La semana pasada, muchos elementos prorrusos de esos que llenan las redes sociales occidentales con la narr... ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ | | | | Miércoles 30 de julio de 2025 | | | | | | | | Cuando la democracia funciona | | La semana pasada, muchos elementos prorrusos de esos que llenan las redes sociales occidentales con la narrativa del Kremlin, a la que se refieren siempre como una 'visión alternativa que no verás en los medios', se frotaron las manos cuando vieron que los ucranianos salían a las calles a protestar en número creciente contra la ley que su presidente, Volodímir Zelensky, había aprobado con nocturnidad y alevosía para poner las dos agencias anticorrupción del país -NABU y SAPO- bajo control del fiscal general, a quien él designa. | | Con razón, los ucranianos rápidamente vieron en ese movimiento, justificado con vagas acusaciones de injerencia rusa, el fin de la independencia de dos instituciones clave para limpiar de corrupción el gobierno. «Esta no es la Ucrania por la que luchamos», decía una de las improvisadas pancartas que los manifestantes prepararon con cartones. Estaba escrita en español, porque los ucranianos son muy conscientes de que el mundo está escrutando todo lo que sucede en su país y la presión internacional juega en su favor. | | | Una de las pancartas en la manifestación. Anastasiia Tarashchuk | Los rusos, por su parte, creyeron ver en su enemigo una grieta interna que podían explotar para poner en marcha la estrategia 'divide y vencerás'. Sin embargo, no se dieron cuenta de que, a ojos de cualquier occidental, las protestas y cómo el gobierno ha reculado rápidamente para evitar que el asunto se convierta en una peligrosa bola de nieve política, son una victoria del sistema democrático. | | En Rusia algo así sería impensable, porque cualquier disidencia se corta de raíz. Solo se permite la manifestación a favor del régimen de Vladímir Putin. Pero donde los propagandistas miopes ven inestabilidad, lo que realmente hay es libertad de expresión. Lo que Moscú considera una debilidad es, en realidad, la fortaleza que Ucrania quiere preservar y nutrir. Que Zelensky haya reculado es buena señal, aunque al país eslavo le queda aún mucho camino por delante si quiere equipararse a los sistemas democráticos de la Unión Europea. | | Estos son los temas que abordaremos hoy: | | - Desterrar a la Unión Soviética para siempre
- También crece la indignación en Israel
- La guerra que nunca llega a serlo
| | Desterrar a la Unión Soviética para siempre | | Nadie niega que Ucrania sea uno de los países más corruptos de Europa. Como muchas otras exrepúblicas soviéticas, se rige por un sistema político y económico en el que los oligarcas -empresarios que amasan demasiado dinero e influencia- marcan el paso extendiendo sus tentáculos por casi todos los sectores y estamentos. Es un modelo que aún no ha sido desterrado por completo, y que convierte a Ucrania -lo mismo que a Rusia o Bielorrusia- en un país con enormes desigualdades e injusticias sociales. Muestra de ello son las diferentes ocasiones en las que he hablado con hombres que me han reconocido no tener miedo a que les llamen a filas porque tienen «contactos» o pueden pagar a quien haya que untar para evitarlo. | | | Manifestarse a veces surte efecto. AFP | La Unión Europea es completamente consciente de esto y trata de obligar a que Kiev vaya adoptando medidas e instituciones que permitan ir reduciendo el poder de estos oligarcas para fortalecer el Estado de Derecho. Esa progresiva 'limpieza', a la que le queda aún mucho camino por recorrer, puede ser uno de los aspectos más positivos de esta trágica invasión. Porque, seguramente, en otra situación Zelensky no habría tenido suficientes incentivos para recular con tanta velocidad ni Ucrania habría considerado necesario avanzar con tanta celeridad en las reformas que la UE exige para considerar su acceso. | | Desde los gobiernos autoritarias, estos vaivenes se suelen mostrar a menudo como una debilidad. Sin embargo, son una fortaleza que refleja la diversidad de la sociedad y su espíritu crítico. Además, que en los regímenes dictatoriales no haya disensión pública no refleja estabilidad sino temor. Y Putin debería saberlo bien porque vivió la caída de la URSS en primera persona. En cuanto el pegamento del miedo se acaba, todo se desmorona y busca su cauce natural. | | | Parece que Zelensky ha evitado una crisis política. EFE | China puede ser la excepción a esta regla. Pero, a diferencia de lo que hace Putin, el Partido Comunista ofrece a la población un bienestar creciente en un ecosistema económico dinámico, innovador y lleno de oportunidades para el desarrollo personal y profesional. Rusia, sin embargo, es un país pobre a pesar de sus grandes riquezas naturales, pilar de una economía en la que solo los oligarcas se llenan los bolsillos. Hidrocarburos y guerra son el sustento de un régimen que, seguramente, no sobreviviría a unas elecciones justas y plurales. Puede que Zelensky sea historia después de las próximas que celebre Ucrania (no, por ley no se pueden organizar en medio de una guerra), pero el país habrá avanzado hacia el ideal de una democracia moderna y limpia al que aún no ha llegado nadie. | | | También crece la indignación en Israel | | Sin duda, el país que más se acerca a ese ideal en Oriente Próximo es Israel. Gracias a ello, quienes se horrorizan con las tácticas bélicas del gobierno de Benjamín Netanyahu en Gaza comienzan a hacerse oír. La mayoría de la población hebrea apoya el objetivo de acabar con Hamás y, sobre todo, de lograr el retorno de los rehenes aún en manos de la organización terrorista. Sin embargo, la creciente hambruna provocada por el bloqueo de la Franja, cuyas horribles imágenes están sacudiendo la conciencia de todo el mundo, estremecen a muchos también en Israel. | | No todo vale. Las manifestaciones en contra del uso del hambre como arma de guerra todavía son pequeñas, pero ya se están produciendo. Y esta semana dos ONG israelíes se han atrevido a romper un tabú y han llamado a lo que Netanyahu está haciendo en Gaza «genocidio». Es, sin duda, una palabra que, por razones obvias, tiene un significado muy especial en Israel. | | | Samah Matar con su hijo malnutrido Youssef. Reuters | Las imágenes de niños esqueléticos al borde de la muerte han demostrado ser mucho más poderosas para mover a la acción que las de niños muertos. Aunque es imposible saber hasta qué punto Hamás es responsable de esta situación -como denuncian Israel y Estados Unidos-, porque Tel Aviv impide el acceso de la prensa internacional a Gaza y deja así en manos de Hamás la narrativa de lo que allí sucede, es evidente que un cambio en la estrategia de Netanyahu debe promoverse desde dentro. No en vano, muchos israelíes comentan que les da igual lo que el mundo piense de lo que están haciendo -aunque creo que exageran un poco-. Pero sí les preocupan las tensiones internas que se puedan generar, y que son las que más pueden presionar al gobierno para que modifique su estrategia. | | | Los pocos alimentos que hay en Gaza además son carísimos. AFP | Quizá Hamás considere esa una debilidad del sistema democrático, porque esta organización terrorista que lleva dos décadas sin organizar elecciones en la Franja, no permite esta disensión. Sin embargo, es una muestra de fortaleza. Y ojalá cuando la guerra acabe y se deje de masacrar a los gazatíes, estos puedan elegir libremente a sus líderes y castigar a quienes, en parte, les han abocado a esta tragedia. Porque, si Ucrania tiene un largo camino por delante en la creación de una sociedad libre, moderna, igualitaria y justa, Palestina aún está por dar el primer paso. Que se reconozca su Estado, como se debate hasta hoy en Naciones Unidas, puede ser ese primer paso, pero luego tienen que llegar muchos más para acabar con la corrupción, el machismo, el integrismo religioso y una larga lista de lacras. | | | La guerra que nunca llega a serlo | | Muchos de los conflictos actuales hunden sus raíces en un chapucero proceso de descolonización. A menudo, las potencias occidentales se marcharon de los territorios que habían conquistado de forma apresurada y delineando fronteras sin tener en cuenta las peculiaridades socioculturales de los países que habían esquilmado previamente. En el caso de la Indochina francesa, uno de los problemas que surgió no fue entre los tres países que la componían, sino entre Camboya y Tailandia. | | En 1907 los franceses trazaron la primera frontera con el antiguo reino de Siam -ahora Reino de Tailandia- y esa línea se mantuvo cuando el país jémer logró la independencia, en 1953. Phnom Penh y Bangkok heredaron una disputa territorial que tiene varios templos en su centro y que fue agitada primero por una sentencia de la Corte Internacional de Justicia, que en 1962 dio la razón a Camboya, y después en 2008 por la Unesco al declarar Patrimonio de la Humanidad el templo de Preah Vihear. Ese último año y en 2011 también, ambos países combatieron durante breves periodos de tiempo y cerraron en falso este enfrentamiento latente que la semana pasada volvió a estallar. | | | Soldados camboyanos con un lanzacohetes del año de la polca. AFP | Es una guerra que no termina nunca de eclosionar. Queda siempre circunscrita a una serie de combates que provoca varias docenas de muertos y que se cierra con un alto el fuego -el último firmado este lunes- que pone punto y seguido. Porque a nadie le interesa una guerra en el sudeste asiático. Sobre todo Camboya tiene todos los incentivos para evitarla, ya que su ejército es un tercio del tailandés y ni siquiera cuenta con cazas en sus fuerzas aéreas. Pero no da su brazo a torcer, y Bangkok tampoco. Así que quienes habitan los 800 kilómetros de aquella frontera dibujada por los franceses solo pueden esperar al próximo intercambio de disparos. | | Es todo por hoy. Espero haberte explicado bien algo de lo que está ocurriendo en el mundo. Si estás suscrito, recibirás esta newsletter todos los miércoles en tu correo electrónico. Y, si te gusta, será de mucha ayuda que la compartas y la recomiendes. | | | | | | | | | Zigor Aldama | | | | | | | | | | Zigor Aldama | | | | | | | | | | Zigor Aldama | | | | | | | | | | Zigor Aldama | | | | | | | | | Síguenos en nuestras redes | | | | | | | Has recibido esta newsletter editorial como usuario de ELCORREO.COM. 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