[GALICIA, DICIEMBRE 2025] — Los fríos números de las incautaciones de drogas, que muestran la intervención de más de 100 toneladas de hachís y decenas de miles de kilos de cocaína en años clave, exponen una realidad innegable: la "Guerra contra las Drogas" basada exclusivamente en la prohibición ha fracasado en su objetivo principal: erradicar el mercado ilegal.
El panorama, lejos de mejorar, se diversifica con la aparición de drogas sintéticas y farmacológicas, tal como revelan los datos de 2024. Ante esta persistencia del problema, el debate ya no es sobre si las drogas son dañinas, sino sobre qué política es menos dañina para la sociedad: ¿mantener la persecución penal a toda costa, o abrir la puerta a la regulación controlada?
Argumento 1: La Defensa de la Prohibición (Perseguir)
La postura prohibicionista se sostiene en una premisa moral y de salud pública: cualquier forma de legalización normalizaría el consumo y enviaría un mensaje permisivo a la sociedad, especialmente a los menores.
1. Riesgo Sanitario y Aumento del Consumo: Los defensores del modelo actual advierten que la legalización, inevitablemente, llevaría a un aumento del consumo y de los problemas de adicción asociados. Señalan el precedente de algunas regiones con cannabis legalizado donde, según informes internacionales, se ha incrementado el consumo en adultos y la percepción de riesgo ha disminuido. Además, el Estado no debería ser un facilitador de sustancias nocivas.
2. Cumplimiento de Convenios Internacionales: España, como muchos otros países, está ligada a las Convenciones de las Naciones Unidas que clasifican ciertas sustancias (como la cocaína y el cannabis) como altamente adictivas y prohíben su uso no médico o científico. Cambiar la política interna supondría un conflicto con el marco legal global.
3. El Mercado Negro se Reajusta, No Desaparece: Un argumento clave es que el crimen organizado no desaparecería; simplemente migraría a otras actividades ilícitas (extorsión, tráfico de personas) o ajustaría su negocio para proveer a los menores o vender productos más baratos y potentes que los regulados.
Argumento 2: La Opción de la Regulación (Legalizar)
Frente a la ineficacia del prohibicionismo, los partidarios de la legalización argumentan que la principal víctima de la prohibición no es la droga, sino la seguridad, la salud pública y el sistema judicial.
1. Desfinanciación del Crimen Organizado: El argumento más fuerte a favor de la legalización es que asestaría un golpe directo a la fuente de financiación de las mafias. Si el Estado regula el mercado, miles de millones de euros generados por las incautaciones masivas de cocaína y hachís dejarían de engrosar las arcas del narcotráfico, mermando su capacidad de generar violencia y corrupción.
2. Un Asunto de Salud, No de Prisión: Al sacar la venta de la clandestinidad, los recursos dedicados actualmente a la persecución policial y judicial de eslabones menores de la cadena se podrían reasignar a la prevención, la educación y, sobre todo, al tratamiento de adicciones. El enfoque pasa de ser un problema criminal a ser un problema de salud pública.
3. Control de Calidad y Nuevas Drogas: La clandestinidad, como lo demuestran las incautaciones de Ketamina y otras sustancias sintéticas emergentes, hace que el consumidor desconozca la pureza y potencia de lo que consume, aumentando el riesgo de sobredosis y envenenamiento. La regulación permitiría al Estado establecer estándares de pureza, concentración (como el THC en el cannabis) y etiquetado, protegiendo al consumidor.
4. Libertad Individual y Fiscalización: Desde una perspectiva liberal, se argumenta que el consumo de drogas (si no daña a terceros) es una cuestión de libertad personal. Además, la legalización generaría ingresos significativos a través de impuestos, que podrían invertirse en las campañas de prevención anteriormente mencionadas.
Conclusión: Una Necesidad de Cambio de Paradigma
El debate "Legalizar o Perseguir" se polariza entre la preocupación por la salud pública y el hartazgo ante la evidencia de que la prohibición es un motor constante de criminalidad. Las incautaciones récord de sustancias tradicionales año tras año demuestran que, si la oferta persiste a pesar del esfuerzo policial, la estrategia necesita ser replanteada.
Mientras algunos países avanzan en modelos regulatorios para el cannabis —aunque sin eliminar totalmente su mercado negro—, el debate sobre sustancias más duras como la cocaína sigue siendo un tabú. Lo que está claro es que mientras el mercado negro se mantenga próspero, con la capacidad de mover cientos de toneladas de droga, el costo social de la persecución seguirá siendo más alto que el costo de abrir una conversación seria y valiente sobre la regulación y el control.
PARA ENLAZAR DESDE NUESTRO BLOG TUS NOTICIAS CONTÁCTANOS
email de contacto: aliazon.comercialyventas@gmail.com



