y para ello considera crucial quién sea su interlocutor al frente del Consejo Europeo, un cargo que se decidirá después de las elecciones europeas de junio. “Una acción estratégica sería encontrar para ese crucial puesto a alguien con la experiencia y la autoridad necesarias para, posiblemente, hacer frente a Trump a partir de enero de 2025. Vienen a la mente algunos nombres, entre ellos el de un personaje del que se habló recientemente, Mario Draghi”, escribe. Puede leer aquí su tribuna completa.
En esta tesitura, son muchas las áreas bajo. El peor escenario, según Joaquín Estefanía, es que una nueva victoria de Trump “podría poner en peligro los fundamentos de la democracia misma, como se mostró en el asalto al Capitolio (y que está en el centro de la estrategia de Putin con Ucrania), acompañada de una Europa donde si una masa crítica de partidos de extrema derecha entra en el Parlamento Europeo podría bloquear una respuesta comunitaria ante problemas como los que están encima de la mesa, como una globalización y una transición climática puestas en cuestión”, aseguraba en Trump de nuevo en la Casa Blanca, abismo entre EE UU, Europa y China.
Eso ya empieza a suceder. EL PAÍS analizaba en el editorial Ataque republicano a la sostenibilidad que la decisión de las cuatro principales firmas financieras de EE UU, que han cedido a la presión del partido de Trump y reducido su compromiso medioambiental. “El lobby antiecológico es una realidad y la lucha contra el cambio climático puede ser otra de las víctimas colaterales de una posible victoria trumpista en las elecciones presidenciales de noviembre. La sostenibilidad puede pasar a la clandestinidad en los Estados Unidos de Donald Trump”, remataba.
Así que es mejor, estimado lector, que se vaya haciendo a la idea de lo que está por venir, con la esperanza de que finalmente todo quede en un susto. Ya que este febrero nos deja un día de regalo, lo mismo encuentra un hueco para leer algunos de los artículos que hemos publicado en Opinión. ¡Feliz semana! |