Mientras nos vamos encaminando hacia las elecciones gallegas, en la trastienda de la política se habla sobre todo de amnistías y jueces. Hoy se reúnen los 12 fiscales del Tribunal Supremo que deben decidir si piden la imputación de Carles Puigdemont por el delito de terrorismo con el que el juez García Castellón no deja de insistir para intentar evitar la aplicación de la ley de amnistía. Pedro Sánchez dice que el texto ya no se puede ampliar más, pero reconoce que quizá puedan hacerse "mejoras" en la ley de enjuiciamiento criminal que compliquen la imputación 'creativa' por terrorismo. Desde luego da la sensación de que estamos alcanzando altas cotas de creatividad jurídica, hasta el punto de que ha circulado un borrador entre esos fiscales del Supremo donde se intentaba justificar que un bloqueo de trabajadores de un aeropuerto era equivalente a detención ilegal y por tanto equivalente a terrorismo. Pero hasta el fiscal que empezó a redactar ese borrador luego vio que no se sostenía, para decepción de sus colegas conservadores que ahora quieren usarlo en su contra. Lo mismo hoy asistimos a una guerra de fiscales. Y, en primer plano, Galicia. Anoche hubo debate entre candidatos a las elecciones gallegas del 18 de febrero. No fue el debate más memorable de todos los tiempos, cosa que favorece al presidente actual, del PP, que salió vivo de una contienda contra cuatro partidos de izquierdas. Hubo algo de polémica porque en la ronda inicial de presentaciones la TVG no enfocó a Ana Pontón (BNG), la principal alternativa. Vistas las imágenes y sabiendo cómo funciona la radiación en directo en televisión, yo creo que solo fue un (importante) error, pero es verdad que soy bastante inocente para según qué cosas. Unas horas antes del debate, el CIS publicó esta encuesta que pronostica un vuelco en Galicia y le da posibilidades a un gobierno de izquierdas frente a la hegemonía del PP. |
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