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Están a punto de producirse dos noticias que coinciden en una protagonista, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y en una cifra redonda, un millón.
El titular que seguramente generará más atención es que Ayuso va a superar probablemente en cuestión de días la marca de un millón de seguidores en la red social X. Tiene 988.000, lo que la convierte en una de las políticas más populares de España. La siguen casi cinco veces más cuentas que a su jefe en el PP, Alberto Núñez Feijóo, que suma 203.000, aunque Ayuso queda aún lejos de su archienemigo, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, que ostenta 1,8 millones.
El otro titular puede o no puede producirse. Está en las manos de Ayuso que el sistema de salud madrileño se libre de superar por primera vez la deshonrosa cifra de un millón de citas sanitarias en espera. A lo largo de 2023 este dato ha ido al alza (811.408 en enero) y en octubre llegó al récord histórico de 976.186. Afortunadamente, el último informe mensual, de noviembre, muestra una ligera mejoría y ahora son 941.034 las citas en cola.
Este dato proviene de la suma de los tres tipos de listas de espera (quirúrgica, especialista y diagnóstica) y muestra que la sanidad pública madrileña está embotellada y es incapaz de dar una respuesta rápida y eficaz a cientos de miles de personas enfermas. Lo irónico es que Ayuso presume de su gestión de las listas. Suele seleccionar la lista que le favorece (quirúrgica) y omite que, para llegar a quirófano, los pacientes deben pasar por especialistas y diagnósticos, donde se concentra el atasco.
En teoría, la mala marcha de la sanidad podría dañar la reputación de la presidenta, pero una y otra noticia (el récord en X y el récord en las esperas) son compatibles.
Como Ayuso ha demostrado una y otra vez, su popularidad y su gestión no van de la mano. Sucedió cuando su Gobierno condenó a miles de mayores enfermos de covid a una muerte indigna en las residencias de Madrid pero, un año después, logró un éxito electoral. O también cuando su anterior jefe, Pablo Casado, denunció que Ayuso había contratado a su hermano por 280.000 euros y miles de simpatizantes se congregaron en Génova para pedir su dimisión, que consiguieron. O cuando cientos de miles de madrileños abarrotaron Cibeles para reclamar, entre otras medidas sanitarias, la vuelta de los médicos a las urgencias de barrio, pero ella logró un nuevo triunfo en las urnas.
No sabemos si llegaremos al millón de citas en cola. Quizá Ayuso dé respuesta a esos madrileños enfermos. Haga lo que haga, parece seguro que pronto celebrará que, en X, es millonaria. |