Hay que esperar a esta noche, porque los augurios para el encuentro en la Casa Blanca de Donald Trump y Vol... ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ | | | | Lunes 18 de agosto de 2025 | | | | | | | | Trump y Putin durante su encuentro. | Hay que esperar a esta noche, porque los augurios para el encuentro en la Casa Blanca de Donald Trump y Volodímir Zelenski es posible que se queden cortos. Ni siquiera es seguro que el presidente de EE UU se avenga a recibir juntos al dirigente ucraniano y a la comitiva de mandatarios europeos y de la OTAN que ha decidido acompañarle, para mostrar el apoyo de los aliados al país invadido, y para limitar los daños después de la experiencia del pasado febrero. Algunas versiones anticipan que habrá Despacho Oval para Zelenski y luego cena conjunta con todo el grupo. | | Durante la pasada madrugada, Trump ha trasladado su entusiasmo pueril por la cita. «Nunca hubo tantos líderes europeos a la vez. Es un gran honor recibirlos», asegura, sin que pueda saberse si está feliz por la contribución de tanto visitante a su política de escaparate o se ríe directamente de este último esfuerzo de Europa por tener voz en un momento decisivo para el futuro de Ucrania y de todo el continente. | | A Washington no llegan los gritos que se escuchan entre los escombros de los edificios residenciales atacados esta noche en Járkiv por Vladímir Putin. La periodista Rachel V. Scott, corresponsal política de ABC News, es lo único que merece la pena salvar del desgraciado episodio de Alaska: «¿Va a dejar de matar a civiles?», preguntó a la cara a Putin. Este no se lo podía creer. Trump tampoco. | | La cumbre del viernes en Alaska produjo un resultado tan previsible como nefasto para el inmediato porvenir de Ucrania. Trump olvidó pronto su supuesta intención de arrancar un alto el fuego al autócrata ruso. De inmediato asumió, si no la llevaba ya de serie, la intención de Putin de pasar directamente a «un acuerdo de paz» que contemplaría todos los objetivos que persigue Moscú no ya desde hace tres años y medio, sino desde hace más de una década. | | | El abandono de Ucrania, con todo, no es cuestión de un día. Se lleva fraguando desde que el presidente de EE UU inició su segundo mandato. En los últimos días, la banda de aduladores que le rodea en la Casa Blanca emitió mensajes inequívocos. «Los estadounidenses están hartos de seguir destinando el dinero de sus impuestos a este conflicto. Si los europeos quieren comprar armas a nuestros fabricantes nos parece bien, pero ya no vamos a financiar más», declaró el vicepresidente J. D. Vance, insistiendo en la falacia de una ayuda de su país ahora suspendida, y superada hace tiempo por la que aportan los europeos. «La vida en EE UU se verá prácticamente inalterada haya paz en Ucrania o no», continuó ayer el secretario de Estado Marco Rubio. | | El presidente remató esta madrugada: «Zelenski puede acabar con la guerra casi inmediatamente si quiere», difundió Trump, confirmando, por si quedaban dudas, la fusión de sus objetivos con los del Kremlin, la comunión absoluta para obtener la capitulación de Ucrania y, en caso contrario, culpar al país invadido de no querer terminar con la guerra. | | | A Europa le quedan cartas | | Trump quiere regalarle a Putin la posibilidad de hacerse con el territorio ucraniano del que se ha apropiado en lo que va de guerra, y regalarle además las zonas que ambiciona pero no ha logrado conquistar. Según la información que maneja el Gobierno de Reino Unido, quedarse con Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia le costaría al Kremlin otros cuatro años más de carnicería y al menos dos millones de bajas más entre sus filas, si Zelenski no se rinde. | | «Si Zelenski quiere», como dice Trump, Putin arrebataría al país invadido territorios, habitantes y riquezas minerales. Los ucranianos se despedirían para siempre de la ilegalmente anexionada Crimea. Si Zelenski transige con una capitulación, el camino al control de Kiev quedaría expedito para Rusia. Y todo ello sin garantía alguna de que Moscú no trate de quedarse con toda Ucrania en el siguiente capítulo. O de que la fiesta no continúe en los países bálticos, en Polonia, Finlandia… Claro que estas naciones están bajo el paraguas de la OTAN y a Ucrania se le cierra este camino por acuerdo de Washington y Moscú. | | Frente al poder conjunto de Trump y Putin, a Europa le quedan cartas, si logra superar su inacción y romper el cordón umbilical con EE UU. | | Una estrategia europea pasaría por aumentar y aplicar de verdad las sanciones contra la maquinaria de guerra de Rusia, acompañado de un castigo secundario a quienes ayuden a eludir las restricciones. Los manoseados activos rusos congelados, estatales o de privados vinculados al Kremlin, deben transferirse a la defensa y reconstrucción de Ucrania. Habría que eliminar toda importación de energía y materias primas rusas y terminar con la 'flota fantasma' de petroleros. En definitiva, la UE, Reino Unido, Canadá y otros deben pasar a la acción. | | Si todo son malos presagios para Ucrania, ¿qué decir de Gaza? | | Cuando informamos de la continuidad del plan de Benjamin Netanyahu para arrasar toda la Franja y matar o «reasentar» a sus dos millones de habitantes, olvidamos quién financia y da apoyo político a toda esta desgracia. | | Es el mismo Estados Unidos que acaba de «paralizar» todos los visados para «individuos de Gaza». Los «individuos» son niños que perdieron brazos, piernas y a toda su familia en bombardeos, y a los que una ONG traslada a territorio estadounidense para recibir atención médica y educación. Después de obtener el casi imposible permiso de Israel. | | Una ultraderechista amiga del presidente, Laura Loomer, 'descubrió' la llegada de un puñado de menores a San Francisco, publicó como «exclusivo» el vídeo ya difundido por la ONG Heal Palestine y preguntó si «está al tanto el secretario Rubio». El argumento de la bloguera es que «la base MAGA no votó a favor de una mayor inmigración islámica a EE UU». La 'invasión' de once pequeños, que en cuanto reciban atención serán despachados a Egipto, mueve montañas en la Casa Blanca de Trump. | | | | | | | | Síguenos en nuestras redes | | | | | | | Has recibido esta newsletter editorial como usuario de ELCORREO.COM. 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