Un deporte siempre comienza como un hobbie, una elección sobre muchas disciplinas que acaba enamorándote de una u otra forma. Hay otros, en cambio, que nunca se fijan en una actividad por diferentes motivos, aunque miran de reojo cómo disfrutan sus amigos o conocidos. Más allá de la toxicidad que pueda generar a la hora de la competición, practicar una disciplina física ya sea colectiva o individual trae consigo multitud de beneficios a nivel de salud, pero te ayuda también a generar un círculo social que comienza desde edades tempranas y puede perdurar durante años y años. En una sociedad donde la competitividad y la polémica subsisten de la mano en busca de alimentar la opinión pública para uno u otro lado, también existe el lado bueno, un apartado positivo que a pesar de que te superen en los últimos segundos, siempre tienes una buena palabra, una sonrisa o simplemente un gesto amistoso contra tu rival porque, a pesar de ser tu rival durante la competición, después es un amigo, como es el caso de Carmen Avilés. La atleta nacida en Madrid pero cordobesa de adopción es una clara imagen de lo que es el atletismo: luz, magia y una sonrisa de oreja a oreja cuando habla de sus compañeras de selección y contrincantes durante los Campeonatos de España. |
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