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La Policía Municipal impidió este sábado que unos empresarios autorizados por el Ayuntamiento de Madrid transportaran una máquina pesada sobre unos edificios residenciales cerca del Retiro sin que existiera un plan de evacuación. Como suena. La orden alivió a cientos de vecinos de la calle de Cavanilles, el distrito de Pacífico, que pasaron una jornada en vilo hasta que los agentes paralizaron la operación, pasadas las siete de la tarde.
“Los promotores del traslado”, escribía el periodista Fernando Peinado en su crónica, “quieren construir un aparcamiento en el patio de manzana de esos inmuebles y contaban con autorizaciones municipales para instalar una enorme grúa y pasar materiales por encima de los edificios, pero los agentes han asumido la responsabilidad de cancelar el transporte por el riesgo para los residentes”. Lo mejor de esta historia es este diálogo que se produjo entre los agentes, los vecinos y los empresarios. Tal fue la sorpresa para el policía que vio la grúa en mitad de la calle, que no podía creer que una operación así contara con el permiso del Ayuntamiento y así se lo dijo a los responsables de la obra: —La persona del Ayuntamiento que ha firmado ese documento ha estado aquí hace un rato y no ha dado la cara. Ni me ha visto a mí siquiera. Se ha ido. Ha dicho ‘ahí va mi madre, que dé la Policía la cara’. —¿Y quién asume el coste de la grúa de 100.000 euros aquí parada?—, le respondió uno de los empresarios. —Yo soy policía y estoy con un dilema, un problema gravísimo. Si digo que no, les perjudico a ustedes; si digo que sí les perjudico a ellos. La grúa, finalmente, se marchó de allí. ¿Supone esto el final? Ni mucho menos. Este lunes, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, respondía así a la prensa durante un acto en los alrededores del Palacio Real: “Entiendo la inquietud de los vecinos. A partir de ahí, lo que hay que ver es si vuelven a solicitar ese permiso y, en ese caso, solicitar todas las medidas de seguridad imprescindibles”. Vamos, que la gigantesca grúa volverá a aparecer tarde o temprano en Cavanilles. |
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