Pido disculpas de antemano porque la carta de hoy se va a llenar, casi en su totalidad, con dos temas: la corrupción y la actualidad del Papa. Me parece una ordinariez que León XIV comparta espacio con José Luis Ábalos, pero es lo que nos toca.
Precisamente, llevamos dos días muy entretenidos con los mensajes de teléfono entre Pedro Sánchez y su fiel escudero, del que quiso conservar su amistad después de cesarle como ministro, supongo que por miedo a lo que pudiera contar de él.
¡Por cierto! Estamos muy contentos con la vuelta de Alfonso Ussía a este tu periódico. En su columna de hoy te explica, con su gracia habitual, los motivos de su ausencia. También lo que opina de León XIV. Puedes leerla aquí: ir a la columna.
En efecto, la amnistía también es corrupción. Concretamente el intercambio de votos por impunidad judicial. Con ese punto de partida comenzó esta legislatura nefasta.
Aunque lo intuíamos, los mensajes que se han conocido de Sánchez confirman que estamos ante un hombre profundamente irascible y preocupado por su imagen. Un obseso de libro.
El superfeminista PSOE tenía a un secretario de organización como Ábalos (todo un maratoniano del amor) y a una primera dama cuya familia ha hecho fortuna con el sexo de pago.
Como dice hoy Bieito Rubido, España ha dejado de funcionar. O al menos ha dejado de hacerlo para todos aquellos que no vivimos del sanchismo, que va camino de convertirse en la principal empresa de España de toda la gente que tiene 'mamando' de ella.
No me termino de acostumbrar al revuelo que levanta el nuevo Papa allí por donde va. Este va a ser el primer pontificado que vivamos íntegramente en la era de TikTok e Instagram. Sea como sea, importa mucho más el mensaje que el soporte: «Sólo los pueblos informados pueden tomar decisiones libres», ha dicho.
Muchas gracias por leer hasta aquí una noche más, aunque todavía tengamos luz por aquello del horario de verano. Sin más, que pases una buena noche. Mañana nos leemos.
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