| El gran pilar sobre el que pivota la estrategia MAGA (Make America Great Again, hagamos de nuevo grande Amé... ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ | | | | | | Miércoles 3 de septiembre de 2025 | | | | | | | | | | Trump no logrará reindustrializar América | | | El gran pilar sobre el que pivota la estrategia MAGA (Make America Great Again, hagamos de nuevo grande América) de Donald Trump es la reindustrialización de Estados Unidos. Es lo que justifica, en gran medida, su batalla arancelaria contra los países que tienen superávit comercial con la superpotencia (y los que no, también), y muchas otras medidas que tienen como objeto recuperar la producción que se marchó en los primeros compases de la globalización para lograr así la creación de empleos en manufacturas. No en vano, el sector emplea ahora a tanta gente como en 1950, cuando Estados Unidos tenía menos de la mitad de la población actual. | | | El de Trump quizá fuese un buen plan a mediados del siglo XX, precisamente cuando se comenzaron a retirar los aranceles y arrancó la estrategia de deslocalización. Sin embargo, en pleno siglo XXI, este objetivo es ya una quimera. Incluso si Trump lograse recuperar la fabricación de algunos bienes, sobre todo en el sector tecnológico, la creación de empleo sería relativamente pequeña, ya que el propio sector demanda cada vez menos mano de obra por el avance de la robótica y la irrupción de la inteligencia artificial generativa. Es más, en la rival China ya hay fábricas que trabajan a oscuras porque solo hay robots en ellas. | | | Los coches eléctricos de Rivian se ensamblan en EE UU y cuestan el doble que los chinos. Reuters | | No vamos a volver a discutir sobre la inefectividad de los aranceles, esos impuestos que acaban pagando los estadounidenses y que provocan una presión inflacionista. Ni sobre el nuevo orden mundial que se está gestando en China en torno al Sur Global y los países en vias de desarrollo ya que miran más hacia Oriente que a Occidente (al final encontraréis varios enlaces a informaciones que hemos publicado al respecto). Pero sí sobre los elementos que imposibilitan la consecución de las metas de Trump. Porque, si bien es cierto que siempre habrá ejemplos de empresas que encuentran en Estados Unidos la ubicación ideal para producir sus productos y cobrar un 'premium' por el 'Made in USA', la ecuación que determina dónde se establece una fábrica no se basa únicamente en esos gravámenes. Tienen su impacto, sin duda, pero no son tan relevantes como muchos -incluido el propio Trump- creen. | | | Por eso, en la última newsletter antes de que regrese a China unas semanas, abordaré brevemente (hay estudios mucho más exhaustivos e interesantes) las diferentes razones por las que creo que Trump no tendrá éxito en hacer grande América de nuevo. Muchos de esos elementos, además, se pueden aplicar también en Europa. | | | | La fabricación globalizada es asunto asiático | | | Tener la fabricación cerca ofrece algunas ventajas importantes: se ahorra en transporte -más en tiempo que en dinero- y se gana tanto en flexibilidad como en control de calidad. Occidente lo certificó durante la pandemia, cuando se dio cuenta de que no era capaz ni de producir mascarillas quirúrgicas. Se decidió entonces mantener al menos unas reservas sustanciales de productos críticos, y la rotura de la cadena logística hizo que muchas empresas se replantearan relocalizar la producción. Muchos avanzaron una nueva revolución industrial que no se ha materializado. Es más, entre 1997 y 2023 el número de fábricas en Estados Unidos ha caído un 25%. | | | Eso sí, ha pasado un lustro del covid y es cierto que se han producido algunos cambios relevantes: muchas empresas han decidido diversificar su base manufacturera respondiendo a la estrategia de 'China+1' o incluso eliminando a China de la ecuación para evitar depender en exceso de un gigante asiático que ya ha demostrado que no piensa dos veces cerrar los puertos si lo cree necesario. Pero eso no quiere decir que hayan regresado al país en el que tienen registrada su sede social. La mayoría ha buscado alternativas en otros países asiáticos, ya que el continente es imbatible a la hora de producir. Y no solo en relación al precio. | | | Muchos de los talleres de EE UU están además tecnológicamente atrasados. Reuters | | Apple, por ejemplo, protagoniza un movimiento interesante. Diferentes fuentes avanzan que el próximo iPhone, la joya de la manzana californiana, saldrá más de India que de China. Pero no de Estados Unidos, donde la empresa ensambla algunos de sus ordenadores, casi como una muestra de buena voluntad. Conviene resaltar la palabra ensamblar, porque una cosa es de dónde sale el producto final y otra muy diferente de dónde llegan sus componentes. Es el truco que permite poner 'Made in Italy' a artículos de moda en los que solo las últimas puntadas se han dado en tierras italianas. O los relojes suizos, que para llevar el sello 'Swiss Made' deben destinar un 60% del coste del aparato a componentes del país helvético -y el movimiento debe ser uno de ellos-. | | | Es innegable que la guerra arancelaria y las amenazas políticas de Trump han logrado atraer importantes inversiones de marcas de chips o de automoción, muy susceptibles de verse más afectadas por bloqueos o gravámenes. Algunas de ellas ya han comenzado a lamentarse, y no es porque los costos sean muy superiores. De repente se han encontrado con la necesidad de importar prácticamente todo porque no existe una red de proveedores que ya es prácticamente exclusiva de Asia. El ecosistema industrial ha desaparecido, incluso muchas materias primas ya ni se extraen o procesan en el país. Y tampoco se encuentra mano de obra cualificada, cuyo coste resulta mucho más elevado. | | | En la fabricación estadounidense la mayor parte de la mano de obra es migrante, la que Trump quiere expulsar. Reuters | | Es cierto que la implantación de grandes marcas es un imán que acaba atrayendo a esos proveedores. Se trata de un proceso que se aprecia claramente en la automoción, cuyos productos resultan muy voluminosos. Pero en una sociedad que considera humillante el trabajo manual, en la que el éxito pasa por la obtención de un título universitario -endeudándose hasta las cejas para ello, como sucede en Estados Unidos-, y que cada vez tiene menos hijos y es más vieja, todo se complica. Tanto en la fabricación con mano de obra intensiva (la hora se paga de media a 35 dólares frente a los 2 de Vietnam), como en el caso de mano de obra cualificada. Un ejemplo: la superpotencia americana 'produce' 127.000 ingenieros al año. No es una cifra desdeñable si se compara con los 26.000 ingenieros que se gradúan anualmente en España, pero la del gigante asiático la multiplica por 12 (con tres veces la población). | | | Luego, además de los costes relacionados con la plantilla, hay que tener en cuenta los relacionados con la propia normativa, en la que, además de la legislación laboral, están asuntos como las reglas medioambientales, que también encarecen la producción. Numerosos analistas coinciden en señalar que, a nivel global, deberíamos producir allí donde sea más eficiente hacerlo, sin otras consideraciones sociopolíticas, y que las arcas del Estado pueden engordar más con aranceles que con los impuestos de industrias subvencionadas cuya aportación social, debido a la automatización, es muy limitada. Y ejemplos de proyectos industriales en los que las instituciones públicas han invertido ingentes sumas de dinero para que luego el producto ni siquiera llegue a buen puerto hay a patadas. | | | Hay opiniones para todos los colores, y cada caso tiene sus peculiaridades. La realidad es que nadie se mata por fabricar en Occidente, a pesar del 'premium' que eso puede ofrecer a la mayoría de productos. Incluso los coches eléctricos chinos importados comienzan a abrirse camino en nuestras carreteras. Un empresario me reconoció que sus productos 'Made in China' solo dejarían de ser competitivos en el mercado estadounidense con un arancel de más del 70%, y no por los rivales de la superpotencia americana sino por los vietnamitas e indonesios. «En Estados Unidos ni se producen, ni se producirán. Da igual cómo se ponga Trump. Como mucho, podrán elegir de qué país prefieren importarlos», sentenció. | | | Esto es todo por hoy. Si no hay impedimento, esta newsletter volverá a publicarse el 1 de octubre cada miércoles. Hasta entonces, espero que te haya resultado de interés. | | | | | | | | | Experto en diplomacia del GCSP | | | Zigor Aldama | | | | | | | | | | | | Zigor Aldama | | | | | | | | | | | | Zigor Aldama | | | | | | | | | | | | Zigor Aldama | | | | | | | | | | | | Zigor Aldama | | | | | | | | | | | | Enric Bonet | | | | | | | | | | | | J. Gómez Peña | | | | | | | | | | Síguenos en nuestras redes | | | | | | | | | Has recibido esta newsletter editorial como usuario de ELCORREO.COM. Si deseas dejar de recibir esta newsletter en tu cuenta de correo electrónico comercialyventas.aliperiodicos@blogger.com, puedes darte de baja utilizando el siguiente enlace: Baja. | Puedes modificar tus preferencias en cuanto a la recepción de newsletters en tu área de usuario, a la que puedes acceder desde aquí. | Puedes activar o desactivar el envío de otro tipo de comunicaciones a través del área de usuario, accediendo desde aquí. | En caso de querer ejercer tus derechos de acceso, rectificación, supresión, oposición, limitación y portabilidad, puedes hacerlo remitiendo un correo electrónico a la siguiente dirección usuarios@elcorreo.com. Para más información sobre el tratamiento de tus datos personales, consulta la Política de Privacidad. | | | | | | |
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