Toda la información sobre Madrid, de la mano de los reporteros de local ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏
|
Virginia López Enano | | Un momento de 'La pasajera', en el Teatro Real de Madrid. / JAVIER DEL REAL | | | |
Esta es la newsletter de Madrid. La escribimos un grupo de redactores de EL PAÍS que cada día ponemos a prueba por la vía empírica la máxima De Madrid al Cielo. La enviamos de lunes a jueves a las seis de la tarde, y los viernes, dedicada a propuestas de cultura para el finde, a mediodía. Si no estás suscrito y te ha llegado por otro lado, puedes apuntarte aquí.
Me suele pasar que, cuando voy a la ópera con alguien primerizo, me entra cargo de conciencia. ¿Le gustará? ¿Le parecerá demasiado larga? ¿Aburrida? ¿Le habré quitado las ganas de volver? Y si la música es de Verdi o de Mozart, pues todavía hay ciertas garantías, pero con una ópera como La pasajera, una de las joyas de esta temporada del Teatro Real de Madrid, me sale advertir a mi acompañante una y mil veces de que la música no es del todo fácil, por si siente el impulso de arrepentirse.
Esta vez me llevé a una amiga a la que, por fortuna, no disuadió mi advertencia. No era primeriza, pero casi. “He ido una vez al Real, pero fue hace tanto tiempo que ni me acuerdo de lo que vi”, me dijo. Y poco después me preguntó: “¿Qué me pongo?”. A esto suelo responder: “Ve normal”. Da cierta rabia que en el imaginario colectivo la ópera sea un sitio con abrigos de pieles, vestidos elegantes y esmóquines. Los hay. Es fácil ver alguna capa que otra incluso. Tampoco es para ir en chándal, pero con unos vaqueros y un jersey o camisa va que chuta. Y si alguien mira mal, que mire. Otra cosa son las funciones más especiales, como la del estreno de la temporada, por ejemplo. Ahí la etiqueta sí importa un poco más.
La (casi) primera vez de mi amiga en la ópera me sirvió también para fijarme en qué llama la atención en un primer contacto. Lo primero que hizo fue dirigirse al foso. En una ópera escenificada la orquesta se sitúa por debajo de la escena para no bloquear la visión del público y antes de la función es un batiburrillo de músicos tocando cada cual lo que le parece. Mientras el público se acomoda en sus butacas, ellos ensayan y afinan, como estudiantes repasando los apuntes segundos antes del examen. | | | | | | |
| | Amanda Majeski y Daveda Karanas en un momento de 'La pasajera'. / JAVIER DEL REAL | | | |
Asomadas al foso, le señalé las tres pantallas que enmarcan el escenario: “¿Ves eso? Allí aparecerán los subtítulos”. Es común pensar que no vas a entender nada de lo que pasa, pero los subtítulos hace tiempo que se extendieron por los teatros de ópera y permiten seguir el argumento a la perfección. Y en el caso de La pasajera, la historia nos monta en un trasatlántico rumbo a Brasil. A bordo van Lisa y su marido, un diplomático alemán. De pronto ella ve a una misteriosa mujer y su recuerdo le atormenta. Más todavía en un barco en el que no tiene escapatoria. Lisa trabajó como guardia en Auschwitz y Martha, la presencia que cree haber visto, fue una prisionera a la que ordenó ejecutar. Pero ¿murió?
Al salir, mi amiga alabó la potencia de las voces de los cantantes. Le alucinó cómo una sola voz humana pudo sobreponerse a toda una orquesta. No es raro preguntarse, aunque ella no lo hizo, si llevan micrófonos. No. Es talento, técnica y acústica de la sala. Y también le llamó la atención que un señor en la fila de atrás gritara: “Bravi”. Sería italiano, dijo. Tampoco. En la ópera el bravo no se utiliza para todo. Se usa bravo cuando va dirigido a un hombre, brava para una mujer y bravi, para un grupo.
Un par de días después, mi amiga me escribió por Whatsapp: “Oye, pregunta, ¿para mirar entradas en el Real con el descuento joven como se hace?”. Todo un éxito. | | | | | | |
|
|
| | Un joven cruza la calle en la Avenida Monte Igueldo, en el distrito de Puente de Vallecas. / JUAN BARBOSA | | | |
|
|
| | Lee sin límites las historias que hacen periodismo | Accede a todo el contenido digital de EL PAÍS por solo 1€ el primer mes*. | *Promoción válida para nuevas suscripciones | | | | | | |
| Apúntate a otras newsletters | © Ediciones El País, S.L. realiza una reserva expresa de las reproducciones y usos de las obras y otras prestaciones accesibles desde esta “newsletter” a medios de lectura mecánica u otros medios que resulten adecuados a tal fin de conformidad con el artículo 67.3 del Real Decreto-ley 24/2021, de 2 de noviembre. | Publicidad: Has recibido este boletín porque has aceptado recibir la newsletter de Madrid. Para más información, consulta la Política de Privacidad de los medios Prisa. | Borrar cuenta: Si quieres borrar tu cuenta de los medios Prisa o si quieres ejercer tus derechos puedes hacerlo por email a privacidad@prisa.com desde tu correo comercialyventas.aliperiodicos@blogger.com. | Baja total: Si tienes contraseña en EL PAÍS, puedes acceder a tu perfil para dar de baja todos los boletines o cancelar tu cuenta de EL PAÍS. | Baja boletín: Si quieres dar de baja este boletín concreto, dirigido a comercialyventas.aliperiodicos@blogger.com, puedes darte de baja clicando aquí. | | | | | |
|