Factores a considerar para una educación a distancia inclusiva
Factors to consider for inclusive distance education
Edgar Castro Monge edcastro5@gmail.com
Universidad de Oviedo , España
Universidad Estatal a Distancia. , Costa
Rica
Factores a considerar para una
educación a distancia inclusiva
ACADÉMO , vol. 10 ,
núm. 1 , págs. 112-140 , 2023
Universidad Americana
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.
DOI: https://doi.org/10.30545/academo.2023.ene-jun.10
Resumen:La educación a
distancia es una modalidad que ha venido a cambiar la forma de ver la educación
universitaria, ya que ha brindado oportunidades a muchas personas que no las
habían tenido con el modelo de educación presencial. Sin embargo, por solo el
hecho de ser educación a distancia, no se puede decir que sea una modalidad
cien por ciento inclusiva. Para este artículo y desde la perspectiva del autor,
se deben atender y poner en acción, por parte de las universidades, varios
factores o variables para poder hablar realmente de educación inclusiva. Cada
uno de estos factores se toca muy generalmente, aunque se podría dar un
análisis mucho más amplio para cada uno de ellos en futuros escritos. La
educación inclusiva debe establecerse desde la misión de la universidad; A
partir de allí, inicia el objetivo de buscar mayor igualdad, equidad y sobre
todo justicia para aquellas personas que tienen menos recursos y oportunidades,
y mayores problemas de acceso a la educación universitaria. En este mismo
sentido, el objetivo del trabajo es brindar una perspectiva sobre los factores
que las universidades de educación a distancia deben atender para la oferta de
una educación inclusiva. Lo estipulado aquí obedece a la experiencia del autor
ya diferentes resultados de actividades académicas, foros y congresos sobre
educación a distancia con participación de estudiantes y funcionarios. Se
concluye la importancia de que las universidades establezcan una guía para
implementar estrategias para los quince factores descritos, con su respectivo
control y evaluación, así como una gestión integrada y articulada por parte de
la universidad, con el fin de lograr la educación a distancia inclusiva. .
Palabras clave:Educación a
distancia, educación inclusiva, calidad, acceso, igualdad.
Abstracto:La educación a
distancia es una modalidad de aprendizaje que ha modificado progresivamente la
forma de ver la educación universitaria, pues ha acercado oportunidades a un
gran número de personas que no las habían tenido en las aulas. Sin embargo, el
hecho de ser educación a distancia no significa que sea cien por ciento
inclusiva. Para este ensayo y desde la perspectiva del autor, diversos factores
o variables deben ser abordados y puestos en acción por las universidades para
verdaderamente poder hablar de educación inclusiva. Cada uno de estos factores
se aborda de manera muy general aunque podrían analizarse mucho más
extensamente en futuros ensayos. La educación inclusiva debe establecerse desde
la misión de la universidad, donde se busca el objetivo de una mayor igualdad y
equidad y sobre todo justicia para aquellas personas que tienen menos recursos
y oportunidades y mayores dificultades para acceder a la educación superior. En
la misma línea el objetivo de este trabajo es dar a conocer los factores que deben
abordar las universidades a distancia para brindar una educación inclusiva. Lo
aquí expuesto responde a la experiencia del autor y a diferentes resultados de
actividades académicas, foros y congresos sobre educación a distancia con
participación de estudiantes y funcionarios. Se concluye que es importante que
las universidades establezcan una guía para implementar estrategias para los
quince factores descritos, con su respectivo control y evaluación de cada uno y
que dentro de una gestión integral y articulada por parte de la universidad se
pueda lograr una educación inclusiva.
Palabras clave:Educación a
distancia, educación inclusiva, calidad, equidad, igualdad.
INTRODUCCIÓN
La implementación de la modalidad
de educación a distancia en diferentes países vino a cambiar el mundo, ya que
ha brindado oportunidades a personas que, de otra manera, jamás habrían creído
tenerlas. Es fácil hacer un recuento de las grandes ventajas que esta forma de
estudiar ha proporcionado a personas de muy bajos recursos y de regiones
alejadas de las capitales y grandes áreas urbanas, que es donde se ha centrado
la educación de la mayoría de las universidades en el mundo con la modalidad de
educación presencial.
La educación a distancia nació en
los tiempos en que no existía Internet y, aun así, tenía los mecanismos
necesarios para ser eficiente; se entregaban los materiales didácticos impresos
a los estudiantes para que pudiesen estudiar desde su casa y se brindaban
algunas tutorías presenciales y telefónicas para aclarar dudas y reforzar los
temas vistos en los materiales educativos. Claro está que la llegada de
Internet ha cambiado el mundo y la forma de vivir, y esta herramienta ha sido
una fortaleza para la educación a distancia.
No se puede hablar de educación a
distancia si no se reconocen los grandes aportes que la educación convencional
presencial ha dado en los diferentes países del mundo; Sin embargo, tampoco se
puede dejar de lado que millones de personas han sido excluidas de la educación
superior universitaria y, por consiguiente, no han podido acceder a este modelo
de educación presencial. Son varias las razones, tales como el examen de
admisión, cupos de matrícula y poca cobertura territorial, entre otras.
Con la llegada de la educación a
distancia y las nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), se han
abierto muchas posibilidades y alternativas educativas que fortalecen las
oportunidades de acceso a procesos de enseñanza, las cuales deben ser
aprovechadas para la inclusión de las personas. y cumplir así con el derecho a
la educación.
El sistema educativo superior
universitario se caracteriza en la actualidad por la convivencia entre las
universidades públicas y las universidades privadas; y, aunque la educación
inclusiva compite a todas las instituciones, este artículo tratará de limitarse
a la educación pública, que requiere recursos económicos del Estado ya la vez
generar recursos propios para poder lograr sus objetivos.
Las universidades no se
convierten en instituciones cien por ciento inclusivas por solo el hecho de
tener la modalidad de educación a distancia; se deben hacer esfuerzos y cumplir
una serie de factores para ser universidades con visión de educación inclusiva
y aportar un valor agregado a la sociedad ya las personas que más lo necesitan
y que han estado excluidas de la educación superior universitaria.
Por lo mencionado, el objetivo
general de este trabajo se basa en brindar una perspectiva de los factores que
las universidades de educación a distancia deben atender para la oferta de una
educación inclusiva, la cual a su vez vendría a colaborar con la inclusión
social de las personas.
Este artículo académico se basa
en la experiencia de 38 años en educación a distancia del autor. Lo estipulado
aquí también obedecerá a diferentes análisis realizados en talleres,
actividades, foros y congresos sobre educación a distancia, con participación
de estudiantes y funcionarios de universidades que ofrecen dicha modalidad. Se
recopiló información necesaria en actividades académicas que fueron insumos
para procesos de planificación en la Universidad Estatal a Distancia de Costa
Rica, del 2014 al 2019. También fue llevado a cabo una revisión bibliográfica
en importantes artículos sobre temas actualizados en educación a distancia al
2020, pero con criterios enfocados en la educación inclusiva. Se utilizaron
importantes repositorios institucionales y bases de datos para las búsquedas
respectivas como son: Google Académico, Dialnet, Latindex, Redalyc, SciELO,
REDIB y DOAJ.
La universidad pública
Desde su creación, la universidad
pública ha sido una institución social, cuya misión va enfocada a atender las
necesidades de la sociedad y cumplir con los objetivos para los cuales fueron
creadas. Aunque la educación superior universitaria recibe financiamiento por
parte del Estado, se hace necesaria la generación de ingresos propios para
contar con los recursos totales para su gestión anual. Lo público, en sí mismo,
lleva implícito el concepto de inclusión social y supone una construcción
conjunta de los individuos, el Estado y la sociedad. Aun cuando se recibe
ingresos del Estado, debe prevalecer la autonomía universitaria, sin que se
considere esta condición ajena a los objetivos sociales, porque, al final las
universidades deben trabajar y procurar una mejor sociedad ( Garrocho
y Segura, 2012 ).
En este mismo sentido, se denota
la importancia de la conciencia social a lo interno de la universidad pública;
los debates, las políticas institucionales y los proyectos de investigación,
académicos, de gestión y educación continua deben confluir para generar
oportunidades educativas de las personas. De esta manera, la responsabilidad
social de toda universidad pública debe estar implícita en las funciones
sustantivas que lleva a cabo –docencia, investigación, extensión, producción de
materiales educativos–, en concordancia con los aspectos y necesidades de la
sociedad.
Las instituciones educativas
públicas no han podido dar respuesta a la gran cantidad de personas que desean
matricularse en la educación superior. Es aquí cuando debe mencionarse la
advertencia del problema de mercantilización de la educación universitaria que
está presente en muchos países, ya que han proliferado gran cantidad de
universidades privadas, muchas con gran calidad, pero otras sin reunir los
estándares necesarios de calidad y cuyo objetivo solo ha sido el lucro. Las
universidades públicas deben convivir con las privadas, pero debe prevalecer el
tema de inclusión educativa como objetivo.
La educación superior, en sí, es
un bien público y un derecho humano; de ahí la responsabilidad que tienen los
Gobiernos de seguir fortaleciendo el sistema educativo universitario. El acceso
a la educación superior de todas las personas es lo único que reafirma el
carácter público de la educación. No se puede entender que, en estos tiempos,
existen en el mundo personas que aún no tienen posibilidades de educación
universitaria y es entonces cuando la educación a distancia juega un papel
preponderante en la creación de oportunidades educativas ( CRES,
2008 ).
Educación a distancia, virtual
y en línea
Antes de entrar en más detalles
sobre la educación inclusiva, es necesario aclarar las diferencias entre
educación a distancia, virtual y en línea, las cuales, muchas veces, llegan a
confundirse.
Educación a distancia
Antes de la llegada de Internet,
nació la educación a distancia, con el objetivo de superar algunas brechas
existentes por problemas económicos, sociales y geográficos. Las universidades
realizaban sus propios materiales didácticos físicos o bien los adquirirían a
otras editoriales de prestigio (libros, guías de estudios y discos compactos,
entre otros). Posterior a la matrícula presencial de las personas, se
entregaban esos materiales para que iniciaran los estudios en su casa, se
brindaban algunas tutorías presenciales y tutorías telefónicas para aclarar
dudas y guiar el aprendizaje, e igualmente se establecían las fechas de entrega
para tareas y realización. de exámenes en las sedes de la universidad. Esta
modalidad de educación a distancia permite a quien estudia poner sus propios
horarios de estudio de acuerdo a su disponibilidad y no necesariamente requiere
tener conocimientos tecnológicos.
La educación a distancia es una
modalidad de enseñanza y aprendizaje eficaz en tanto existe diálogo y reflexión
entre docentes y estudiantes; su objetivo es brindar una educación permanente y
abierta donde se compartan espacios y tiempos, apoyada en la utilización de
nuevas tecnologías que promuevan la interactividad entre alumnos y profesores o
entre los propios estudiantes ( Costa,
2016 ).
Educación virtual
No fue hasta 1983 cuando
públicamente las personas tuvieron acceso a Internet y el mundo dio un giro
total. Esta es la herramienta básica que ha sobrepasado las fronteras y que dio
nacimiento a la educación virtual. En esta modalidad, ya se utilizan bases de
datos, bibliotecas virtuales, plataformas educativas y el correo electrónico
como base para el intercambio de conocimientos e información entre estudiantes
y docentes. Se puede conceptualizar la educación virtual como un tipo de
educación a distancia que en el presente utiliza las nuevas tecnologías como
herramientas para establecer los espacios de aprendizaje ( Arkorful
y Abaidoo, 2015 ; Rodríguez
et al., 2020 ).
Ante esta nueva realidad de la
educación, los docentes y los propios estudiantes han tenido que adaptarse a
otras actividades y tareas más allá de la presencia en clase, sin que se deje
de lado la calidad académica exigida por las universidades. Esta era telemática
ha obligado a realizar cambios en toda la comunidad universitaria. En este
sentido, se ha creado la necesidad de la adaptación de nuevos contenidos y
formatos temáticos de las asignaturas, la utilización de nuevas aplicaciones
informáticas, reformulación de horarios, calendarios y exámenes, y ha requerido
también la cooperación entre universidades ( Bracons
y Ponce de León 2021 ).
Para el logro de sus objetivos
las universidades optaron por comprar licencias de plataformas educativas y
otras decidieron optar por plataformas de acceso abierto, adaptándolas a sus
necesidades. En estas plataformas, las personas estudiantes leen, revisan y
descargan los archivos subidos por los docentes ya la vez entregan sus
solicitudes y tareas para ser revisadas. Las plataformas brindan muchísimas
facilidades y permiten, entre otras cosas, compartir y discutir temas y
estudiar con sus compañeros o compañeras. La educación virtual tiene una
característica fundamental: estudiantes y docentes no tienen que coincidir
virtualmente en ningún momento de tiempo para poder realizar sus estudios;
Dicho de otra manera, la comunicación es asincrónica, ya que se lleva a cabo
sin coincidencia temporal.
Educación en línea
La educación en línea (online) es
la educación virtual que agrega sincronía, es decir, la coincidencia en el
tiempo y espacio entre docentes y estudiantes, así como entre estudiantes y sus
compañeros o compañeras. En esta modalidad, las plataformas educativas
igualmente juegan un papel fundamental, al permitir videoconferencias,
lecciones, reuniones y foros de discusión en directo y hasta evaluaciones en
tiempo real.
Esta modalidad en línea presenta
a los docentes grandes desafíos para el uso de las nuevas tecnologías; No hay
posibilidad de quedarse en el pasado. El uso que se da a estas tecnologías debe
ser eficiente, ya que podrían presentarse situaciones técnicas que afecten el
proceso de enseñanza. Igualmente, se deben preservar los principios éticos
vinculados con la confidencialidad y el uso de los datos e información de los
estudiantes y de la universidad en general ( Bracons
y Ponce de León, 2021 ).
Teniendo claridad en este
sentido, se puede decir que la educación a distancia es el gran paraguas y que,
con la llegada de Internet y las nuevas Tecnologías de Información y
Comunicación (TIC), se ha desarrollado la educación virtual y en línea. Se puede
agregar entonces que muchas universidades optan por la virtualidad cien por
ciento, pero muchas otras aún utilizan también modalidades híbridas que
combinan la virtualidad con la entrega de docencia por medio de materiales
didácticos impresos y con algunas tutorías presenciales.
Lo que sí debe ser ratificado es
que la educación a distancia ha venido a democratizar la educación en el mundo
y ha brindado oportunidades educativas a personas que estaban excluidas del
sistema de educación universitaria por las razones antes mencionadas.
La educación a distancia
como factor de inclusión social y educativa.
La inclusión social y la
misión de las universidades.
Actualmente las universidades van
más allá de solo brindar carreras universitarias; ahora, se debe apostar por el
aprendizaje a lo largo de la vida, educación continua, programas de
responsabilidad social, extensión universitaria, acción social, cursos libres,
cursos de capacitación y programas para personas en condiciones de
vulnerabilidad, entre otros.
Para iniciar este tema, es
necesario indicar que las universidades siempre se han preocupado por saber la
cantidad de estudiantes que tienen y esto, por supuesto, es una información muy
valiosa para la toma de decisiones a lo interno y externo del ambiente
universitario. Sin embargo, ¿se han preguntado las universidades y los
Gobiernos la cantidad de estudiantes que se están excluyendo de la educación
superior universitaria? ¿Nuestras universidades y países están excluyendo del
acceso a la educación a personas por su pobreza, ubicación geográfica u otras
condiciones? Esta pregunta es aún más importante que saber la cantidad de
estudiantes que están atendiendo en los programas educativos.
Castro-Monge
(2017) conceptualiza la exclusión social como un proceso de
marginación en el cual no se permite a las personas su completa participación
en la sociedad, debido a sus condiciones de pobreza o por la falta de
oportunidades y competencias básicas que no han tenido. a lo largo de su vida;
esto, evidentemente, como producto también de la discriminación. En este mismo
sentido, se puede señalar que “las dimensiones de la exclusión social se pueden
clasificar en: educativa, laboral, económica, política, de género y de diversidad
cultural, entre otras” (p.11). Además, se pueden agregar la exclusión cultural,
por diversidad sexual, discapacidad y ubicación geográfica. El resumen se puede
observar en la figura 1.
Figura 1.
Formas de exclusión social.
Figura 1. Formas
de exclusión social.
Marchesi
et al. (2014) señalan que la exclusión social y educativa son
fenómenos que han crecido en el mundo y son objeto de análisis en las
estrategias y políticas públicas, especialmente en América Latina. La exclusión
social evita posibilidades laborales, de ingresos y de educación, así como de
actividades sociales, comunales y de redes. Castro-Monge
(2017) , por su parte, indica que la inclusión social se caracteriza
por mantener una lucha continua para que todas las personas puedan ser parte de
la sociedad; cuando las personas son excluidas, se limitan sus derechos básicos
a tener lo mínimo para una vida digna y lo necesario para poder vivir
adecuadamente.
La inclusión social busca para
las personas oportunidades sociales, educativas, laborales, recreativas y
deportivas, entre otras. Es necesario que el tema de la inclusión, tan
importante en estos tiempos, sea considerado desde la misión de la universidad.
Mencionadas las diferentes formas
de exclusión, este artículo se centrará solo en la parte de inclusión educativa
y el papel que deben jugar las universidades de educación a distancia para
apostar por una educación inclusiva que a su vez vendría a colaborar con la
inclusión social de las personas. .
Inclusión educativa
Marchesi
et al. (2014) y Plancarte
(2017) señalan que, cuando se habla de inclusión o de educación
inclusiva, casi siempre se piensa solo en estudiantes con alguna discapacidad o
con necesidades educativas especiales; , se asocia con las personas igualmente
que viven en pobreza. Actualmente, se piensa en un enfoque más amplio, al tomar
en cuenta un acceso equitativo de las personas a una educación de calidad, sin
que exista para ellas ningún tipo de discriminación.
La educación inclusiva busca
mayor justicia y equidad para las personas que tienen menos oportunidades y
mayores dificultades para acceder a procesos de enseñanza. La educación
inclusiva busca el reconocimiento para personas de grupos minoritarios, apuesta
por el respeto y la sensibilidad y trata de crear expectativas y nuevas
oportunidades.
Renaut
(2005) señala que las universidades son depositarias del conocimiento
puro y que deben ser instituciones en busca de la verdad, en el entendido de
que la adquisición del conocimiento por parte de quien estudia es un proceso
educativo, el cual, a su vez, provoca nuevos conocimientos para la universidad.
Las universidades deben
incentivar el cambio y la transformación social, deben posicionar su liderazgo
y la misión debe ser congruente con los nuevos tiempos, las nuevas tecnologías
y las nuevas necesidades de la sociedad. De ahí surge la importancia de una
misión clara y actualizada para los nuevos tiempos.
Por otra parte, Ainscow
et al. (2006) señalan que, para desarrollar educación universitaria
inclusiva, se deben dar tres dimensiones: creación de culturas, elaboración de
políticas inclusivas y desarrollo de buenas prácticas inclusivas. La primera
contempla a la diversidad como baluarte y parte fundamental de los valores
inclusivos de la universidad; la segunda se enfoca en que las políticas de la
universidad permitan una transformación organizativa y académica que brinde
mayor participación en la sociedad. Y en la tercera, se hace mención a eliminar
barreras en el tema de aprendizajes y luchar contra la discriminación, así como
brindar oportunidades de acceso a los espacios y recursos educativos a las
personas, con discapacidad o sin ella.
La inclusión educativa debe
entender y comprender que el objetivo va encaminado a ofrecer una educación de
calidad, con equidad para todas las personas, y buscar la eliminación o
reducción de las barreras de acceso al entorno educativo. Es por lo anterior
que el concepto de educación inclusiva se basa en poder adaptar la estructura
de la universidad para satisfacer las necesidades de las personas. Al adecuar
la estructura, es posible que se deban cambiar actividades, estructura física,
currículos, procesos, procedimientos y valores, entre otros. La inclusión
educativa da a conocer una filosofía sobre el derecho que tienen todas las
personas a una educación con calidad y de oportunidades ( Gross,
2002 ; Booth
y Ainscow, 2015 ; Reyes
y Colquepisco, 2020 ).
En estos tiempos en que la
desigualdad ha aumentado en el mundo, se hace necesario tener clara la
importancia de estrategias que incentivan la educación inclusiva y que esta,
como ya se indica, inicie desde la misión. En este mismo sentido, se hace necesario
que las universidades estén revisando continuamente su misión, para
actualizarla de acuerdo a una sociedad global que se basa en el conocimiento.
Para ofrecer dos ejemplos, se
detalla la misión de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) de Costa Rica y
la misión de la Universidad Nacional Abierta ya Distancia (UNAD) de Colombia,
donde queda claro que el tema de inclusión se inicia desde la propia misión. .
Misión de la UNED de Costa
Rica: Ofrecer educación superior a todos los sectores de la población,
especialmente a aquellos que por razones económicas, sociales, geográficas,
culturales, etarias, de discapacidad o de género requieren oportunidades para
una inserción real y equitativa en la sociedad ( UNED,
2020a ).
Misión de la UNAD de Colombia:
La Universidad Nacional Abierta ya Distancia (UNAD) tiene como misión
contribuir a la educación para todos a través de la modalidad abierta, a
distancia y en ambientes virtuales de aprendizaje, mediante la acción
pedagógica, la proyección social, el desarrollo regional y la proyección
comunitaria, la inclusión, la investigación, la internacionalización y las
innovaciones metodológicas y didácticas, con la utilización de las tecnologías
de la información y las comunicaciones para fomentar y acompañar el aprendizaje
autónomo, generador de cultura y espíritu emprendedor que , es el marco de la
sociedad global y del conocimiento, propicie el desarrollo económico, social y
humano sostenible de las comunidades locales, regionales y globales con
calidad, eficiencia y equidad social ( UNAD,
2020 ).
Es claro que el derecho a la
educación está basado en los derechos humanos y debe ser para todas las
personas. El objetivo de desarrollo sostenible 4 de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU), indica la necesidad de poder garantizar una educación inclusiva,
que sea equitativa y de calidad, para promover de esta manera oportunidades de
aprendizaje durante toda la vida y para todas las personas ( ONU,
2015 ).
Entonces, podremos preguntarnos:
¿se está cumpliendo con este objetivo a nivel mundial? Es una pregunta que debe
ser respondida en cada país y por cada una de las universidades. Es claro que
la educación no es el único medio para que los países superen los problemas de
exclusión social, pero sí debe haber certeza de que las debilidades o
limitaciones de la educación a lo interno de las universidades no originen
mayor exclusión.
En esta misma línea, es necesario
indicar que las universidades deben estar revisando continuamente sus políticas
institucionales, planes de desarrollo, objetivos estratégicos y su misión;
deben adaptarse a los nuevos tiempos y, para ello, ser inclusivas atendiendo
algunos factores importantes como los siguientes: 1. acceso, 2. cobertura, 3.
igualdad y equidad, 4. atención de poblaciones en condiciones de vulnerabilidad
(personas indígenas, personas privadas) de libertad, personas con alguna
discapacidad, personas adultas mayores), 5. programas de becas, 6. programas de
extensión, acción social e investigación (de acuerdo con las necesidades de las
regiones), 7. género, 8. calidad universitaria (académica y en la gestión
institucional como apoyo a la academia), 9. permanencia de la persona
estudiante (estrategias de acompañamiento), 10. pertinencia en la oferta
académica, 11. pertenencia de la persona estudiante, 12. uso eficiente de las
TIC, 13. papel de la persona docente en la inclusión, 14. internacionalización
como medio de inclusión, 15. educación secundaria inclusiva.
A continuación, se detalla en
forma general cada uno de estos factores:
1. Acceso
El acceso a la educación superior
universitaria ha sido en muchos países del mundo un gran problema. Esto por
cuantas personas no han podido acceder a las universidades del sistema de
educación pública presencial, debido al examen de admisión o prueba de
selectividad que realizan las instituciones. Al perder dicha prueba, no se le
permitirá el ingreso a la universidad.
Existen muchos justificantes para
la realización de dicha prueba:
· Escoger a quienes tengan
mejores aptitudes para el estudio oa quienes tengan mayor promedio.
· Información sobre los
conocimientos del aprendizaje básico obtenidos durante los estudios de
bachillerato.
· Tener claridad en las
capacidades necesarias para recibir la educación superior universitaria con
éxito.
· Límite de estudiantes por poca
capacidad física de las universidades.
· Poco presupuesto para la
atención de estudiantes.
Ahora bien, aun cuando existen
muchos argumentos para hacer el examen de admisión, la realidad es que esta
prueba siempre ha sido un filtro para el ingreso de estudiantes a las
universidades. Ante esta realidad, ¿conocen las universidades los perfiles de
las personas que solicitan acceso y quedan excluidas, con el fin de tomar otras
medidas necesarias de inclusión?
Como indican Ariño
y Llopis (2011) , con respecto a ese perfil, las universidades conocen
si las personas excluidas tienen experiencia laboral y saben si existen
diferencias en función de otras características como la edad, el género, la
rama del conocimiento, el tipo de titulación, procedencia socio familiar,
procedencia de educación secundaria (privada o pública), estatus migratorio o
titularidad universitaria, o si han existido interrupciones en los estudios de
secundaria.
En algunos países, hay estudios
que demuestran que el examen de admisión de las universidades es ganado en un
mayor porcentaje por estudiantes que proceden de la educación secundaria
privada, quienes, de alguna manera, son personas con mayor poder adquisitivo
( Valdivieso
et al., 2004 ). Otros, por el contrario, no han encontrado diferencias
significativas en la influencia que la educación privada o pública pueda tener
en el acceso a la universidad ( Ponsot
et al., 2009 ). En este mismo sentido, ¿son conscientes las
universidades de la calidad de la educación secundaria en su país? Correa
(2004) señala que la calidad de la educación secundaria es un factor
fundamental que, de una u otra manera, impacta directamente en el acceso a la
movilidad social y limita las oportunidades de las personas.
Siempre existirá un dilema sobre
la calidad del sistema educativo de secundaria en los diferentes países, pero,
¿tienen claro las universidades si quienes estudian en colegios e institutos
privados adquieren mejor preparación para ingresar a ellas que quienes estudian
en instituciones públicas? Investigaciones sobre estos temas se convierten en
una necesidad para buscar estrategias inclusivas.
De la misma forma, cabe
preguntarse: ¿se brinda acompañamiento y asesoría a quienes cursan su último
año de bachillerato? ¿Es la prueba de selectividad la adecuada para medir los
conocimientos de las personas candidatas?
La educación a distancia ha
nacido para brindar oportunidades a muchas personas que no han tenido acceso a
las universidades con el modelo presencial; Sin embargo, también se hace
necesario conocer cuáles universidades de educación a distancia en el mundo
tienen pruebas de admisión.
En suma, la prueba de
selectividad o examen de admisión seguirá existiendo; Sin embargo, las
universidades deben buscar los medios para hacer estas pruebas más inclusivas.
En este mismo sentido, se hace mención a lo solicitado en el cuarto objetivo de
desarrollo sostenible (ODS) de la Organización de Naciones Unidas ( ONU,
2015 ): “4.3 Para 2030, asegurar el acceso en condiciones de igualdad
para todos los hombres y las mujeres a una formación técnica, profesional y
superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria” (p. 19).
Como ejemplo, la Universidad
Estatal a Distancia (UNED) de Costa Rica nació sin prueba de selectividad y
nunca ha realizado ningún tipo de examen de admisión, lo cual le ha permitido
dar acceso y oportunidades a millas de personas que, de otro modo, nunca los
tendrían. Este es un modelo a seguir, claro está, según las características y
condiciones de los diferentes países.
2. Cobertura
Uno de los factores más
importantes de la inclusión educativa es la cobertura de las universidades. Por
muchos años, ha sucedido que la mayoría de las universidades han nacido y se
han desarrollado en las capitales de los países o en el centro de las ciudades
más pobladas, dejando de lado zonas geográficas rurales. Es una realidad (y no
se necesitan investigaciones para demostrarlo) que las zonas rurales y
poblaciones indígenas, por ejemplo, han tenido menos oportunidades educativas
que las zonas urbanas, lo cual convierte a este factor en un medio de exclusión
para muchas personas.
Herrera
(2013) señala, con respecto al tema de la cobertura en América Latina,
que no se ha dado la equidad regional necesaria, lo cual ratifica lo expresado
en el párrafo anterior de que la educación superior, en muchos casos, ha nacido
y crecido. entre las capitales y las grandes ciudades, pero no en el interior
de los países.
La cobertura nos habla de tener
más espacios físicos o sedes universitarias a disposición de las poblaciones
excluidas. La cobertura muestra un indicador que relaciona la demanda y la
oferta del sistema educativo superior universitario, y, en tanto aquel sea más
alto, mayor será la eficacia del sistema en cada país; Asimismo, la cobertura
muestra el porcentaje de las personas que no tienen posibilidad de ser
estudiantes en las universidades.
Aun cuando la educación a
distancia requiere menor inversión en infraestructura física que la educación
presencial, también se hace necesario poder establecer sedes universitarias
para brindar una atención eficiente en las diferentes regiones alejadas de las
grandes áreas urbanas. Muchas voces especializadas piensan diferente sobre este
tema; algunos consideran que no es necesaria la inversión en infraestructura
física en la educación a distancia, opinión que no comparte este autor, dado
que se hace necesario tener buenas sedes universitarias con la infraestructura
básica y adecuada para atender las necesidades del alumnado.
En la tabla 1 se
muestra la información de la UNED de España, la UNED de Costa Rica y la UNAD de
Colombia, tres instituciones que han realizado muchos esfuerzos para lograr una
máxima cobertura en sus respectivos países.
Tabla 1 . Cobertura
de sedes universitarias.
Tabla 1
Cobertura de sedes
universitarias
Universidad |
Sedes |
Extensión del país (km²) |
Población (estimación
2020) |
Universidad Nacional Abierta ya
Distancia (UNAD, Colombia) |
65 |
1 142 748 |
50 000 000 |
Universidad Nacional de
Educación a Distancia (UNED, España) |
61 |
505 990 |
47 000 000 |
Universidad Estatal a Distancia
(UNED, Costa Rica) |
37 |
51 100 |
5 000 000 |
Fuente: elaboración propia con
datos de las universidades (2020) y la Organización de las Naciones Unidas
(ONU, 2019).
Fuente: elaboración propia con
datos de las universidades (2020) y la Organización de las Naciones Unidas
( ONU,
2019 ).
De esta manera, las universidades
de educación a distancia, de acuerdo con su presupuesto y sus posibilidades,
deben investigar y analizar continuamente las zonas geográficas excluidas en
sus países y que requieren oportunidades educativas, para establecer, de esta
forma, las estrategias necesarias de cobertura. que permita llevar la educación
superior a esas comunidades, con un propósito de inclusión social.
3. Igualdad y equidad
Es necesario indicar que, muchas
veces, los conceptos de igualdad y equidad son confundidos y se cree que son lo
mismo, lo cual es incorrecto. La igualdad busca un trato igual para todas las
personas, dar exactamente lo mismo a todas, sean iguales o no. Al analizar este
concepto, se puede observar que, en más de una ocasión, la igualdad puede
generar situaciones injustas, ya que no se puede dar lo mismo a personas con
diferentes condiciones. Solo habrá igualdad si las personas tienen las mismas
posibilidades de acceso a la educación.
La equidad, por otra parte, busca
que exista justicia dentro de la igualdad. La equidad en materia educativa
proviene de 1948, con la Declaración Universal de Derechos Humanos, donde se
indica que la equidad es hacer efectivo para todos el derecho humano
fundamental de la educación ( ONU,
1948 ).
De
Fanelli y Jacinto (2010) señalan que el tema de la equidad en la
educación “frecuentemente se asocia con la igualdad de oportunidades en el
acceso a los recursos educativos, con independencia del origen socioeconómico
de los estudiantes, su sexo o pertenencia étnica” ( pág.64).
Entonces, en el tema de la
educación, la igualdad se manifiesta, por ejemplo, en dar a todas las personas
las mismas carreras o programas educativos. Bajo este concepto, se tiene la
posibilidad de aprender lo mismo sin prestar atención a las diferencias en las
condiciones de las personas: nivel económico, ubicación geográfica, género,
aspectos sociales y culturales, edad y discapacidad, entre otros.
De lo anterior surge la
importancia de la equidad, cuyo fin es proporcionar y garantizar a cada persona
lo que necesita para aprender ( Ainscow
et al., 2006 ). Es en este aspecto prestar en el cual las
universidades deben atención y tomar en cuenta dichas condiciones para adaptar
su oferta educativa y sus servicios a quienes requieren mayor atención.
No se puede dejar de lado que,
para lograr la equidad educativa y dar solución a las desventajas, se debe
invertir más recursos económicos y se hacen necesarias algunas medidas por
parte de la universidad para brindar mayor atención a las personas que lo
requieren. En algunos casos, se tendrán que adaptar las nuevas tecnologías a
esas necesidades, ofrecer un servicio personalizado, adaptar los planos de
estudio y tener un cuerpo docente especializado en las necesidades de personas
con alguna discapacidad, entre otras.
4. Atención de poblaciones en
condiciones de vulnerabilidad. indígenas, personas privadas de libertad,
personas con alguna discapacidad, personas adultas mayores
La atención a poblaciones en
condiciones de vulnerabilidad es uno de los grandes objetivos de la equidad
educativa a la que deben poner mayor atención las universidades, cuando se
habla de inclusión educativa. La atención a indígenas, personas privadas de
libertad, con alguna discapacidad o adultos mayores, son ejemplos de la
atención diferenciada que debe darse para luchar, de alguna manera, contra la
injusticia por las características y condiciones de dichas poblaciones. La
atención diferenciada a estas personas tiene como objetivo combatir el fracaso
y el abandono estudiantil.
La Agenda 2030 de la Organización
de las Naciones Unidas, en sus metas del objetivo 4, indica:
4.5 Igualdad entre los sexos e
inclusión: Para 2030, eliminar las disparidades de género en la educación y
garantizar el acceso en condiciones de igualdad de las personas vulnerables,
incluidas las personas con discapacidad, los pueblos indígenas y los niños en
situaciones de vulnerabilidad, a todos los niveles de la enseñanza y la
formación profesional ( ONU,
2015 , p.19).
Personas Indígenas
En IES
(2012) , se analiza el tema de la educación superior y las personas
indígenas, y se indica que el mayor problema que se ha detectado es la
“invisibilización” de su existencia mediante la falta de datos y la omisión al
producir estadísticas, tanto acerca de su importancia demográfica en general
como en lo referente a variables económicas y sociales significativas (p.199).
Ante esta problemática, los
Gobiernos han contado con poca información sobre las poblaciones indígenas, lo
cual, en gran medida, ha afectado la promoción de políticas públicas y
estrategias necesarias para la atención de dichas personas. De ahí la importancia
de que las universidades realicen investigaciones propias o en convenio con los
Gobiernos, para tener los indicadores necesarios para las tomas de decisiones
en la atención a estas poblaciones indígenas. Una de las mejores estrategias
inclusivas que se han establecido en varios países de Latinoamérica es
establecer las sedes universitarias de educación a distancia en los propios
centros poblacionales indígenas.
Personas con alguna
discapacidad
Para fines de este artículo, se
reflexiona sobre el concepto de personas con alguna discapacidad, pues personas
discapacitadas o personas con discapacidad son conceptos muy generales. Se sabe
que hay varios tipos de discapacidad, por lo que las personas a las cuales se
alude tienen alguno de estos tipos, aunque está claro que el término utilizado
actualmente es personas con discapacidad, aprobado por la Convención sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad.
Morón
Cívico (2020) señala que, para poder atender y lograr una inclusión
efectiva de los estudiantes con discapacidad, debe consolidarse un sistema
educativo adaptado a los nuevos tiempos y coherente con la realidad social. El
proceso debe tener un enfoque holístico y llevarse a cabo en todos los niveles
de educación para alcanzar dicho objetivo.
La Ley 7600 de Igualdad de
Oportunidades para las Personas con Discapacidad de Costa Rica señala:
Discapacidad: condición que
resulta de la interacción entre las personas con deficiencias físicas,
mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo y las barreras debidas a la
actitud y el entorno, que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad,
en igualdad de condiciones con las demás ( Asamblea
Legislativa de Costa Rica, 2014 , p.1).
La Organización de las Naciones
Unidas, en su Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad,
desarrolló que los Estados deben asegurar que estas personas tengan acceso a la
educación superior en condiciones de igualdad ( ONU,
2006 ).
Los estudiantes con discapacidad
deben tener plena presencia y participación en la sociedad, solo así se logra
una inclusión educativa. De esta manera, se hace imprescindible que los
gobiernos y las universidades desarrollen las condiciones necesarias que
ofrezcan a esta población la igualdad para desarrollarse a nivel personal y
profesional, y tener una efectiva inclusión social ( Ainscow
et al., 2006 ; Muntaner,
2013 ; Martínez-Pujalte,
2018 ).
Con respecto a lo anterior, se ha
avanzado bastante a nivel de la educación universitaria; el concepto de
discriminación ha sido fundamental para que las personas sean atendidas de la
mejor manera y se respete la igualdad de derecho a la educación. La debe
atención tener como objetivo brindar oportunidades educativas y de inserción a
la sociedad ya la vida laboral. Para ello, se hace necesario, a lo interno de
la universidad, crear un departamento u oficina que lidere la atención, las
estrategias y demás planes de acción para lograr la inclusión y evitar el
abandono estudiantil.
Como se ha insistido bastante,
para lograr una educación inclusiva en el tema de las personas con
discapacidad, las estrategias deben establecerse tanto en las zonas urbanas más
pobladas como en las zonas rurales, buscando la eliminación de barreras de acceso
y permitiéndoseles una plena participación en la vida universitaria.
Personas privadas de
libertad
La educación es un derecho de
todo ser humano que le permite construir un lazo de pertenencia con la
sociedad. Por tal razón la educación a distancia, por su modelo de enseñanza,
ha venido a ofrecer grandes oportunidades de educación a las personas privadas
de libertad. Muchas universidades bajo esta modalidad cuentan con programas
especializados y las que no lo deben ocupar en crearlos. En el tema de
cobertura, se señaló la importancia de tener sedes universitarias en todo el
país y esto ha sido una fortaleza para coordinar la atención en las diferentes
regiones. Es un hecho que la flexibilidad de la educación a distancia permite
hacer llegar los materiales didácticos y contenidos educativos en general a
cualquier espacio del país, incluidos los centros penitenciarios.
Por muchos años, los privados de
libertad han sido marginados y excluidos de la educación; la sentencia para
estas personas es privarlas de su libertad, pero lamentablemente se les ha
privado también de algunos derechos humanos, entre ellos la educación. El
encarcelamiento justificado no debe alejar a esta población del derecho de
capacitarse y educarse ( Scarfó,
2002 ).
En este mismo sentido, las
universidades deben trabajar en forma conjunta con los ministerios de justicia,
oa quien corresponda, y las administraciones de los centros penitenciarios,
para tener las estrategias necesarias relacionadas con la seguridad y la
logística básica para atender la entrega de la docencia. en dichos centros. El
sistema penal, de hecho, no permite a las personas privadas de libertad la
flexibilidad y autonomía total en el uso del tiempo; de ahí la importancia de
la coordinación en la entrega de tutorías presenciales y solicitudes. También
se deberá tomar en cuenta las condiciones generales del centro penitenciario y
si este adapta aulas u otros espacios para el estudio.
En el caso de Internet, existen
diferentes legislaciones que prohíben su uso dentro de los centros
penitenciarios. Por tal motivo, se deben buscar los mecanismos para adaptarlo y
brindar esta posibilidad en forma regulada a las personas reclusas.
Aun cuando la oferta educativa
podría ser la misma que se da en todo el país, hay variables que afectan y que
deben ser tomadas en cuenta; entre ellas, el uso de laboratorios de física,
química e informática, entre otros, así como giras y prácticas en zonas
educativas, biológicas o agronómicas. En esta temática, se hace necesaria la
intervención de las administraciones de los centros penitenciarios y los
diferentes avales de los ministerios responsables.
Son muchos los aspectos que deben
ser considerados, porque se debe dar a estas poblaciones una atención
igualitaria, sin tomar en cuenta sus antecedentes penales o años de condena. Es
un tema que puede llevar a debate, en el entendido de que se puede pensar en
analizar los antecedentes de la persona para permitir o no que estudien algunas
carreras, con la certeza de que no se esté violando su derecho a la educación.
Los recursos económicos son otra
variable a considerar, dadas las condiciones de las personas. En este caso, lo
pertinente podría ser una beca, como factor de inclusión educativa. De igual
forma sucede con las estrategias de acompañamiento por parte de la universidad,
para lograr el éxito y evitar el abandono estudiantil de estas personas, que
deberán tener clara la importancia de la educación como un medio para la
inserción social. En síntesis, se deberán buscar los mecanismos o reformas que
incentivan el estudio de las personas privadas de libertad.
Personas adultas mayores
La atención a personas adultas
mayores por parte de las universidades se vuelve cada vez más importante, así
como crear una dependencia, a lo interno de cada institución, que lidere y
establezca los objetivos específicos de acuerdo con las necesidades de dicha
población. Muchas universidades ya cuentan con ese departamento, pero otras han
dejado de lado el tema.
El aumento de la expectativa de
vida y la mejora de las condiciones sanitarias han logrado que las personas
adultas mayores se inserten más en la vida laboral, intelectual, artística y
educativa de las sociedades, lo cual, a su vez, conlleva la necesidad de crear.
espacios para estas personas en las instituciones universitarias.
Es una realidad el crecimiento
poblacional de la persona adulta mayor; Por tal motivo, se vuelve indispensable
atender las necesidades y demandas de este grupo. Las universidades se
convierten en baluartes para trabajar de la mano con los gobiernos y es imprescindible
la aplicación de normativas y políticas públicas enfocadas en la seguridad
social, trabajo, capacitación, extensión, acción social y apoyo familiar cuando
se requiera ( Torrado
et al., 2014 ; López
y Álvarez, 2021 ).
Las estrategias y objetivos deben
buscar, por un lado, capacitar y ofrecer cursos, seminarios y talleres a
quienes se dedican a cuidar a personas adultas mayores y, por otro lado,
brindar oportunidades educativas a la población de la tercera edad. Las universidades
y las instituciones públicas tienen la responsabilidad social de planificar y
ejecutar acciones que mejoren la calidad de vida de estas personas y ofrezcan
alternativas para una vejez digna.
5. Programas de becas
Un factor fundamental de
inclusión educativa está relacionado con otorgar becas a las personas que más
lo necesiten. Aun cuando esto pareciera muy lógico, no todas las universidades
tienen procesos eficaces para otorgar becas.
Para ser eficientes en este
sentido, las universidades deben dictar políticas universitarias claras, junto
con procedimientos y procesos eficientes para otorgar las becas de la mejor
manera. Igualmente, en todos los procesos se deben mantener las posibilidades
de beca por problemas económicos o por nivel académico alto, así como dejar
clara la intención de la equidad educativa, al prestar atención a las personas
en condiciones de vulnerabilidad y establecer porcentajes.
Los recursos económicos de las
universidades deben ser administrados de la mejor manera, en busca de mayores
oportunidades para las minorías. La meta 4.b del objetivo cuarto de desarrollo
sostenible de la Organización de las Naciones Unidas, “Educación de calidad”,
propone el aumento considerable de las becas a nivel mundial, sobre todo para
los países menos adelantados en desarrollo y países africanos, con el fin de
brindar oportunidades de matrícula en la educación superior, en formación
técnica y profesional, y en programas tecnológicos, científicos, de ingeniería
y de TIC ( ONU,
2015 ).
6. Programas de extensión,
acción social e investigación (de acuerdo con las necesidades de las regiones)
Mucho se habla de la
regionalización de la oferta académica de las universidades. Al respecto, es de
suma importancia lo indicado por Rama
y Cevallos (2016) , quienes señalan lo siguiente:
la modalidad de
regionalización universitaria dominante en América Latina ha sido la
instalación de sedes y subsedes de las universidades tradicionales de las
capitales o de las capitales departamentales en el interior de los países. Ello
se ha expresado en una desconcentración universitaria con baja diferenciación
institucional, escaso empoderamiento local y cuyas ofertas tienden a tener
escasa pertinencia regional (p. 104).
Los programas de grado y posgrado
de las universidades han sido diseñados para todo el país, sin tomar en cuenta
la pertinencia para las regiones. De esta manera, si para las universidades es
difícil presentar una oferta regionalizada de las carreras universitarias, sí
es viable establecer investigaciones y programas de extensión universitaria y
acción social acordes con las necesidades de las distintas regiones.
Cada región tiene sus
particularidades, debilidades, fortalezas, oportunidades y amenazas; de ahí la
necesidad de tener diagnósticos a lo interno de las universidades acerca de las
condiciones regionales, para ofrecer, de esta manera, una educación continua
que pueda ayudar al desarrollo social y económico de las regiones.
Para lograr esto, las
universidades deben trabajar en forma conjunta con diferentes instituciones del
país y con las otras universidades. Sucede continuamente que, en una misma
región, dos o más universidades públicas ofrecen lo mismo; pero, si realizan alianzas
estratégicas entre ellas, cada una podría ofrecer educación continua diversa,
pero distinta a las otras, y abarcar entre toda la mayor cantidad de cursos.
7. Género
La educación superior
universitaria, con respecto al género y la justicia social, exige universidades
pertinentes que busquen procesos educativos basados en el bagaje cultural y
las experiencias de aprendizaje desarrollados por las masculinidades y las
feminidades. La perspectiva de género no trata solo sobre las diferencias y
relaciones entre hombres y mujeres, también incluye las diferencias entre las
propias mujeres y entre los propios hombres. La justicia distributiva hace
énfasis en el principio moral sobre la igualdad de trato entre hombres y
mujeres, y la generación de oportunidades educativas por parte del Estado y las
instituciones universitarias para satisfacer las necesidades ( Donoso
et al., 2014 ).
El tema de género ha sido uno de
los más importantes en los últimos años. Son diversos los estudios y las
investigaciones cuyos resultados muestran la afectación que han tenido las
mujeres con respecto a los hombres en el tema de la educación y en otras disciplinas
del saber. Es así como los distintos países se han visto en la obligación de
establecer en sus gobiernos, ministerios, institutos y oficinas responsables en
el tema de equidad de género.
Las universidades han establecido
oficinas administrativas para liderar este tema con objetivos como la igualdad
y equidad de género y, sobre todo, la coordinación con otras entidades
gubernamentales ya lo interno de las instituciones, en busca de mayores
oportunidades para las mujeres. También se han establecido estrategias, ejes
trasversales y políticas universitarias en los planos de desarrollo.
Debe quedar claro que esos
centros especializados son fundamentales para liderar y coordinar a lo interno
todos los esfuerzos en el tema de género. De lo contario, al no existir estas
dependencias, se haría más difícil el logro de los objetivos.
A continuación, en la tabla 2 ,
se presentan tres casos de departamentos administrativos en el tema de género
creados por universidades de educación a distancia.
Tabla 2 . Centros
universitarios especializados en género.
Tabla 2
Centros universitarios
especializados en género
Instituto de Estudios de
Género (UNED, Costa Rica) |
“…es de naturaleza
transdisciplinaria, humanista y solidaria. Coordina con las distintas
dependencias de la universidad y otras instituciones nacionales e
internacionales, con el fin de desarrollar en la UNED el eje de igualdad de
género en forma transversal en las diferentes áreas fundamentales de su
quehacer (docencia, extensión, investigación y producción de materiales).
didácticos)” ( UNED,
2020b ). |
Centro de Estudios de Género
(UNED, España) |
“…tiene por objeto coordinar e
impulsar las actividades docentes e investigadores directamente relacionadas
con la materia de igualdad de género, partiendo de la premisa básica de que
la perspectiva de género es una pieza clave en la formación y la investigación
universitaria de cualquier área del conocimiento. científico” ( UNED,
2020c ). |
Unidad de Igualdad (UOC,
Cataluña, España) |
“…es una entidad dependiente
del Vicerrectorado de Globalización y Cooperación de la UOC, creada en 2008
con el fin de desarrollar las políticas de igualdad en materia de género en
esta institución. La principal función de la unidad es velar por el cumplimiento
de la legislación vigente en materia de igualdad efectiva de mujeres y
hombres, por el principio de igualdad de trato y de oportunidades, y por la
no discriminación por razón de sexo y por razón de orientación. sexual en
todos los niveles de esta universidad” ( UOC,
2020 ). |
Fuente: elaboración propia con
datos de las universidades (2020).
Para alcanzar los objetivos
establecidos, debe quedar claro que, del papel a la acción, hay un mundo de
diferencia y no siempre se logra lo estipulado en las políticas
institucionales. Por tal razón, se vuelve necesario establecer planes de acción
con fechas establecidas, metas e indicadores, seguimiento, evaluación y control
que garanticen el logro de los objetivos.
La educación a distancia, en este
sentido, ha sido recibida como un factor de inclusión educativa por parte de la
mujer, ya que, en muchos países, la mayor cantidad de estudiantes de las
universidades son mujeres, las cuales han demostrado gran aptitud para
aprovechar. las oportunidades que esta modalidad de educación les ha brindado.
8. Calidad universitaria
La calidad universitaria es un
factor de inclusión educativa, dado que las personas egresadas de universidades
poco prestigiosas y con carreras y programas de poca calidad, además del
cuestionamiento de su aprendizaje, son excluidas de muchas opciones laborales.
El sector empresarial busca perfiles en un porcentaje mayor de universidades
con buena reputación a nivel nacional e internacional; de ahí la importancia de
la calidad, tanto académica como en la gestión administrativa y la atención a
estudiantes.
En la actualidad, la educación
superior universitaria se encuentra en plena planificación y coordinación de
procesos dirigidos a la mejora continua de la calidad. Estos procesos de
evaluación de la calidad dependen de la estructura y las condiciones a lo
interno de cada institución universitaria. Influye también en el proceso de
consecución de la calidad la normativa educativa de cada país, las
organizaciones que acreditan esa calidad y los novedosos escenarios de
aprendizaje que son acompañados por las nuevas tecnologías. Es una realidad
positiva la continua preocupación y reflexión que existe en las universidades
sobre buscar la calidad universitaria y, gracias a esos esfuerzos, muchas casas
de educación superior han logrado posicionarse con gran prestigio, tanto a
nivel nacional como internacional ( Castro-Monge,
2017). ; Córdova
et al., 2017 ; Ortiz
et al., 2021 ).
Calidad académica
Cuando nacieron muchas
universidades de educación a distancia, en los años setenta, muy pocas personas
creían en esta modalidad de educación y se dudaba sobre todo de la calidad que
podrían otorgar las nuevas instituciones. Este fue un motivo de la poca cantidad
de estudiantes que se matricularon en los primeros años desde su fundación.
En el presente, la educación a
distancia ha demostrado su credibilidad y es aceptada por estudiantes de todo
el mundo. Mucho de ello se ha logrado por la preocupación de que las
universidades bajo esta modalidad han tenido por ofrecer programas con calidad
académica.
La interrogante es qué se
entiende por calidad y cómo obtenerla; cómo saber si una universidad es mejor
que otra. Este concepto de calidad es muy complejo; las universidades pueden
defender que sí haya calidad en sus programas, pero, ¿cómo demostrarlo?, ¿cómo
hacerlo ver a la sociedad y al estudiantado?
La calidad académica es percibida
por la ciudadanía e impacta directamente en la imagen institucional. Es aquí
donde las universidades tratan de identificar los factores de confiabilidad,
pertinencia, eficiencia y eficacia, preocupándose por la evaluación y
percepción por parte de los estudiantes. La calidad académica debe satisfacer
plenamente al estudiante en su enseñanza y aprendizaje, por lo cual la calidad
del docente es de suma importancia ( Inquilla
et al., 2017 ).
La calidad académica debe verse
reflejada en la capacidad de actuar de sus personas egresadas o profesionales.
Demostrar habilidades en los altos niveles de conocimiento, en procesos
productivos, económicos y culturales del país, y en el ámbito de su especialidad,
demuestra de cierta manera la calidad de la educación universitaria recibida.
Un buen desempeño y la creación de conocimientos son muestra de la capacidad de
un profesional cuando se enfrenta a la toma de decisiones en los sectores en
que labora y aporta a la sociedad.
En este mismo sentido es que la
calidad académica busca el logro de los objetivos institucionales, se enfoca en
los procesos, productos y servicios de la institución, y pretende alcanzar un
valor añadido y la cobertura de las expectativas en el nivel de satisfacción
por parte de los estudiantes. La calidad académica se convierte entonces en un
concepto multidimensional que involucra a todo el sistema organizativo de la
universidad, a sus recursos, a su interacción con el entorno social y al
impacto en su reputación ( Rodríguez,
2017 ; Viza,
2018 ).
Con el fin de responder a lo
anterior, se ha pasado del pensamiento a la acción; las universidades han
establecido procesos de evaluación académica y han dirigido sus esfuerzos a los
procesos de acreditación de la calidad académica. Para lograr esto, los
diferentes Gobiernos, en conjunto con las universidades, han establecido la
normativa necesaria a nivel país para el tema de la acreditación de la
educación superior universitaria.
Las universidades que no se han
preocupado por la calidad, terminarán sufriendo las consecuencias de esta
debilidad, ya que el propio sistema educativo terminará evidenciándolas; las
personas ya buscan carreras universitarias que estén acreditadas, para asegurarse
así de que se graduarán de una universidad prestigiosa y que, por ende, el
acceso al mundo laboral será menos problemático.
La acreditación no ha sido fácil
para las universidades de educación a distancia. Como ejemplo, en Costa Rica,
los procesos de acreditación de la calidad académica se iniciaron con pares
evaluadores provenientes de universidades de educación presencial y esto se
convirtió en un factor problemático, dado que el modelo de educación a
distancia debe conocerse a fondo; Por fin, son las personas especialistas y
expertas en esta modalidad quienes pueden emitir criterios y juicios con
respecto a la calidad.
Sucedió lo mismo con la normativa
del país, ya que se legislaba y acreditaba con los mismos criterios a las cinco
universidades públicas de Costa Rica, cuatro de ellas con modalidad presencial,
sin tomar en cuenta las diferencias de la Universidad Estatal a Distancia. Se
hacía necesario, entonces, un proceso que brindara equidad en la acreditación
de las carreras universitarias a distancia y fue así como El Sistema Nacional
de Acreditación de la Educación Superior de Costa Rica (SINAES) aprobado, en el
año 2011, el Modelo de Acreditación. Oficial de Carreras de Grado del Sistema
Nacional de Acreditación de la Educación Superior para la Modalidad a
Distancia.
Es imperativo que la educación a
distancia tenga su propio modelo de acreditación en los distintos países, para
minimizar los errores que puedan darse si se utiliza un modelo bajo la
modalidad presencial y con pares sin conocimientos en educación a distancia.
En la tabla 3 se
muestra la gran cantidad de personas matriculadas en cuatro universidades de
educación a distancia, lo cual demuestra la alta credibilidad que ha obtenido
esta modalidad de la educación. En el caso de la UNED de España, es la
universidad con mayor cantidad de estudiantes en todo el país. La UNED de Costa
Rica es la segunda universidad en población estudiantil de las cinco
universidades públicas costarricenses, lo cual habla mucho del alto
reconocimiento por parte de la sociedad.
Tabla 3 . Cantidad
de personas matriculadas en 2020.
Tabla 3
Cantidad de personas
matriculadas en 2020
UNED España |
UNA Colombia |
UOC España |
UNED Costa Rica |
250 000 |
135 000 |
73 100 |
32 000 |
Fuente: elaboración propia con
datos de las universidades al 2020.
Calidad en la gestión
institucional como apoyo a la academia
No se puede hablar en las
universidades solo de calidad académica; la calidad debe ser a todo nivel, ya
que las personas requieren también otros servicios de calidad. Es aquí donde la
calidad en la gestión universitaria se convierte en un baluarte como apoyo a
las áreas sustantivas de la universidad, cuentos como docencia, investigación,
extensión universitaria, acción social y producción de materiales didácticos.
La gestión institucional incluye
una serie de recursos, procedimientos y procesos que deben buscar la mejora
continua, la eficiencia y la eficacia en su gestión y, sobre todo, la calidad
de los servicios universitarios para la población estudiantil ( Castro-Monge,
2017 ; Comisión
Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria, 2000 ).
No en todas las universidades se
presta atención a la calidad en la gestión institucional; prueba de ello es
que, en los dictámenes de los evaluadores internacionales, cuando se evalúa la
calidad de las carreras y los programas con objetivos de acreditación, salen a
relucir recomendaciones y propuestas de mejora en los procesos administrativos
y de gestión de la universidad. Ante este escenario, las universidades buscan
corregir estos temas para poder obtener la acreditación; Sin embargo, este
esfuerzo debe realizarse a mayor nivel, con el establecimiento de una
dependencia u oficina que lidere todo el proceso de calidad en la gestión
institucional y trabaje de la mano con la dependencia que gestiona la calidad
académica.
La evaluación de la gestión
institucional se hace imprescindible para determinar el logro de los objetivos
de la universidad en sus planos de acción y desarrollo. Establecer un sistema
de indicadores de gestión es fundamental para tomar las decisiones correctivas,
cuando estos indicadores se muestren por debajo del objetivo.
Castro-Monge
(2017) señala que los departamentos que lideran la calidad en la
gestión deben ser permanentes, formar parte de la estructura organizativa de la
institución y tener objetivos relacionados con los siguientes fines:
· Propiciar un modelo de gestión
de la calidad para la universidad, el cual incluye un modelo de evaluación
general y de los servicios universitarios.
· Liderar la autoevaluación y
certificación de calidad de los procesos institucionales.
· Establecer un manual de
calidad, el cual incluye indicadores de gestión.
· Coordinar con todas las
dependencias de la institución las necesarias de mejora continua, en especial
las que se derivan de los procesos de acreditación de las carreras
universitarias.
· Establecer estrategias para
seguir y controlar los objetivos y planes de acción que conlleven al logro de
las políticas de calidad en la gestión institucional.
Si la universidad no ha creado
una dependencia que vigile la calidad en la gestión, los esfuerzos se harán por
separado en distintas unidades administrativas y se corre el riesgo de no
coordinar correctamente a lo interno, tener duplicidad de labores, desarticulación
y, por ende, no lograr los objetivos generales de calidad.
9. Permanencia de la persona
estudiante (estrategias de acompañamiento)
Uno de los grandes problemas que
se han observado en la educación a distancia son los altos porcentajes del
abandono estudiantil, sobre todo los de primer ingreso ( Rojas
y Castro, 2016 ). Este tema impacta directamente en la inclusión
educativa, pues, aunque se brinda a las personas cobertura y acceso, si no se
brinda además un acompañamiento eficiente, se corre el riesgo de que no
permanezcan en la universidad. Hay estudios que demuestran que, en el
aprendizaje de educación a distancia, los porcentajes de estudiantes que dejan
la universidad son más elevados aun que en los formatos presenciales ( García
Aretio, 2019 ).
En sus primeros años, las
personas creían que era muy fácil realizar los estudios bajo esta modalidad;
Sin embargo, no todas las personas pueden amoldarse a la educación a distancia,
ya que debe existir mucha disciplina.
Desde la perspectiva de la
educación inclusiva, el fracaso académico se convierte en un problema para la
universidad y la sociedad. Aunque existen variables de exclusión y
vulnerabilidad como son las condiciones culturales, económicas, personales o
sociales de las personas, la universidad debe buscar la eliminación de las
barreras que limiten las oportunidades de permanecer con éxito en la
institución.
Quienes tienen éxito en
universidades de educación a distancia adquieren valores que los convierten en
personas responsables, ordenadas, disciplinadas y metódicas, ya que este modelo
pedagógico así lo exige. Al no tener estas características, las personas suelen
abandonar sus estudios.
En la tabla 4 se
muestran algunas categorías del abandono estudiantil.
Tabla 4 .
Categorías de abandono estudiantil
Tabla 4
Categorías de abandono
estudiantil
1. Antecedentes individuales 2.
Motivación 3. Integración académica 4. Integración social 5. Entorno
tecnológico |
1. Factores del estudiante 2.
Factores del curso o programa 3. Factores ambientales |
1. Disposición del estudiante
(actitud, aptitud, confianza, motivación) 2. Factores de carácter
socioeconómico 3. Factores de carácter institucional |
Fuente: elaboración propia con
base en García Aretio (2019).
Es así como se puede deducir que
existen muchos factores para que alguien abandone sus estudios en educación a
distancia, entre los cuales se pueden mencionar los siguientes ( Dupin-Bryant,
2004 ; Moncada
Mora, 2014 ; Morgado
et al., 2016 ; Rojas
y Castro, 2016 ; Castro-Monge,
2017 ; García
Aretio, 2019 ):
· Las personas provienen de
educación secundaria con modelo presencial.
· Deficiencia básica en la
educación secundaria.
· Falta de asesoría o mala
escogencia de las carreras universitarias.
· Falta de responsabilidad y
disciplina para amoldarse a la modalidad a distancia.
· Poco tiempo para el estudio,
debido a ocupaciones laborales.
· Falta de competencia y
problemas de acceso a Internet.
· Falta de motivación.
· Problemas de conocimiento y
adaptación a las nuevas tecnologías.
· Problemas económicos y poco
acceso a becas.
· No se entiende que el profesor
es una guía que facilita el aprendizaje.
· Pocos o nulos procesos de
orientación sobre las técnicas de estudio a distancia.
· Materiales didácticos no
adecuados.
· Pruebas de evaluación no
adecuadas.
· Falta de estrategias de
acompañamiento académico.
· Dificultad de los programas y
rigideces curriculares.
· Lejanía de las sedes
universitarias.
· Malos servicios administrativos
en las sedes universitarias.
Ante tantos factores que impactan
en el abandono estudiantil, se hacen necesarias las estrategias de
acompañamiento por parte de la universidad. En este sentido, Rojas
y Castro (2016) y Castro-Monge
(2017) señalan que dichas estrategias deben estar enfocadas en seis
categorías:
1) Las relacionadas con la mejora
de la calidad académica y la innovación curricular, donde se hacen necesarias
las mejoras e innovaciones de los planos de estudios, materiales didácticos de
calidad, tutorías, evaluación de los aprendizajes y trabajos de graduación.
2) La información académica,
donde sobresale la importancia de la inducción a las técnicas de estudio en la
modalidad de educación a distancia.
3) El uso de las TIC, en donde se
ve la necesidad de capacitar en el uso de las plataformas educativas virtuales
como Blackboard y Moodle, uso de redes sociales, WhatsApp, videoconferencias y
teletutorías, todo como apoyo a la persona estudiante.
4) La atención personalizada de
la repetincia, con planos remediales, incremento en tutorías y planos ajustados
a las necesidades de cada estudiante.
5) La atención de poblaciones
vulnerables, como pueden ser indígenas, personas privadas de libertad, personas
adultas mayores, con alguna discapacidad o que habitan en zonas rurales
alejadas.
6) La vida estudiantil, donde se
forma la necesidad de otorgar becas, talleres de realización profesional y de
motivación, entre otros.
Se hacen innumerables las
estrategias y los planes de acción que se pueden implementar como apoyo a la
población estudiantil; pero, para ello, es necesario tener indicadores que
muestren los porcentajes de estudiantes que se van de la universidad y sus posibles
causas; solo así se podrán establecer las medidas correctivas. La elaboración
de sistemas que brinden información requerida para dar seguimiento a las
situaciones estudiantiles permitirá a la institución observar el aprendizaje de
las personas para brindarles, de esta manera, la retroalimentación necesaria y
corregir los errores que estén incidiendo en el fracaso o la permanencia de
cada uno. estudiante en la universidad.
10. Pertinencia en la oferta
académica
La pertinencia en la educación
superior, según la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior ( UNESCO,
2009 ), está relacionada con la adecuación de lo que hacen las
instituciones de educación superior y lo que la sociedad espera de ellas, de
tal manera que el concepto vincula directamente las necesidades y demandas de
las sociedades con las universidades.
De esta manera, existe una
relación directa entre la pertinencia de las carreras universitarias y el
mercado laboral. Si los profesionales egresados de las carreras que ofrecen
las universidades no dan acceso al trabajo, esta variable podría convertirse en
un factor de exclusión.
Es una realidad que, en varios
países, existen altos índices de desempleo, los sueldos en muchos casos son
poco competitivos y lo más preocupante se presenta cuando hay una alta oferta
de profesionales que terminan sin empleo o trabajando en empresas e instituciones
con actividades que tienen. poco o nada que ver con su formación profesional.
En este sentido, es necesario que la oferta académica de las universidades se
adecúe a las necesidades del país ya las competencias y cualidades
profesionales que demanda el mercado laboral, sobre todo en el sector
empresarial privado ( Camarena
y Velarde, 2009 ). Ante este panorama, se requiere una vinculación
entre las universidades, el sector empresarial y las instituciones públicas que
dictan las políticas educativas del país.
Así entra a regir el concepto de
pertinencia social cuando se diseñan las carreras o los programas educativos
por parte de las universidades. Se entiende entonces que la pertinencia social
exige una estrecha coordinación entre las universidades, la sociedad civil, los
Gobiernos y el sector empresarial, con miras a satisfacer las necesidades de la
sociedad ( Malagón,
2003 ).
No obstante, se han preguntado
las universidades, mediante sus investigaciones, ¿cuántas personas egresadas
están sin trabajo y por qué se da este fenómeno? En estos tiempos de crisis,
las universidades deben tener actualizada su visión sobre la problemática
social, económica, cultural y ambiental, para poder impactar y buscar el
desarrollo integral de una sociedad más justa y equitativa.
Ante esta realidad, las
universidades deben fomentar su desarrollo a través de programas actualizados
según la realidad nacional, tanto de las zonas urbanas como de las zonas
rurales; programas emergentes con pertinencia y calidad. El mundo es dinámico y
cambiante; por eso, la pertinencia de las carreras, con una oferta actualizada,
amplia y diversa, se convierte en un requerimiento fundamental para el
crecimiento económico y social de los países y, sobre todo, para democratizar
la educación. De esta manera, la vinculación entre universidad, Gobierno y
sector laboral es prioritaria para apostar por la pertinencia de las ofertas
educativas de las instituciones de educación superior (Camarena y Velarde,
2009; UNESCO,
1995 ; UNESCO,
2009 ).
11. Pertenencia de la persona
estudiante
En los inicios de las
universidades de educación a distancia, se notaba una problemática grande con
respecto al espíritu de pertenencia de las personas estudiantes a la
universidad. Estas se matriculaban, retiraban sus materiales didácticos y
realizaban sus estudios en sus hogares; visitaban la universidad solo para
entregar tareas y realizar solicitudes, lo cual les generaba un sentimiento de
poca pertenencia a la institución y esto se convertía en una variable de
abandono estudiantil y de exclusión educativa.
Se ha visto la necesidad de
incentivar y buscar las estrategias necesarias para promover el sentimiento de
pertenencia, para lo cual es de suma importancia trabajar en el aspecto
emocional de las personas estudiantes. De esta manera, Echeita
y Sandoval (2002) señalan que trabajar por las pertenencias es la base
para la cohesión de la comunidad universitaria y un paso para una sociedad
acogedora; por fin, es una lucha contra la exclusión y una forma de colaborar
con objetivos institucionales comunes.
La pertenencia y la identidad de
la población estudiantil no nacen de forma espontánea; deben ser una
construcción permanente por parte de la universidad. Deben realizar muchas
acciones en todo el país, lideradas desde la sede central y las diferentes sedes
o centros universitarios asociados, según el contexto social y cultural de la
región y de las propias personas que estudian. Motivar la participación
estudiantil en diferentes actividades universitarias desarrolla y fortalece el
sentido de pertenencia y, a la vez, permite al estudiantado y demás actores de
la universidad la creación de nuevas ideas e iniciativas que fortalecen los
lazos de todos los sectores de la comunidad universitaria.
Para lograr la pertenencia, se
deben buscar actividades de amplia participación estudiantil que, en su
conjunto, vinculen a cada estudiante con la universidad. Entre estas
estrategias, se pueden señalar las siguientes:
· creación de una federación de
estudiantes,
· creación de asociaciones de
estudiantes en las sedes universitarias como parte de la federación,
· grupos de bailes folclóricos y
danza,
· grupos deportivos,
· grupos ecológicos y
ambientales,
· patrocinio de equipos
deportivos de alto nivel,
· grupos musicales tradicionales,
· conformación de coros,
· realización de jornadas de
limpieza y reforestación,
· realización de talleres de vida
saludable.
La creación de federaciones de
estudiantes y asociaciones merecen un punto de atención aparte, ya que es
fundamental el papel que debe desempeñar cada estudiante en la universidad para
motivar su sentido de pertenencia. La elección de una junta directiva de la
federación y la participación de su presidencia y demás miembros en los
diferentes órganos superiores y comisiones de trabajo institucionales bridan a
la comunidad estudiantil un gran espíritu de pertenencia.
12. Uso eficiente de las TIC
Como ya se indicó, Internet vino
a cambiar el mundo y dio un giro total en la forma de enseñar. La llegada de
las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) ha brindado grandes
fortalezas y ventajas para la educación a distancia; este avance tecnológico
debe ser aprovechado para la creación de oportunidades educativas.
Hoy, el mundo tiene la
posibilidad de incorporar las TIC en la educación y el amplio desarrollo de
estas debe estar al servicio de diferentes modalidades educativas. Las nuevas
tecnologías han cambiado la interacción entre estudiantes y profesores; ya no
es imprescindible estar dentro de cuatro paredes para enseñar y las TIC no
deben verse como opcionales; se han convertido en una necesidad para el
fortalecimiento de la educación.
La relación que se genera entre
las TIC y la educación a distancia puede producir nuevas formas de
enseñanza-aprendizaje y cambios positivos para dar acceso a nuevos
conocimientos en busca de la inclusión social y educativa.
Pero, no todo es positivo cuando
se habla de las TIC, ya que es necesario el acceso a ellas para toda la
comunidad estudiantil universitaria; De lo contrario, las propias TIC podrían
convertirse en un factor de exclusión educativa. Nos referimos, en este
sentido, a que las personas deben tener acceso a esas tecnologías y, si no lo
tienen, la universidad debe buscar los mecanismos para hacerlas llegar, sobre
todo a estudiantes de bajos recursos y de zonas alejadas, donde no se tiene.
acceso a Internet, ni la capacidad de acceso a las tecnologías que sí existen
en las grandes áreas urbanas.
Esto quiere decir que no puede
dejarse de lado el problema de la brecha digital, la cual, por lo menos en los
países latinoamericanos, es amplia. Actualmente, las comunidades sin acceso a
Internet están en clara exclusión, con pocas posibilidades de educación y
desarrollo. Si realmente se quiere democratizar el conocimiento, se debe luchar
contra estas diferencias de acceso a las nuevas tecnologías.
La educación inclusiva, además de
ser accesible a todas las personas, requiere el uso de las tecnologías
actualizadas y, con este fin, es necesaria la capacitación para su uso y
conocimiento, y lograr de esta manera la inclusión digital. El uso de las TIC
en la educación es un factor de cambio para pensar y hacer cosas diferentes.
Si se tiene un amplio
conocimiento sobre las nuevas tecnologías, las personas tendrán un análisis
crítico sobre su uso y podrán verse beneficiadas al recibir una educación que
se refleje en una mejor calidad de vida. Con esta visión, es posible que estemos
ante un nuevo derecho de acceso al entorno tecnológico y de equidad social,
como parte de la inclusión educativa; Sin embargo, esta inclusión digital no es
sencilla, por las diferencias existentes en los grupos sociales, entre ellas
las culturales, económicas y geográficas. Ante este panorama, se requiere la
apertura y desarrollo de políticas institucionales por parte de la universidad,
para buscar la democratización del conocimiento y el impacto en la población,
así como la disminución en la brecha digital ( López,
2009 ; UNESCO,
2009 ; Vargas
García, 2015 ; Castro-Monge,
2017 ).
Como apoyo a la educación, se han
creado gran cantidad de plataformas educativas, algunas de muy alto costo y
otras de libre acceso; estas últimas también requieren ser adaptadas a las
necesidades de la universidad y representan costos para su adaptación,
actualización y mantenimiento. Con esto, se aclara que las plataformas
educativas de acceso abiertas no son completamente gratuitas, pues se requiere
invertir para ofrecer un buen servicio a quienes estudian.
El modelo constructivista tiene
en las TIC la gran fortaleza de permitir a la persona estudiante construir sus
propias acciones o procedimientos para la resolución de situaciones o
problemáticas en su entorno estudiantil. Las TIC son herramientas valiosas para
que la persona genere conocimiento basado en la relación individual con su
entorno particular; claro está que, para un aprendizaje de calidad, se requiere
el uso eficiente de las TIC por parte del cuerpo docente en los diseños
adecuados de los contenidos educativos ( Alamilla
Bazán y Zaldívar Acosta, 2011 ).
13. Papel de la persona
docente en la inclusión
Ante el nuevo escenario de la
educación con el uso de las nuevas tecnologías, se requiere un modelo en las
universidades que brinde prioridad a la capacitación y fortalecimiento de un
profesorado con una alta preparación y amplio dominio de las TIC, con un perfil
innovador e investigador. , y plena disposición para la inclusión educativa y
social.
Muchas investigaciones
relacionadas con la corriente de la educación inclusiva han denotado una
importante variable relacionada con la formación y capacitación de docentes.
Han puesto en el papel que el profesor o la profesora es una pieza clave para
desarrollar en las universidades procesos de enseñanza y aprendizaje con un
claro objetivo de educación inclusiva ( Florian
et al., 2010 ; Forlin
y Chambers, 2011 ).
En la educación superior, el
personal docente hace uso de las tecnologías de muy diferentes maneras, de
acuerdo con su nivel en el campo profesional en el cual se desempeñen. Aun en
la actualidad, existen docentes que se resisten al uso de tecnologías y esta
actitud ya no es aceptable ante los nuevos retos de la educación.
El papel de la persona docente
debe cambiar y adaptarse a los nuevos tiempos, su rol debe ser diferente. Debe
ser la guía, el enlace y un actor clave para la integración de las tecnologías
en el proceso educativo actual. Sus capacidades y competencias en el uso de las
nuevas tecnologías son fundamentales para el éxito de la educación a distancia
como factor de inclusión educativa.
Aranda
et al. (2014) señalan varias investigaciones sobre la actualidad
universitaria, cuyos resultados se relacionan con la poca o nula formación de
docentes para desarrollar procesos de educación inclusiva. Señalan la falta de
iniciativas por parte del profesorado para fortalecer el aprendizaje de sus
estudiantes, sobre todo de aquellas personas con pocas oportunidades o que son
excluidas del sistema educativo.
En estos tiempos de tanta
desigualdad, el cuerpo docente debe tomar en cuenta novedosas herramientas
tecnológicas y prácticas solidarias para una educación con inclusión y un
aprendizaje por parte de quien estudia, con una moral y una política que permita
justicia, equidad y transformación social.
En la educación a distancia, se
puede decir que el estudio es, para la persona que estudia, flexible e
independiente, de tal manera que algunos docentes pueden confundir su papel
para con su estudiante y no entender el rol que deben jugar en la planeación
del aprendizaje, en el uso de las tecnologías y en el seguimiento que debe
realizar a la persona, para que verdaderamente exista una educación inclusiva
( Litwin,
2008 ; Ramírez,
2011 ).
La persona que enseña en la
educación a distancia debe estar abierta al cambio, con una necesaria
iniciativa para el diseño de contenidos apoyados en las TIC, buscar la
interacción con la persona a la cual enseña y hacer énfasis en el análisis y
discusión de los temas. y en la retroalimentación necesaria para que su
estudiante sienta que el proceso es satisfactorio. Las TIC son herramientas,
pero el papel de la persona educadora es el enlace para una eficiente
construcción del aprendizaje y que el proceso educativo sea de calidad; debe
coordinar y crear nuevos espacios y nuevas oportunidades de aprendizaje, e
innovar, para ser parte de la educación universitaria inclusiva.
La persona con visión de
educación inclusiva debe valorar si participa en otras actividades académicas
de la universidad que aporten al conocimiento, tanto de sí misma como de su
estudiante. Se puede ser docente-investigador, dirigir tesis o trabajos finales
de graduación, usar eficientemente las TIC (videoconferencias, plataformas
educativas, videotutorías, tutorías en línea, uso de bases de datos, entre
otros.) y escribir y publicar en revistas académicas científicas. No se
pretende que deba hacer de todo, pero debe ir un paso más allá de solo impartir
la docencia, dadas las exigencias de la sociedad actual. Spengler
et al. (2007) señalan la importancia del docente-investigador, ya que
logra la implementación y complementariedad de las dos estrategias
metodológicas y utiliza en forma conjunta las fortalezas de ambas, para lograr
una mejor labor profesional educativa.
Debe quedar claro que el papel de
la persona docente en la educación a distancia requiere otra forma de pensar,
una manera distinta de hacer las cosas; Necesita iniciativas, formación y tener
clara la importancia de la inclusión de las personas en el sistema educativo
universitario.
14. Internacionalización como
medio de inclusión
En las últimas décadas, desde la
llegada de las nuevas tecnologías y sobre todo de Internet, la sociedad ha
cambiado, el mundo es otro, las fronteras están abiertas para las relaciones
entre los países (políticas, sociales, económicas, culturales y tecnológicas) y
esto incluye a la educación: ya no importa en qué parte del mundo se está; si
se tiene acceso a las nuevas tecnologías, las oportunidades educativas en otros
países están a la orden del día y, por consiguiente, esta internacionalización
de la oferta educativa es un factor de inclusión educativa.
Se puede hablar, entonces, de la
globalización de la educación, apoyada por avances tecnológicos de mayor
conexión entre los diferentes países; la información fluye por el mundo en
tiempo real, brinda el conocimiento actualizado de lo que sucede en otros
lugares y posibilita el acercamiento de las sociedades en procesos educativos
internacionales, lo cual genera, de esta forma, una serie de proyectos de
cooperación y alianzas estratégicas. educativos entre las universidades.
Esta globalización educativa
solicita la responsabilidad social de las universidades y exige la creación de
espacios educativos y de participación, lo cual incluye a docentes,
estudiantes, investigadores y personal de gestión institucional, quienes, de una
u otra manera, deben intervenir para lograr los objetivos. de la institución.
Al hablar de la
internacionalización con una perspectiva de educación inclusiva, se hacen
necesarias acciones específicas orientadas a la calidad, por parte de las
universidades; así como equidad, cobertura y acceso a la educación de
poblaciones marginales y en condiciones de vulnerabilidad. Las diferentes bases
de datos, bibliotecas digitales y portales internacionales que recopilan millas
de documentos publicados en los diferentes países se han convertido en medios
para la inclusión educativa y de acceso al conocimiento.
Aun cuando la
internacionalización es necesaria, las universidades son creadas, en su gran
mayoría, con fines y objetivos orientados a las necesidades de las sociedades
nacionales, por lo que las estrategias para internacionalizarse dependen de los
objetivos de cada institución ( Ramírez,
2011 ). No todas las universidades son internacionales; algunas se
quedan atendiendo solo las necesidades de sus países; pero, otras, por el
contrario, aprovechan las nuevas tecnologías para brindar oportunidades
educativas en otros países.
En esta temática, no todo es
sencillo; las universidades necesitan algunas condiciones para poder llevar a
cabo la internacionalización y atender, en este caso, las desigualdades que hay
en el mundo; se necesitan recursos humanos y económicos, apoyo de los Gobiernos
y visión de las autoridades universitarias para internacionalizar a la
institución en forma inclusiva.
Aunque las universidades estén
anuentes a la internacionalización, existen muchas debilidades y diferencias
entre los países. Con respecto al apoyo que recibe la educación a distancia,
hay diferentes políticas universitarias, leyes y normativas a lo interno de
cada país; Esto, en muchas ocasiones, no permite que los proyectos de
cooperación educativa lleguen a feliz término, lo cual afecta negativamente a
la educación inclusiva. Sin embargo, también son muchas las universidades que
han dado la lucha en sus países por la credibilidad de la educación a distancia
e impulsar ante las autoridades políticas nuevas normativas y leyes que han
contribuido a que la educación a distancia brinde grandes oportunidades a las
personas. sin importar en cuál país se centran.
15. educación secundaria
inclusiva
Aunque no sea vinculante con el
quehacer y los objetivos de la educación superior universitaria, merece hablar
de la educación a distancia a nivel de secundaria. Anteriormente, se ha
señalado que la mayoría de estudiantes de primer ingreso en las universidades
con modelo a distancia provienen de la educación secundaria con modelo
presencial y que esto podría afectar en un alto porcentaje la permanencia
estudiantil, al conocer la persona poco sobre la modalidad de educación a
distancia.
Vale traer a colación un proyecto
que nació en Costa Rica, mediante un convenio firmado entre la Universidad
Estatal a Distancia y el Ministerio de Educación Pública, para crear el Colegio
Nacional de Educación a Distancia (CONED), un proyecto con gran visión de
educación inclusiva. . En él, se buscaba compartir los costos; por un lado, el
Ministerio de Educación pagaba al personal docente y la universidad realizaba
los procesos de matrícula y aportaba infraestructura, logística, costos
administrativos, recursos humanos, materiales didácticos y demás gastos. De
esta manera, posterior a su matrícula, a las personas estudiantes se les
entregaban los materiales didácticos, para que realizaran sus estudios
semestrales en sus casas, con tutorías presenciales, exámenes y tareas que
debían entregar en las sedes de la universidad.
Es una realidad que este proyecto
nació en virtud del gran prestigio que había ganado en el país la educación a
distancia gracias a la UNED de Costa Rica y el propósito de inclusión educativa
liderada por dicha universidad se quería llevar a la educación secundaria. Tras
varios años de pensamiento, la idea se formalizó con su firma en julio del año
2005 y fue una iniciativa que nació para costarricenses, sobre todo de bajos
recursos económicos y personas mayores de dieciocho años que, por muchas
razones de exclusión educativa y falta de oportunidades, nunca realizaron sus
estudios de secundaria en la educación general de Costa Rica ( Castro-Monge,
2017 ).
Las matrículas del CONED rondan
un promedio de cinco mil estudiantes y el proyecto ha sido muy beneficioso para
estudiantes de bajos recursos y de zonas alejadas de la Gran Área
Metropolitana. Dentro de sus fortalezas, está el hecho de que la persona estudiante
de secundaria conoce muy bien el modelo de educación a distancia, lo cual le
permite tener, al ingresar a la universidad, el conocimiento necesario sobre
dicha modalidad; esto, de alguna manera, le da fortalezas y ventajas para la
permanencia y el éxito, por lo que proyectos similares en diferentes países con
el apoyo de universidades podrían ser de un gran apoyo para la sociedad y un
factor importante para la inclusión universitaria.
DISCUSIÓN
Este artículo ha pretendido dar a
conocer una perspectiva acerca de los factores que las universidades de
educación a distancia deben atender para ofrecer una educación inclusiva. El
solo hecho de que una universidad cuente con una modalidad de educación a
distancia no la convierte en cien por ciento inclusiva. Claro está que la
modalidad sí ha logrado ofrecer grandes oportunidades a personas que jamás las
habrían tenido en la educación presencial.
La educación a distancia es
sumamente dinámica, sobre todo por el enorme avance de las tecnologías. Por
esta razón, las universidades deben analizar continuamente su misión y su
quehacer académico, con el fin de buscar los medios y estrategias para una educación
inclusiva, ya que la educación es un medio para la inclusión social. Es desde
la misión donde inicia la inclusión, desde allí debe establecerse claramente el
papel que la universidad debe tener para lograr una educación inclusiva.
El tema de la inclusión se
discute en la Organización de las Naciones Unidas con los objetivos de
desarrollo sostenible, está inmersa en las políticas educativas de los países
ya lo interno de las universidades; Sin embargo, la evolución que ha tenido es
diferente en cada país, ya que es desigual. Aunque se tiene clara la
importancia de la inclusión de las personas en la educación universitaria, los
Gobiernos y las universidades deben trabajar de la mano e implementar todo lo
que sea necesario para lograr realmente la inclusión educativa.
Las personas excluidas son
marginadas y no tienen acceso a las oportunidades que se presentan en la
sociedad, lo cual repercute en pobreza y falta de competencias básicas para
optar por el trabajo y los ingresos necesarios para subsistir.
La inclusión tiene que ver con
los derechos de las personas, es una responsabilidad de las universidades poner
este tema en la discusión de las agendas de las autoridades universitarias. En
el presente, no se puede permitir la desigualdad ni la injusticia en temas de
educación. La exclusión es inaceptable desde todo punto de vista y debe ser
abordada en los debates, foros y congresos; pero, sobre todo, se deben plasmar
los objetivos y las metas en los planos de desarrollo y, además, establecer los
planos de acción, para que no se quede todo en el papel.
En esta misma línea, la
planificación universitaria se convierte en un soporte de la institución y
requiere muchos insumos al realizar los planos de desarrollo. Las universidades
siempre analizan y toman en cuenta la cantidad de estudiantes que tienen; Sin
embargo, ¿cuántas universidades se han preguntado acerca de la cantidad de
personas del país que por diferentes razones están siendo excluidas de la
educación superior universitaria? Contar con esta información es
responsabilidad de los gobiernos y de las universidades; solo así se podrán
tomar las medidas correctivas a lo interno de la institución para brindar las
oportunidades educativas a estas personas.
Es necesario señalar que la
educación no es el único medio para enfrentar y superar los problemas de
exclusión social. Se ha mencionado que son varias las dimensiones de exclusión
social y que las personas se ven afectadas por temas laborales, políticos,
económicos, culturales, de género, diversidad sexual, ubicación geográfica y
discapacidad; Sin embargo, en lo que respecta a la dimensión educativa, las
entidades universitarias deben tener claro que las limitaciones y debilidades
que existen a lo interno de cada universidad no deben generar mayor exclusión.
El tema de inclusión educativa
corresponde tanto a la educación a distancia como a la modalidad presencial
convencional. Es una realidad que la educación a distancia ha venido a
democratizar la educación universitaria y ha llegado a regiones y personas que
no habían tenido acceso a la educación. El continuo avance de las TIC debe ser
aprovechado junto con Internet para ofrecer mayores oportunidades; Sin embargo,
se debe tener mucho cuidado para que estas tecnologías no se conviertan más
bien en un factor de exclusión, ya que la brecha digital en muchos países aún
es grande y muchas personas no tienen acceso a las tecnologías. Las
universidades deben brindar educación con igualdad y equidad, y buscar los
medios necesarios para hacer llegar esas tecnologías a quienes las requieran,
para una verdadera educación inclusiva.
A partir de los factores que aquí
se mencionan, se deben establecer estrategias y planes de implementación para
lograr la educación inclusiva: acceso, cobertura, igualdad y equidad, atención
de poblaciones en condiciones de vulnerabilidad, programas de extensión y
acción social de acuerdo con las necesidades de las regiones, programas de
becas, género, calidad en la academia y la gestión, permanencia del estudiante,
pertinencia de la oferta académica, pertenencia de la persona estudiante, uso
eficiente de las TIC, papel de la persona docente en la inclusión,
internacionalización como medio de inclusión y la educación secundaria
inclusiva. Todos ellos son necesarios para poder hablar realmente de educación
inclusiva. Se debe prestar la atención necesaria a estos factores, para
establecer las actividades necesarias que impacten en la inclusión educativa de
las personas, pues, aunque mucho se habla actualmente de la educación
inclusiva, ¿tienen las universidades en sus planos de desarrollo las
estrategias necesarias para lograrla?
Ha sucedido que el tema de la
inclusión se encuentra en el discurso, en documentos y en políticas
universitarias; pero, a lo interno de las universidades, muchas veces no está
claro el concepto de educación inclusiva y cómo lograrlo.
En este mismo sentido, las
universidades deben vincular los planes de desarrollo, planes académicos y
planes sectoriales de la institución con la Agenda 2030, se debe trabajar el
tema de inclusión educativa desde las políticas universitarias, y se hace necesario
establecer indicadores de gestión y estrategias. básicos para la
implementación, control y seguimiento necesarios para el logro de los objetivos
en este tema.
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Notas del autor
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