El hambre como arma de guerra

El análisis y las claves de la información internacional  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏  ͏ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­  

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El hambre como arma de guerra lola hierro Ahmed Qannan (a la izquierda), un niño palestino que sufre malnutrición, recibe tratamiento en un centro sanitario, el 4 de marzo en Rafah, al sur de la franja de Gaza. / MOHAMMED SALEM (REUTERS)

Gaza. He presenciado el hambre en todas sus formas durante los últimos diez años, en los que la profesión me llevó a trabajar por y para los nadies, que diría Eduardo Galeano. Y creí que ya lo había visto todo. Hasta lo de esta semana en Gaza.  Cinco meses después de los ataques de Hamás y las represalias de Israel, desde bombardeos a bloqueos de todo, los alimentos no es que escaseen: es que se han convertido en algo por lo que morir. Por lo que matar. El jueves pasado se produjo el peor desenlace de una situación en la que se mezcló la brutalidad de un ejército que ya ha demostrado ser eso, muy bruto, y la desesperación de cientos de miles de personas. Ya lo llaman “la masacre de la harina”, y sucedió cuando el ejército de Israel disparó contra una multitud que recogía comida —harina, vaya—, en un camión de ayuda humanitaria y mató a al menos cien personas. ‌ Este episodio no ha sido más que la continuación de un rosario de desgracias, como que la desnutrición aguda afecta a casi dos de cada diez menores de edad, por ejemplo. Detrás del tecnicismo que acabo de soltar hay bebés, niños y adolescentes que ya no son más que huesos cubiertos de piel. Una barbarie “sin precedentes”, dicho por la propia ONU. ‌ Pero no solo las bombas y las balas matan. La privación de alimento, también, y por eso Israel lo utiliza como arma de guerra. Estados Unidos, convenientemente, ha comenzado a lanzar ayuda humanitaria desde el aire y ha intensificado sus contactos para lograr un alto el fuego. Este, que no acaba de llegar, también tiene el asunto de la comida como una pieza central de las negociaciones. La última carta sobre la mesa es la posible apertura de un corredor marítimo humanitario desde Chipre hasta la Franja. Veremos en qué queda. ‌ De momento, les dejo estos otros reportajes que no tienen que ver tanto con el hambre, pero dan cuenta del estado de la guerra. Escriben nuestros compañeros Antonio Pita y Luis de Vega: ‌ La ONU obtiene “información clara y convincente” de violencia sexual contra los rehenes en Gaza. Crece el cerco internacional contra los colonos israelíes que ejercen violencia en Cisjordania. La familia del reo palestino más destacado denuncia torturas en prisiones israelíes. ‌ EE UU. La carrera electoral en el bando republicano estadounidense nos tiene en ascuas aquí en la redacción. El otro día hacíamos nuestras apuestas: ¿Volverá Trump a la Casa Blanca? Formular tal pregunta resultaba disparatado hace no tanto tiempo, pero ahora se ha vuelto muy pertinente. Nuestros corresponsales llevan toda la semana dando cuenta de los progresos del expresidente en el campo político —en el Supermartes ha arrasado— y el judicial también. Solo con leer los siguientes titulares, de nuestros corresponsales María Antonia Sánchez-Vallejo e Iker Seisdedos, uno ve perfectamente la evolución:  ‌ Trump prosigue su paseo triunfal hacia la nominación republicana con victorias en Míchigan, Idaho y Misuri. Caída y ascenso de Trump: cómo el expresidente recuperó el poder sobre el Partido Republicano. El Supremo de EE UU da la razón a Trump y le permite presentarse a las elecciones. ‌ Pero no solo hay que mirar a Trump y los republicanos; para saber qué puede pasar en las elecciones del próximo noviembre hay que mirar hacia la frontera sur estadounidense, porque la migración se ha convertido en el tema estrella de la campaña electoral. Hasta la linde se trasladó esta semana Miguel Jiménez. ‌ Biden tiende la mano a Trump en migración desde la frontera, pero el expresidente replica: “Es la guerra”. El camino a la Casa Blanca empieza en la frontera. ‌

Banderas ucranias ondean frente a un edificio residencial destrozado en Órijiv, cerca de Robotine, en el sur de Ucrania, el 28 de febrero. / KATERYNA KLOCHKO (EFE)

Ucrania. Lleva ya un par de semanas nuestro enviado especial, Manuel Altozano, en Kiev, Zaporiyia, Robotine y unas cuantas ciudades ucranias más para contar esta guerra que suma y sigue y que cada vez es más global y más atañe a la Unión Europea. Pero vamos por partes. Por una, las crónicas del compañero Altozano sobre los avatares del frente y alrededores:  ‌ La agencia nuclear de la ONU muestra “extrema preocupación” por la seguridad en la central de Zaporiyia. Ucrania pierde posiciones en tierra mientras gana batallas en el aire. A pie, con drones ‘kamikaze’ y poca artillería: así defiende Ucrania sus avances en Robotine. La otra pata del asunto es la que atañe a la UE. Europa se pone en pie de guerra fue el contundente titular del periódico del domingo para contar que el proyecto europeo fundado para mantener la paz entre sus socios ahora se metamorfosea hacia un modelo con un fuerte foco en defensa para protegerse de amenazas externas en tiempos convulsos. Crece la tensión entre Rusia y la UE por asuntos como estos:  ‌ ENTREVISTA |  El ‘número dos’ de la OTAN: “La amenaza nuclear de Putin es un intento de intimidación psicológica más que un plan real”. La filtración de unas conversaciones del ejército alemán sobre Ucrania eleva la tensión entre Berlín y Moscú. Bruselas urge a impulsar la industria europea de defensa para rearmarse frente a la amenaza de Rusia. Otra región prorrusa de Moldavia pide ayuda a Moscú tras la iniciativa de Transnistria. Putin amenaza con armas nucleares capaces de “destruir la civilización” tras la idea de Macron de enviar tropas a Ucrania.

Un hombre pasa ante un cártel electoral en Teherán el pasado 27 de febrero. / ABEDIN TAHERKENAREH (EFE)

Irán. Otras elecciones han ocupado nuestro tiempo esta semana, más allá de las estadounidenses. Estas, tampoco exentas de polémica: las de Irán. Ganaron los conservadores, es decir: cero sorpresas. Y la abstención fue récord.  ‌ Irán condena a casi cuatro años de cárcel al autor del himno de las protestas por la muerte de Mahsa Amini. Irán confisca decenas de miles de coches de mujeres sin velo, según Amnistía Internacional. ‌ Irán no ha sido el único país con novedades —o movimientos— en su legislativo. En Senegal, por fin, se han fijado las elecciones para el próximo 24 de marzo, y en Venezuela se celebrarán el 28 de julio. China, por su parte, ha inaugurado la Asamblea Nacional Popular (el Legislativo chino) presentando una política continuista, y en Argelia, el régimen confía en ganar los comicios de finales de año.    ‌ Y no me voy sin asomarme una última vez más a las Américas y recomendar un par de historias que se las traen: ‌ Barbecue, el capo criminal de Haití: “Si el primer ministro no dimite, habrá una guerra civil, un genocidio”. Educación con fusiles: guerrilleros y narcotraficantes entregan libros y cuadernos a niños en Colombia. ‌ Muchas gracias por leernos. El jueves que viene, nuevo correo.‌ ‌ Si le han reenviado este correo, puede apuntarse aquí para recibir la newsletter de Internacional.

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