¡Menuda racha llevamos! Ni una semana sin su tormenta política. Las elecciones europeas del pasado domingo, en las que se insistía en el escaso interés que despertaban en la ciudadanía, han provocado un auténtico terremoto en el tablero político de todo el continente, y donde el capítulo final aún está por escribir. Se esperaba un repunte de los partidos de la extrema derecha pero los resultados han excedido las peores previsiones, como apuntaba Claudi Pérez en Elecciones europeas: instrucciones de uso. El giro a la derecha, dice, es incontestable. Bastan dos datos: segunda fuerza en Alemania, primera en Francia. Este gráfico puede ayudarle a entender el alcance del giro que se ha producido en la Unión Europea en estos comicios.
EL PAÍS constataba el mismo domingo El avance ultra en la UE y la excepción ibérica y advertía que “la subida continental de la extrema derecha obliga al vencedor de las elecciones, el Partido Popular, a replantear su estrategia”.
Sin duda, el anuncio del presidente francés Emmanuel Macron de adelantar las elecciones legislativas a los próximos 30 de junio y 7 de julio constata el alcance del tsunami en Francia. “Macron se hace un Sánchez”, decía Político. Para EL PAÍS, se trata de La arriesgada apuesta de Macron ya que “la convocatoria anticipada de elecciones legislativas en Francia se produce cuando el partido de Marine Le Pen no para de crecer”.
Bernardo de Miguel, excorresponsal de Cinco Días y EL PAÍS en Bruselas, escribía Golpe electoral de los ultras a la UE donde asegura que “si Francia o Alemania caen en manos de gobiernos contrarios a la integración, el motor europeo quedará paralizado”.
En España, Juan Rodríguez Teruel hizo un análisis inicial de los resultados en Lecciones polisémicas del 9-J, donde apuntaba que el PSOE resiste entre la debilidad de sus socios y Alberto Núñez Feijóo tiene dificultades para consolidarse como líder de la oposición. Pero el verdadero terremoto estaba por llegar. Al día siguiente, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, anunciaba que dejaba la dirección de Sumar por los malos resultados en las últimas citas electorales. Una decisión que no ha sorprendido a Máriam Martínez Bascuñán que considera en El error de Yolanda Díaz que la forma elegida por Díaz para su proyecto político desembocó en una plataforma “sin apenas fuerza para el activismo político”. EL PAÍS en su editorial sobre la Crisis de Sumar defiende que la dimisión de Díaz como coordinadora de la coalición que fundó hace un año evidencia la debilidad de este espacio de izquierdas.
Aunque para fenómeno el de Alvise (Luis) Pérez, que de la nada se ha plantado con tres eurodiputados, entre el estupor y la alerta de las fuerzas democráticas. Un movimiento irresistible en todo caso para el análisis: desde Sergio del Molino en Alvise y el voto energúmeno, a Víctor Lapuente en El poeta y Alvise; todos buscan razones que expliquen el fuerte apoyo electoral recibido por una fuerza antisistema y desconocida. Para EL PAÍS, en Alvise, un reto para la democracia, “los 800.000 votos obtenidos por el candidato ultraconservador son una llamada de atención para todo el sistema democrático, no solo para la derecha”.
Mucho más queda por venir y analizar, me temo. Mientras, si en los próximos días no está llamado a participar en ninguna de las múltiples mesas de negociación en marcha en la política nacional, ya sea en Madrid, en Barcelona o en Ginebra, lo mismo puede encontrar un hueco para leer alguno de nuestros imprescindibles de la última semana. ¡Ánimo que no hay mal que cien años dure! |
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