Paola Zuban, politóloga y directora de la consultora Zuban Córdoba & Asociados, explica: “En los jóvenes de 16 a 30 años existe una brecha de género. A Milei lo votó el 59,10% de las personas de esa edad, 7% más varones que mujeres. Hay una brecha de género importante respecto a la ideología y votación entre hombres y mujeres que se profundiza en los jóvenes”.
“Históricamente, se estudiaba a la opinión pública desde una noción generacional, es decir, que cada generación tiende a tener comportamientos bastante homogéneos en cuanto a la política y la ideología. Entonces, ¿cómo se entiende que una misma generación es progresista en ciertos temas, pero conservadora en otros?”, plantea.
Y cita a Alice Evans, profesora de la Universidad de Stanford, que sostiene que “la Generación Z son dos generaciones, no una”, y un trabajo de Gallup que dice que, en Estados Unidos, después de décadas en las que los sexos estaban distribuidos casi por igual en visiones del mundo liberales y conservadoras, las mujeres de 18 a 30 años son ahora un 30 por ciento más liberales que sus pares masculinos. Lo mismo sucede en Alemania, España, Gran Bretaña, Polonia, Túnez, Corea del Sur, China, Brasil y más recientemente en Argentina.
“La mayoría de los fenómenos que pueden explicar esta brecha de género mundial, se agrupan en tres ejes no excluyentes”, detalla Zuban. El primero es económico: “Los países con economías en crisis, profundizadas por la pandemia, dejan Estados con altos índices de desocupación en los que las mujeres son afectadas, en mayor medida que los hombres, por trabajos precarizados y las responsabilidades de tareas de cuidados. Mientras, los hombres advierten los avances de las agendas de género como una competencia laboral aguda”.
En segundo lugar, ubica a los movimientos feministas: “Producen sociedades más igualitarias con mejoras en la educación, más mujeres en puestos de decisión y pérdida de centralidad de la religión”. Y, por último, el aspecto sociocultural: “Los efectos en mujeres y hombres de las nuevas formas de socialización que habitan espacios separados y culturas diferentes en las redes sociales”. Habla de “varones hiperconectados” que temen el avance de la igualdad, que les genera “resentimiento, odio”.
Hace años se habla de backlash como la reacción que resiste los avances: “El MeToo y la militancia por la aprobación de la IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo), abrió la puerta a los movimientos de pañuelos celestes y “salvemos las dos vidas” —asegura Zuban—. La distinción es que estos nuevos movimientos feministas son ascendentes, nacen en las bases de la sociedad y escalan a la agenda pública y política, mientras que los movimientos reactivos están organizados y financiados por organizaciones con intereses políticos, religiosos, intelectuales”.
En Argentina la brecha de género salarial llega al 30%, mientras que hay un femicidio casi a diario. Los datos parecen no llegar a los jóvenes libertarios. Zuban lo explica desde “la burbuja informativa”, “los algoritmos”, ciertas “líneas editoriales”, y “la polarización que muestra lo diferente como enemigo”. |
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