Recuerdas, cuando estabas en el colegio, cómo era el patio de recreo ¿Recuerdas en dónde estaban las niñas y en dónde estaban los niños? Probablemente, los niños ocupaban con contundencia el espacio central de las canchas, mientras las niñas estaban más bien en los márgenes, un poco arrinconadas, esquivando los balones y las brusquedades. Cómo y cuáles son los espacios que se pueden habitar parece ser algo que la sociedad le enseña a las mujeres desde pequeñas, no en vano conquistar lo público con seguridad, poder salir a la calle solas ha sido una de las grandes luchas femeninas.
En esa búsqueda de ensanchar los límites que constriñen lo que puede o no puede una mujer, ha habido históricamente un lugar que se les ha revelado como distante, imposible, inseguro, alejado de sus posibilidades económicas y, sobre todo, dominado por lo masculino: el espacio del viaje. Por siglos, los hombres que viajaban bajo la etiqueta romántica del aventurero, se toparon escasamente con alguna mujer viajera en los siglos XVIII y XIX. Las pocas que lo hacían, corrían el riesgo de que “su reputación disminuyera y de que eso fuera muestra de una falta de modestia”, como lo recuerda la profesora india Sonia Khan, en su artículo académico sobre el viaje femenino, en donde señala, además, que a pesar de ir solas en sus carruajes, las mujeres no lo estaban realmente: eran parte de la élite y en tanto llevaban un séquito de ayudantes hombres a su merced.
El viaje, según la profesora experta en turismo, de la Universidad del Estado de México, Marivel Mendoza, empezó a popularizarse entre las mujeres después de los años 70 y, en México, casi una década después. Pero a pesar de ser una actividad que siempre se presentó como alejada de las posibilidades femeninas, los datos más recientes demuestran que las mujeres están viajando solas más que nunca en la historia.
Para 2010, ya el Harvard Business Review advertía que la cantidad de mujeres que viajaban solas había aumentado un 230%. El viaje en solitario era muy popular entre europeas y norteamericanas, pero con los años, esta tendencia ha llegado también a las mujeres latinas. Según datos de la compañía aérea Latam, en 2023, de los más de 31 millones de viajes realizados por mujeres en la red de destinos del grupo, la mayoría (51%) lo hizo sola.
“Parece que una de las muchas formas en que las mujeres han estado ejerciendo su reciente autonomía financiera y social durante las últimas décadas es a través de los viajes. Gracias a la investigación turística ya se sabía que las mujeres son las principales responsables de la toma de decisiones con respecto a las vacaciones familiares, pero las mujeres también se están volviendo sujetos activos en su consumo de otro tipo de viajes”, consigna la profesora Mendoza en la investigación hecha con otras colegas publicada en la revista Pasos, ‘Mujeres que viajan solas, la experiencia de turistas mexicanas’.
En esta investigación, se buscó reconocer justamente cuáles son las experiencias de las mujeres que viajan solas en México. “Revisamos estudios de otras partes del mundo, principalmente mujeres canadienses, inglesas, japonesas, y encontramos que prácticamente en Latinoamérica no se estaba escribiendo sobre esto. Queríamos saber cómo lo viven las mujeres latinas y encontramos en redes sociales y páginas web a 20 mujeres a las que entrevistamos. La muestra no es representativa, pero sí es indicativa de que, en México, estas mujeres que se lanzan a viajar solas tienen niveles educativos altos, independencia económica, conciencia sobre sus derechos y sobre las condiciones que ellas como mujeres pueden reclamar”, explica la académica.
Según la literatura recogida para la investigación, las principales razones que alientan a las mujeres a comprarse un boleto de avión e irse de viaje consigo mismas son: “La necesidad de salir de su zona de confort para desarrollar un sentido de autonomía e individualidad y probarse a sí mismas. Muchas mujeres descubrieron que viajar en solitario aumentaba su independencia, ya que aprendieron a manejar ellas mismas sus vicisitudes y a estar a cargo de su propio destino, sabiendo que solo podían confiar en ellas mismas”. |