Buenos días.
Su particular figura y su show "libertario" son las mercancías que publicita y vende el presidente de Argentina, Javier Milei, sin reconocer fronteras: el último mercado al que pudo exportar fue España.
En un viaje planeado para participar de una cumbre del partido ultra Vox, a último momento maquillado con un encuentro con empresarios españoles para justificar su financiamiento con fondos públicos, Milei desplegó en Madrid su habitual discurso sobre las bondades del mercado como gran organizador social y sobre el "maldito y cancerígeno socialismo”, una caracterización que, según su ideología "liberal-libertaria” o "anarco-capitalista” —así oscila la definición de él mismo—, incluye a cualquier modelo político con algún protagonismo del Estado.
El ataque de Milei contra el Gobierno del PSOE no se limitó a esa alusión, sino que también apuntó directamente contra el presidente Pedro Sánchez y tildó a su esposa, Begoña Gómez, de "corrupta”. "No saben qué tipo de sociedad y país puede producir el socialismo y qué calaña de gente atornillada en el poder y qué niveles de abuso puede llegar a generar”, abundó el mandatario ultraderechista.
Los exabruptos de Milei alumbraron un nuevo conflicto diplomático, como ya ocurrió antes, en mayor o menor medida, con sus dichos sobre otros mandatarios y figuras internacionales —una lista que, sólo por el momento, en cinco meses y medio de mandato, abarca desde el Papa Francisco y el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva hasta el mexicano Andrés Manuel López Obrado y el colombiano Gustavo Petro—.
Pedro Sánchez le exigió una rectificación pública a Milei y destacó "los lazos de hermandad que unen a España y Argentina, que ahora está presidida por un presidente que no está a la altura”. Desde Buenos Aires, la Casa Rosada respondió pidiendo que "los funcionarios del Reino de España pidan disculpas por decir que el presidente Milei consume sustancias, que somos un gobierno del odio, del negacionismo y atentamos contra la democracia”, según dijo el portavoz, Manuel Adorni. En ese contexto, el Gobierno español decidió retirar en forma definitiva a su embajadora en Argentina. Milei redobló su apuesta: "Es un disparate propio de un socialista arrogante”, declaró sobre Sánchez. "Es tan fatalmente arrogante que sobre un problema personal hace una escalada diplomática sin sentido”, dijo.
La economía argentina está en una encrucijada donde hoy empatan dos tendencias. Por un lado, la baja de la inflación, la acumulación de reservas y el superávit fiscal. Por el otro, la recesión, la suba del desempleo y la caída de salarios y jubilaciones. Ante esa tensión entre los logros de su administración y los costos que paga por ellos, a Milei las polémicas despertadas por sus declaraciones altisonantes hasta ahora le permiten mantener la centralidad política, desviar la atención de los problemas estructurales y seguir promocionando tanto su fe a toda prueba en el libre mercado como su imagen de dirigente que no acalla sus opiniones en ningún caso y dice siempre lo que se le pasa por la cabeza, sea eso lo que sea. Las mercancías que su público sigue comprando.
Les recomendamos estas otras historias de EL PAÍS América:
|