sábado, 12 de julio de 2025

La Cuarta Revolución Industrial: Una Nueva Ideología



*Ian Moll 'Industria 4.0: La ideología digital alemana' Esta obra ha sido traducida y republicada con el permiso escrito de tripleC.

 

1Dr. Öğr. Üyesi, Universidad Americana del Oriente Medio, Departamento de Artes Liberales, Calle 250, Bloque 6, Edificio 1, Egaila, Kuwait

 

ORCID: E.T. 0000-0003-3588-6086

 

Sorumlu yazar/Autor para correspondencia:

Esra Tuncay,

Universidad Americana del Oriente Medio, Departamento de Artes Liberales, Calle 250, Bloque 6, Edificio 1, Egaila, Kuwait

Correo electrónico: esra.tuncay@aum.edu.kw

 

Cita: Tuncay, E. (2023). La Cuarta Revolución Industrial: una nueva ideología. 4. Revista Boyut de Medios de Comunicación y Estudios Culturales - 4. Revista Boyut de Medios de Comunicación y Estudios Culturales, 22, 127–147. https://doi.org/10.26650/4boyut.2023.1285277


RESUMEN

"La interpretación hegemónica de la Cuarta Revolución Industrial retrata los rápidos avances tecnológicos como una nueva y audaz revolución industrial. Dado que hay poca evidencia de tal revolución en la totalidad de las instituciones sociales, políticas, culturales y económicas, a nivel local y global, el enfoque debe centrarse en cómo opera este marco ideológico para promover los intereses de las élites sociales y económicas de todo el mundo. Este artículo examina cómo Klaus Schwab, como principal intelectual del Foro Económico Mundial y los intereses que representa, formuló y difundió esta ideología. El artículo argumenta que el marco de la "Cuarta Revolución Industrial" apuntala el neoliberalismo contingente de la era posterior al consenso de Washington y, por lo tanto, sirve para oscurecer el declive en curso del orden mundial globalizado con la narrativa de un "mundo feliz".

Palabras clave: Hegemonía, ideología, Revolución Industrial, tecnología de la información, TIC, neoliberalismo, racionalidad tecnológica, Foro Económico Mundial

 

1.  Introducción

La idea de la Cuarta Revolución Industrial (4SD) parece hegemónica en este momento. Intelectuales, líderes corporativos, políticos, educadores y una amplia gama de personas, desde conservadores comunes hasta progresistas, tienden a actuar como si su existencia fuera solo eso. Hay controversia sobre esto, pero no hay duda de que es 4SD. Sin embargo, he demostrado que tal fenómeno no existe en otros lugares (Moll, 2021a). Más allá de las características definitorias de la Tercera Revolución Industrial (3SD), no hay evidencia de una gran intersección contemporánea de tecnologías digitales que transformara radicalmente los negocios, la sociedad y el poder global. Aun así, prevalecen los ideólogos de la 4SD. (El contexto de la creencia en la 4RI da forma a las prácticas e identidades de miles de millones de personas en interés de las élites económicas y políticas globales, digitalizadoras e impulsadas por la información, amenazadas por el hecho de que el orden internacional está en peligro):

Retratar el rápido desarrollo tecnológico como una nueva y audaz revolución industrial es una estrategia ideológica mucho más poderosa para aquellos que buscan movilizar fuerzas políticas, sociales y económicas para asegurar sus posiciones dominantes contra estas amenazas que un llamado quejumbroso de que realmente reviviremos y repararemos la Tercera Revolución Industrial en la que seguimos viviendo (Moll, 2021a, p.30).

Este artículo desarrolla este argumento examinando cómo funciona la ideología de las 4SD en nuestra sociedad. El artículo no dice que no vivamos en una era de desarrollo acelerado de la tecnología de la información. En cambio, argumenta que hay poca verdad en interpretarlo como una "cuarta revolución industrial".

2.  Hegemonía de los marcos ideológicos

La ideología es un sistema de creencias vagamente consistente, a menudo implícito, que funciona epistémica y prácticamente para motivar nuestras acciones e inacciones. Es un marco de visiones del mundo, narrativas, valores y normas que justifican, desafían y/o interpretan un orden social y político particular, a menudo apelando a una visión social ideal del mundo" (Neubauer, 2011, p. 213). Así, "ideología" tiene un significado positivo que se refiere al marco existencial dominante en el que entendemos la realidad y actuamos en consecuencia. Al mismo tiempo, las instituciones sociales, económicas, políticas y jurídicas, que se remontan a Gramsci, naturalizan este marco de creencia y lo embotan como ideología.

Althusser plantea tres tesis sobre la ideología:

I.  "La ideología tiene una existencia material" (1971, p.112).

II.    "La ideología representa las relaciones imaginarias de los individuos con sus condiciones reales de existencia" (1971, p. 109).

III. Así, nuestra existencia en la ideología —Althusser utiliza el término "invocación"— consiste tanto en una relación "real" como en una relación "imaginaria", vivida (Althusser, 1969, p. 233).


 

La primera afirma que la ideología está siempre presente en las prácticas materiales de un aparato social: el comportamiento tradicional, el uso del lenguaje, los hábitos y los rituales. Es el "saber hacer" el que reproduce la vida cotidiana como sentido común y se legisla. La segunda tesis reconoce que estas relaciones vividas funcionan como tergiversaciones sistemáticas en la conciencia social, especialmente en la opresión de las clases subordinadas. La tercera tesis capta la encarnación de estas prácticas e impulsos ideológicos en los seres humanos (aunque Althusser no lo expresaría en estos términos debido a su "antihumanismo teórico" - no tengo la intención de continuar este tema aquí). En todas estas percepciones, el trabajo de Althusser constituye la base para el estudio de la ideología.

Sin embargo, Althusser ha sido criticado de diversas maneras por rechazar la posibilidad de resistencia y lucha contra la ideología hegemónica (p. ej. Thompson, 1978; Salón, 1980; Soper, 1986). Su punto de vista es una explicación política pesimista de Gramsci de que las funciones regenerativas de los aparatos ideológicos de Estado prevalecen sobre la acción emancipatoria. Por ejemplo, "las pocas armas que pudieron encontrar [...] que los activistas que tratan de volverse contra la ideología, el sistema y las prácticas [...] ni siquiera comienzan a sospechar que el sistema es más grande que ellos" (1971, p.157). Los teóricos con los que trabajo aquí tienen, sin duda, muchas inclinaciones humanísticas por Althusser, pero iluminan aún más las tres tesis anteriores sobre el orden contemporáneo de la tecnología de la información.

Los científicos cognitivos Lakoff y Johnson (1980; 1999) examinan la estructura cognitiva de la ideología a través de marcos como metáforas, representaciones simbólicas y heurísticas cognitivas, que en conjunto constituyen el "sentido común" de un sistema político y socioeconómico dominante (1999, p.23 et al.). La investigación en neurolingüística muestra que estos marcos incorporados activan ciertos esquemas mentales que condicionan nuestro razonamiento y percepciones sobre cualquier tema. Nuestra política y moralidad se forman físicamente en nuestro cerebro, donde el apego neuronal las transforma en "esquemas de ejecución" de la mente. Tales marcos se activan "inconscientemente, automáticamente, como una cuestión de reflejo" (Lakoff, 2008, p.34), de ahí su función ideológica. En Metaphors We Live, Lakoff y Johnson (1980) argumentan que los marcos afectan profundamente todos los aspectos de nuestras vidas: no podemos pensar metafóricamente.

Lakoff y Johnson tienen afinidades con marxistas de principios del siglo XX como Gramsci, Adorno, Horkheimer y Marcuse, quienes analizaron cómo funciona la ideología a nivel social para ocultar a las personas las verdaderas condiciones de sus propias vidas.

Gramsci elabora la visión marxista clásica de la ideología, especialmente que el conflicto de clases inherente a las relaciones económicas de producción determina directamente "las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en resumen, las formas ideológicas en las que las personas toman conciencia de este conflicto y luchan contra él" (Marx, 1859/1977). Sin embargo, el concepto de hegemonía de Gramsci trasciende este reduccionismo económico. La hegemonía surge como la dominación política o cultural de un grupo de personas sobre otro, basada principalmente en el consentimiento de aquellos que son dominados. la creación de una visión del mundo, una visión del mundo que produce "pasividad moral y política",(Gramsci, 1971, p.333). "Intelectuales tradicionales"....

Ellos trabajan, viéndose a sí mismos como autónomos, y los "intelectuales orgánicos" del bloque gobernante trabajan deliberadamente para mantener esta visión del mundo. Lakoff y Johnson hablan en términos psicológicos del "sentido común" prevaleciente que regula nuestra comprensión del mundo cotidiano y mundano, mientras que Gramsci habla de él en términos sociales. En conjunto, la Escuela de Frankfurt (que incluye a Adorno, Horkheimer y Marcuse) propone la "racionalidad tecnológica" como la ideología de la dominación en las sociedades industriales avanzadas. Aunque este concepto se desarrolló a mediados del siglo pasado, todavía se usa ampliamente para analizar el capitalismo contemporáneo y digitalizado. En su innovador relato del capitalismo de vigilancia, Zuboff (2019) ilustra cómo los algoritmos predictivos de la inteligencia artificial monitorean y entregan a los trabajadores, consumidores y ciudadanos requeridos por el orden económico y político. Delanty y Harris (2021, p.91) describen este proceso como "racionalidad tecnológica moderna". Del mismo modo, Bilić (2018) examina el crecimiento de Google como ejemplo de la "racionalidad tecnológica del capitalismo algorítmico". Benyera (2021, pp. 69-70) sostiene que, al investigar el papel de las empresas tecnológicas en "alienar a los africanos de sus datos [...] que los mineros y recolectores de datos se han convertido en la encarnación de la racionalidad tecnológica" y son los neocolonizadores de África.

Al igual que la Europa de preguerra y posguerra en su "industria cultural", la racionalidad tecnológica transforma la vida cotidiana en un "mundo de herramientas" que organiza nuestras creencias, experiencias y pensamientos (Marcuse, 1964, p. 18). La comunidad de medios de comunicación como el cine, la radio y los periódicos (hoy en día, añadimos la televisión y las redes sociales, las formas más comunes de medios de comunicación de la historia) "enmarca" las representaciones ideológicas del mundo: "la base para que la tecnología gane poder sobre la sociedad es el poder de aquellos con la posición económica más fuerte en la sociedad. La racionalidad técnica de hoy es la racionalidad de la dominación" (Horkheimer y Adorno, 1944/2002, p. 95, énfasis mío). Mitos como el de las 4D se ejemplifican social y psicológicamente como un marco ideológico hegemónicamente funcional.

3.  "El marco de la Cuarta Revolución Industrial

Klaus Schwab (2016) se unió al discurso global sobre la economía del conocimiento digitalizada al introducir el concepto de 4SD en el Foro Económico Mundial (FEM) en Davos en enero de 2016. Por supuesto, la mayoría de sus ideas no eran suyas. La iniciativa estratégica del gobierno alemán de 2011 para aumentar la digitalización en la fabricación es Industrie 4.0 (Fuchs, 2018; Reischauer, 2018). Fuchs (2018) llama a esto la "Ideología Digital Alemana" y complacerá a aquellos lo suficientemente mayores como para reconocer la fe. En 2015, la Cumbre Mundial del Desempleo Tecnológico fue "... robótica, inteligencia artificial, impresión 3D y otras innovaciones con un enorme potencial disruptivo] para crear crecimiento sin empleo y tecnologías disruptivas que supuestamente crean desempleo en todo el mundo" (Peters, 2017, p.1).

Sin embargo, Schwab llevó a cabo un notable golpe ideológico con una serie de metáforas que describen la revolución imaginaria. Gillwald (2019) lo describe como "uno de los grupos de presión e influencia política más exitosos de nuestro tiempo....


 Este marco ya está bien establecido. Esto es extremadamente implícito, pero permítanme tratar de hacerlo explícito. Funciona como una fórmula:

I.  Enumere de 7 a 15 tecnologías, la mayoría de las cuales son digitales, que suenan inteligentes, nos hacen sentir anticuados y nos hacen mirar hacia el futuro con admiración. Aunque no sean innovaciones del siglo XXI, decláralas así.

II.  Declarar que existe una convergencia asombrosa y sin precedentes entre estas tecnologías.

III.  Sugiera que producen cambios que alterarán y transformarán todas las áreas de nuestras vidas.

IV.  Aborda cada una de las revoluciones industriales anteriores como un ejemplo de lo que está presente.

V.  Nombra una o dos tecnologías o fuentes de energía clave de revoluciones industriales anteriores. Las recomendaciones comprobadas son la máquina de vapor para 1SD; Motor de combustión interna y/o electricidad para 2SD; Ordenadores y/o energía nuclear para la 3RI (podrías haber mencionado Internet en el punto 1, así que evítalo aquí).

Schwab establece el estándar él mismo:

4SD no se parece a nada que la humanidad haya experimentado antes. […]Considere la asombrosa intersección de los avances tecnológicos emergentes, que abarcan campos de gran alcance como la inteligencia artificial, la robótica, el Internet de las cosas, los vehículos autónomos, la impresión 3D, la nanotecnología, la biotecnología, la ciencia de los materiales, el almacenamiento de energía y la computación cuántica [...]Se potencian y refuerzan mutuamente en una fusión de tecnologías a través de los mundos físico, digital y biológico [...] La primera revolución industrial [...]

fue desencadenada por la construcción de ferrocarriles y la invención de la máquina de vapor [...] La segunda revolución industrial [...] hizo posible la producción en masa, apoyada por el advenimiento de la electricidad y la cadena de montaje. La tercera revolución industrial comenzó en la década de 1960. A menudo se la conoce como la revolución informática o digital porque ha sido catalizada por el desarrollo de los semiconductores, la informática central, la computadora personal e Internet [...] Creo que la 4RI será tan poderosa, efectiva e históricamente significativa como las tres anteriores" (2016, p.7; 11; 13, subrayo).

Otros ideólogos de la 4SD repiten el mensaje:

  "La 'cuarta revolución industrial' capta la idea de la convergencia de las nuevas tecnologías y su impacto acumulativo en nuestro mundo. La inteligencia artificial puede generar diagnósticos médicos [...] Los robots pueden producir coches de forma más rápida y precisa [...] Los vehículos autónomos cambiarán el flujo del tráfico [...] La primera revolución industrial duró de 1760 a 1840 y se resumió en la máquina de vapor. Este último comenzó a finales del siglo XIX e hizo posible la producción en masa. El tercero comenzó en la década de 1960 con la computación central y los semiconductores. El argumento a favor de una [cuarta] categoría [...] es persuasivo. Las nuevas tecnologías están evolucionando a una velocidad, amplitud y profundidad exponenciales" (Harvey, 2017).


 

   "Las tres primeras revoluciones industriales se caracterizaron por los avances tecnológicos, pero no al ritmo de la actualidad. [...]Esta nueva revolución se trata de trascender las fronteras. [… Internet, que está más extendido y es móvil, se caracteriza por sensores más pequeños y potentes [...] y la inteligencia artificial y el aprendizaje automático [... o] incluye la secuenciación de genes, la nanotecnología, las energías renovables y la computación cuántica. […] Lo que hace que la 4SD sea fundamentalmente diferente de las revoluciones anteriores es la fusión de estas tecnologías y su interacción en los dominios físico, digital y biológico" (Kayembe y Nel, 2019, pp. 81-82).

El número de estas transferencias en la cadena de mensajes es constante. La ideología de la 4SD es aparentemente hegemónica.

4.  "El establecimiento de la Cuarta Revolución Industrial como ideología

El viaje anual del Foro Económico Mundial a Davos reúne a la élite económica mundial: pesos pesados corporativos, jefes de Estado, intelectuales mundiales y sus séquitos. El WEF enmarca esto como una creación de redes "para un futuro más inclusivo, cohesivo y sostenible" (WEF, 2021). La armonía que busca es, por supuesto, la armonía ideológica. Tuvo éxito en 2016. Los líderes mundiales se han ido a casa con una fórmula que convencerá a sus súbditos, votantes, clientes o clientes de que estamos al borde de un orden completamente nuevo. A partir de entonces, la idea de que la 4SD estaba por llegar se convirtió en hegemónica en el discurso social, político y económico de todo el mundo.

Schwab (2016) explota con éxito nuestra racionalidad tecnológica interiorizada. Esto explica la velocidad, el tamaño y el alcance sin precedentes de la 4SD. Que la tasa de cambio sea exponencial, no lineal; La fusión de múltiples tecnologías es más amplia y profunda que nunca, y el impacto de los sistemas se extiende ahora a toda la sociedad y a la economía mundial (2016, pp. 8-9). Por lo tanto, "la disrupción y la novedad [...] más rápido que nunca" (p.14). Al mismo tiempo, Schwab rechaza gran parte de nuestra experiencia en este tema: "Soy muy consciente de que algunos académicos y profesionales ven los desarrollos que estoy viendo solo como parte de la tercera revolución industrial" (p.8).

Piensa en algunas de las especialidades que pasa por alto. La primera es la aportación del sociólogo español Manuel Castells, considerado el principal teórico de la sociedad red surgida en los años setenta, "cuya estructura social consiste en redes impulsadas por tecnologías de la información y la comunicación basadas en la microelectrónica" (Castells, 2004, p. 3). Castells (2000) muestra que en los años noventa el mundo entero estaba organizado en torno a sistemas de información en red. Sin embargo, el papel fundamental de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en red es un "arma de doble filo" (Castells, 1999, p. 3): algunos países están acelerando el crecimiento económico mediante la introducción de sistemas económicos digitales, pero los que no lo hacen están cada vez más marginados; "Sus retrasos se están acumulando" (1999, p. 3). Castells, "la otra cara de la era de la información: desigualdad, pobreza, miseria y exclusión social" (1999, p. 7), todo lo cual es ahora el legado creciente de la economía globalizada del conocimiento.

Evidentemente, Schwab fue influenciado por Castells. Sin embargo, solo cita a Castells una vez (Schwab, 2016, p. 86). El problema de Schwab es que a Castells no le interesa la validez ideológica de las "revoluciones industriales". La investigación empírica de este último no demuestra una transformación digital fundamental de la sociedad en la era contemporánea.

Otro experto que Schwab ignora es Jeremy Rifkin. Rifkin (1995; 2011; 2014) llevaba tiempo escribiendo sobre los lugares de trabajo en los que los robots habían asumido funciones estratégicas y de gestión en la producción económica en 2016. Hay un considerable desacuerdo entre ellos. Rifkin no cree que estos cambios drásticos asociados a las TIC constituyan una 4SD. En 2016, Rifkin argumentó que el WEF había "fallado" con la intervención de la 4SD. Desafió la afirmación de Schwab de que la fusión de sistemas físicos, procesos biológicos y tecnologías digitales es un fenómeno cualitativamente nuevo:

La naturaleza de la digitalización [...] radica en su capacidad para reducir los sistemas de comunicación, visuales, auditivos, físicos y biológicos a pura información, que luego puede reorganizarse en vastas redes interactivas que funcionan como ecosistemas complejos. En otras palabras, es la naturaleza interconectada de la tecnología de digitalización lo que nos permite trascender las fronteras y "difuminar las líneas entre los dominios físico, digital y biológico". El modus operandi de la digitalización es la "interconexión y el trabajo en red". Esto es lo que la digitalización ha estado haciendo durante décadas con una complejidad cada vez mayor. Esto es lo que define la arquitectura de la Tercera Revolución Industrial (Rifkin, 2016).

Rifkin rechazó además la hipótesis de Schwab sobre la cobertura de la velocidad-tamaño. Ha demostrado que la interconexión intrínseca de las tecnologías de información en red y la continua disminución exponencial de los costos de la tecnología digital han producido cambios consistentes en "velocidad, alcance e impacto en el sistema" (2016) durante casi 35 años. La creencia de Schwab de que se trata de una "nueva revolución" (2016) es una clara falacia.

En términos políticos prácticos, en Davos de 2016, Schwab no necesitó ni a Castells ni a Rifkin en su movimiento para apuntalar el debilitado orden económico mundial arraigado. Al establecer el marco de las 4SD de Davos, evitó hábilmente la influencia de ellos y de otros expertos como ellos.

Sin embargo, a pesar de las repercusiones de la fórmula de la 4RI entre los creyentes posteriores a 1976, un cuidadoso análisis histórico muestra que no existe tal fenómeno como la 4RI en los tiempos contemporáneos. En la siguiente sección, resumo un argumento más profundo y sistemático expuesto en Moll (2021a; 2021b).

5.  ¿Por qué la "Cuarta Revolución Industrial" es un mito?

Los historiadores consideran que la Primera Revolución Industrial (1SD) es el arquetipo de la revolución industrial.....Proporcionan criterios para determinar si se puede considerar una revolución industrial. 1SD (ca1760-1850) fue una transformación socioeconómica fundamental, transnacional, no solo la aparición o fusión de tecnologías. Hobsbawm (1962) la describe como una transición exitosa y trágica de una economía agraria a una economía industrial, exitosa en el nivel del desarrollo industrial y trágica en términos de sus consecuencias humanas. En su centro se encuentra el surgimiento de la fábrica británica. La convergencia transatlántica de las máquinas —la desmotadora de algodón, la mula de hilado, el telar mecánico y la máquina de vapor de Watt— había aumentado radicalmente la producción de tejidos de algodón. Desde el punto de vista político y económico, el 1SD marcó el ascenso del capitalismo y el colapso de la sociedad feudal, y socialmente, implicó la formación de una clase obrera en conflicto con una burguesía cada vez más rica (Hobsbawm, 1962; Thompson, 1963; Bythell, 1983). El algodón, su principal materia prima, fue producido por mano de obra esclava, que fue crucial para la colonización económica temprana (Beckert, 2014; Dattel, 2009). El Jano de tres caras de la 1SD fue la mercantilización de los africanos, el salvajismo de los esclavos en las colonias americanas y la miseria de los trabajadores pobres en Gran Bretaña (Williams, 1944/1994).

Esta complejidad histórica conforma un marco analítico para cualquier supuesta revolución industrial. Para ser reconocido como tal, la totalidad de los cambios económicos, sociales y políticos descritos en la Figura 1 deben realizarse sustancialmente.


La 4SD de Schwab ni siquiera cumple con el criterio de revolución tecnológica, y mucho menos con los demás (Moll, 2021a; 2021b). Un examen de las "tecnologías" que a menudo se proclaman como las innovaciones convergentes de la 4SD, como la inteligencia artificial, el aprendizaje automático, la robótica y el internet de las cosas, muestra que no justifican la afirmación de una "revolución" tecnológica contemporánea:

 

a.  La Inteligencia Artificial  (IA), que no es una tecnología en sí misma, pero cuyos conocimientos se aplican en una variedad de campos tecnológicos, incluido el desarrollo de software y la robótica, constituye una gran parte de 3SD, que comenzó con el advenimiento de las computadoras digitales de alta velocidad en la década de 1950.

b.  Los robots son máquinas computarizadas que replican las acciones humanas. Desde el desarrollo del primer robot industrial en 1961, la tecnología robótica ha progresado de manera constante. En el año 2000, había unos 750.000 robots industriales trabajando en fábricas de todo el mundo, y en 2021, su número era de tres millones (IFR, 2021). Cabe destacar que la tecnología básica de esta clase trabajadora robótica no ha cambiado mucho en el nuevo milenio. La mayoría de los robots en las líneas de montaje no son "inteligentes", pero a partir de los años ochenta, la robótica se combinó con el aprendizaje automático para producir robots que aprenden. Los chatbots son omnipresentes hoy en día, pero evolucionaron a partir del procesamiento del lenguaje natural en la década de 1960.

c.  El aprendizaje automático se refiere a la capacidad de las computadoras para aprender y tomar decisiones como los humanos sin programación. En la década de 1950, una "red neuronal artificial" jugaba a las damas, y en 1997, una computadora venció al campeón mundial de ajedrez. A partir de 1980, la fusión de la robótica y el aprendizaje automático tomó forma: en los años noventa, se desarrollaron robots que podían "aprender lo que era mejor para ellos" (Van de Velde, 1993, p. 1). Alrededor de 2015 Si bien los logros del "aprendizaje profundo" (como el reconocimiento facial) son significativos, "convolucional Los fundamentos de las redes neuronales se remontan a la década de 1980 (LeCun et al., 2015).

d.  El Internet de las cosas (NI) consiste en dispositivos mecánicos y digitales en red que transfieren, procesan y operan con datos sin intervención humana. La tecnología no es nueva: tanto Internet como los convertidores analógicos/digitales que permiten los NI aparecieron a mediados de la década de 1960.

La conclusión obvia es que ninguna de estas llamadas tecnologías 4SD es una invención innovadora de los tiempos contemporáneos. Todas ellas son tecnologías emergentes que tienen sus raíces en las decisivas transformaciones tecnológicas del 3SD. Además, no existe una gran convergencia tecnológica actual y sin precedentes que de alguna manera supere la revolución digital. El bombo publicitario que gira en torno a la "fusión de tecnologías 4SD" está claramente modulado ideológicamente.

Tampoco hay transformaciones sociales más amplias que indiquen los profundos cambios en los procesos empresariales, las relaciones laborales, la vida social y la economía global que se esperaría encontrar si este período fuera una 4SD. El "arma de doble filo" de la 3SD —la prosperidad económica, por un lado, y el aumento de la pobreza, la desigualdad y la degradación ambiental, por el otro— es brutal.

El trabajo automatizado en fábricas y oficinas, que comenzó en la década de 1980, sigue destripando los empleos de la clase media en los países industrializados. En los países de la OCDE, en 1995, más de un tercio de la fuerza laboral consistía en personal temporal (Carnoy y Castells, 2001). La proporción de empleos de cualificación media ha caído del 42% en 2000 al 32% en la actualidad. La OCDE (2019; p.3) prevé que el empleo en el sector servicios aumentará principalmente en "empleos precarios y de baja calidad".


 

En las ciudades, las jerarquías suburbanas basadas en la clase y la raza continúan los enfoques de planificación urbana de los años setenta (Castells 2000, xxxiii; Nijman y Wei, 2020, p.2). La desilusión con el statu quo sigue creciendo, con crecientes expresiones de nacionalismo, fundamentalismo y chovinismo, así como un aumento de las políticas de identidad del siglo pasado.

A nivel mundial, la marginación y la explotación del Sur continúan. Las empresas "multinacionales" continúan deslocalizando o subcontratando para reducir los costos laborales y maximizar las ganancias. Toda la evidencia disponible sugiere que estos patrones de explotación continuarán en el futuro (OIT, 2019a). Muchos países africanos que se encuentran entre los más pobres del mundo (Koop, 2021) se ven obligados a proporcionar la mano de obra más barata para competir en el mercado de la deslocalización (Barrett y Baumann-Pauly, 2019).

El contexto social del mundo sigue siendo el de la 3SD, y no hay muchos cambios a la vista. Si se tienen en cuenta los cinco criterios analíticos establecidos anteriormente, no hay nada como otra revolución industrial que tenga lugar más allá de la tercera. El mundo feliz de Schwab simplemente no existe.

6.  ¿Cómo funciona la ideología de la "Cuarta Revolución Industrial"?

Sin embargo, la ideología sigue reciclándose, convenciendo a muchos de que las tecnologías de la información en red (tecnologías 3SD modernas) han adquirido características poderosas, nuevas y convergentes que pueden acabar con la desigualdad, el desempleo y la pobreza. Este anuncio de convergencia tecnológica sin precedentes se considera el elemento socialmente más significativo de la narrativa de las 4SD (Morgan, 2019, p.374-375). Schwab habla de una "asombrosa combinación de avances tecnológicos emergentes" (2016, p.7). Un grupo de expertos de las Naciones Unidas ha argumentado que "la combinación de tecnologías digitales y tecnologías similares a la naturaleza [...] promete posibilidades sin precedentes y antes inimaginables" (ONUDI, 2019, p.1). Marwala (2020) afirma que "a diferencia de las revoluciones industriales anteriores, la 4SD no se basa en una sola tecnología, sino en la agregación de múltiples tecnologías innovadoras" (todas las subrayo). El papel de estos intelectuales parece ser el de reformular la narrativa ideológica del sistema de "libre" mercado en red como la recopilación, transmisión y uso de datos a través de combinaciones operativas de tecnologías:

La doctrina de la revolución de la información [...) se ha convertido en un componente indispensable de la reorganización masiva de las sociedades capitalistas centrada en la introducción de nuevas tecnologías. Una teoría de la inevitable revolución de la información, formulada y apoyada dentro de los think tanks, institutos de política, laboratorios, departamentos gubernamentales y circuitos de consultoría de los centros más poderosos y prósperos de la economía mundial capitalista, proporciona la justificación para esta reestructuración, legitima la agitación social y aconseja un futuro brillante (Dyer-Witheford, 1999, p.37).


 

Es difícil pensar en una mejor descripción de la intervención de Schwab en 2016. A lo largo del texto de 2016, declara con frecuencia que "cree" en la 4SD, y cada momento es un punto de inflexión en su argumento. El tono cuasi religioso no parece casual. Gramsci habla de la "religión de los intelectuales" para captar el significado de lo que un intelectual, en este caso un intelectual orgánico de las clases dominantes, expresa la ideología hegemónica como un sistema interpretativo cognitivamente elaborado que resuena en los pensamientos y comportamientos de la gente común (Gramsci, 1971, pp. 325-326).

La realidad es que este marco ideológico de una economía global impulsada por las TIC encarna y oscurece la política neoliberal contemporánea. Sutherland argumenta que "la 4SD es una bandera atractiva para girar en torno a una visión elitista y neoliberal del futuro de la fabricación" (2020, p.246)- La tarea del WEF es persuadir a los gobiernos para que inviertan en nuevas tecnologías y sistemas de fabricación. El Foro Económico Mundial también debería ayudar a mitigar los impactos socioeconómicos nocivos para apoyar la economía mundial en crisis.

7.  El neoliberalismo y sus ideologías

El neoliberalismo es un modelo de política basado en la transferencia del control de la economía del sector público al privado. Enfatiza el capitalismo de libre mercado y los límites a la regulación y el gasto del gobierno. Harvey lo define como una doctrina que "la utilidad social debe maximizarse maximizando el alcance y la frecuencia de las transacciones en el mercado" (2005, p.3). Está estrechamente relacionado con la globalización socioeconómica. En la década de 1980, el "consenso de Washington" estableció un régimen global de "libre comercio" que integraba los mercados y la asignación de recursos. Los Estados-nación han sido reorganizados para facilitar la competencia internacional. El Banco Mundial y otros "estados supranacionales" —el núcleo de un "gobierno mundial de facto" (Chomsky, 1999, p.20)— son conocidos por imponer este régimen a través de programas de "ajuste estructural".

Desde la década de 1970 ha existido una relación estructural profunda e histórica entre la globalización, la ideología neoliberal y la proliferación de las TIC en red. La principal contribución teórica de Castells ha sido la comprensión de estas ideologías y prácticas mutuamente productivas tal y como constituyen la 3SD. La visión de Harvey considera que los cambios tecnológicos "se alejan de la producción y la formación de infraestructura [...] Cierto] hacia la financiarización impulsada por el mercado [... y por lo tanto] que la tecnología de la información es la tecnología exclusiva del neoliberalismo" (Harvey, 2005, p.157-158).

Algunos autores sostienen que este estrecho abrazo entre neoliberalismo y TIC ha sido históricamente contingente (Arrighi, 1994; Pellizzoni e Ylönen, 2012) sugieren que "la revolución digital tiene la desgracia de surgir en una era neoliberal" (Kozul-Wright, 2018). La idea de que las tecnologías se unan parece implicar que las tecnologías serán contingentes. Sin embargo, en mi opinión, este sentido de encuentro histórico fortuito hace que el caso sea tan fuerte, que la evidencia empírica de Castells de una identidad entre la economía global impulsada por las TIC y la ideología neoliberal ilustra más que una mera contingencia histórica. En las tres revoluciones industriales, las tecnologías tuvieron que confluir.


 

Volviendo a las afirmaciones de Schwab, la ONUDI y Marwala de que la 4SD era de alguna manera única en este sentido, está claro que son muy engañosas: el aspecto tecnológico revolucionario de la 1SD fue la convergencia transatlántica de las máquinas de hilar y tejer y la máquina de vapor de Watt. La convergencia sistemática de tecnologías fue esencial para las líneas de montaje de la fábrica de la Segunda Revolución Industrial (2SD) (Jevons, 1931). Internet en 3SD es una tecnología de convergencia de tecnologías que permite la fusión de múltiples tecnologías digitalizadas. Las afirmaciones sobre las convergencias de las 4SD son aparentemente el trabajo de intelectuales orgánicos que hacen su trabajo: "pueden proporcionar ejemplos que se multiplican para cubrir casi cualquier actividad en la sociedad" (Morgan, 2019, p.374).

En su reciente análisis del neoliberalismo, Castells (2018) reconoce la lógica fragmentada de las redes globales, el capital y las personas. Esto es lo que omiten las metáforas de la convergencia tecnológica: "el profundo movimiento de rebelión de masas contra el orden establecido en el mundo contemporáneo" (p.36-37). Recientemente, ha sido irónico que cuanto más personas están conectadas a Internet, menos pueden acceder a los nodos de poder de Internet (redes de poder globalizadas en la sociedad de la información). Esto produce movimientos sociales que pueden desafiar los aparatos del poder corporativo siguiendo lógicas de red digitalizadas. En cierto sentido, las conexiones entre la globalización y el neoliberalismo, por un lado, y los sistemas de información interconectados a nivel mundial, por el otro, están empezando a desentrañarse, casi volviéndose más contingentes.

Desde principios de la década de 2000, el neoliberalismo se ha enfrentado a crisis cada vez mayores. Stiglitz (2015) lamenta la desconfianza en el mercado, las élites y la ciencia (económica) producida por el "gran engaño" del neoliberalismo durante 40 años, es decir, el "gran engaño" de que la prosperidad económica "gotea" a los pobres. Denuncia la "mentira" de que la prosperidad económica requiere que los trabajadores se conformen con salarios más bajos (Stiglitz, 2019b). En una línea similar, Harvey sostiene que "el logro fundamental de la neoliberalización [...] está redistribuyendo la riqueza y el ingreso en lugar de crearlos" (2005, p.158).

El colapso mundial de 2008-2009 y la actual pandemia de Covid-19 son dos de una serie de crisis a las que se enfrenta la ideología dominante del libre mercado. Según Stiglitz (2019a), "el neoliberalismo debe ser declarado muerto y enterrado". Sin embargo, a pesar de los elogios de Stiglitz a los análisis neoliberales del declive, el debate económico contemporáneo es menos rígido sobre este tema (Aalbers, 2013; Mirowski, 2014; Davies, 2016; Ostry, Loungani y Furceri, 2016). Se dice que la intervención del WEF en 2016 demostró que "la práctica neoliberal [...] puede resurgir y resurgir de formas nuevas e inesperadas" (Aalber, 2013, p.1083).

8.  El futuro del trabajo

En ninguna parte es esto más claro que en la ideología de que 4SD promete una ganancia neta de nuevos puestos de trabajo como resultado de la automatización del trabajo. El Informe sobre el Futuro de los Empleos 2018 del WEF predice una pérdida de 75 millones de puestos de trabajo, pero nos asegura que el cambio en las relaciones laborales entre humanos y máquinas creará 133 millones de nuevos puestos de trabajo humanos: 58 millones de ganancias netas (WEF 2018, viii). Gillwald (2019) sostiene que tales pronósticos están "llenos de convicción futurista y fantásticos pronósticos económicos de crecimiento exponencial y creación de empleo [...] Parece proporcionar una hoja de ruta lista para un futuro incierto". En su intervención de 2016, Schwab se cuidó de no hacer afirmaciones tan exageradas: también lo fue el Informe sobre el Futuro del Empleo 2016 (WEF, 2016). Por ejemplo, Schwab advirtió:

La principal incertidumbre tiene que ver con el grado en que la automatización reemplazará a la mano de obra: [...] hay quienes creen que los trabajadores desplazados por la tecnología encontrarán nuevos empleos, y [...] que la tecnología marcará el comienzo de una nueva era de prosperidad, que a gran escala [...] conducirá al desempleo tecnológico. La historia muestra que el resultado probablemente estará en algún punto intermedio (2016, p.37-38).

Para 2018 y 2019, sin embargo, esta cautela parece haber sido barrida por las conversaciones en los foros del WEF sobre la creación de una cantidad significativa de puestos de trabajo: "La inteligencia artificial y la robótica en última instancia crearán más puestos de trabajo, no menos. […] No habrá escasez de puestos de trabajo, pero –si no damos las medidas adecuadas– habrá escasez de talento cualificado para cubrir esos puestos de trabajo" (Kasriel, 2019).

Estas afirmaciones triunfantes son difíciles de entender cuando se leen en conjunto con las estadísticas de empleo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) (o las publicadas por la OCDE y el Banco Mundial). Estas estadísticas revelaron una disminución constante del empleo estable después de la crisis económica mundial de 2015 y se explican en parte por la adopción continua de la tecnología en el lugar de trabajo. En 2016, 197 millones de personas no podían encontrar trabajo, 27 millones por encima de los niveles anteriores a la crisis (OIT, 2016, pág. 3). En 2017 se registró un aumento del desempleo de 3,4 millones, lo que elevó el total a más de 201 millones, ya que "el ritmo de crecimiento de la fuerza laboral superó la creación de empleo". (OIT, 2017, p.6). En 2018, las cifras de desempleo mundial se estabilizaron. Sin embargo, el empleo en el sector manufacturero ha disminuido en general como resultado de la automatización del empleo y la "desindustrialización temprana" (OIT, 2018). Un número cada vez mayor de personas se ve empujado a un empleo precario (o "subempleo") en el sector de los servicios: la OIT describe este tipo de trabajo como una "escasez de trabajo decente" (2016, p. 19; 2019b, p. 31). En el período previo a 2018, el 50 % de las personas empleadas en los "países en desarrollo" y el 80 % en los "países en desarrollo" tenían esos empleos vulnerables (OIT, 2017). En 2019, de los 3.300 millones de personas empleadas en todo el mundo, casi 2.000 millones (61%) trabajaban en el sector informal y "carecían de bienestar material y seguridad económica" (OIT, 2019b, pág. 1). Para decirlo sin rodeos, vivían en la pobreza a pesar de que tenían trabajo. Todo esto fue antes de la COVID-19, pero en 2020 la pandemia provocó una pérdida de empleo mundial sin precedentes de 114 millones de puestos de trabajo (OIT, 2021, p.2).

El Covid 19 no es la única causa de la profundización de la crisis mundial del "desempleo". Los rasgos estructurales del neoliberalismo revivalista también están en juego. Jones (2021) muestra que desde el siglo XIX hasta hace poco, la mayoría de las personas en el mundo dependían del salario. En la actual "economía gig", los empleos estables de clase media y, por lo tanto, los salarios estables han disminuido. Un número cada vez mayor de personas se encuentra con un "empleo y desempleo florecientes en medio de las ruinas del crecimiento industrial....

...en la zona entre la vida remunerada y la no remunerada" es una función de la economía global digitalizada (Jones, 2021, p.25). Además, los países del Sur Global tienden a estar más marginados, en parte como resultado del aislamiento internacional provocado por la pandemia. Ya sea volviendo a las fábricas automatizadas o externalizando a la "nube" "en casa", el empleo se limita cada vez más a la élite (Jones, 2021, p.28; Moll, 2021a, p.28; Studley, 2021). La pérdida de empleos está aumentando, tanto en el centro como en la periferia del capitalismo globalizado.

La razón de la discrepancia entre la visión optimista del WEF sobre el empleo y las frías y rígidas estadísticas de la OIT se hace evidente después de algunas investigaciones sobre la metodología de los informes del WEF, que están ocultas en los apéndices. Si el objetivo es producir informes generalizados sobre el "futuro del empleo" global, entonces cada una de las muestras de investigación del WEF está sistemáticamente distorsionada y no es representativa. Sus investigadores entrevistaron a altos ejecutivos de empresas sobre listas de deseos de empleo optimistas, idealizadas y orientadas al futuro en sus propias empresas, y diseñaron su codificación de estos datos como conclusiones generales y universalmente válidas sobre el "futuro de los empleos". Parece inevitable que estos informes también sirvan para ocultar las continuas pérdidas de empleos ideológicos, el declive de las clases medias y la erosión del trabajo decente en la economía digital mundial. El neoliberalismo está tratando de remodelarse ideológicamente.

9.  Resistencia a la ideología de la "Cuarta Revolución Industrial"

Anteriormente he destacado la teorización humanista de la ideología a través de los estratos psicológicos, políticos y culturales de Lakoff, Gramsci y la Escuela de Frankfurt, respectivamente. Todos estos teóricos tienen fuertes orientaciones teóricas y activistas para superar la dominación ideológica. Es bien conocida la visión de Gramsci sobre la posibilidad y la necesidad de la lucha contra la hegemonía. Los críticos olvidan que la presa de Lakoff es la lingüística cultural, donde el lenguaje articulado cambia constantemente en la lucha política y, por lo tanto, necesita concretarse en nuevas formas de vez en cuando. Su obra política, que expone los marcos metafóricos dominantes del trumpismo, es evidencia de la lucha ideológica inherente a su obra (Lakoff, 2016). Por último, en la propia Escuela de Frankfurt hay fuertes compromisos en el concepto de crítica ideológica hacia la lucha cultural e ideológica contra la dominación, por ejemplo. Como la crítica de Erich Fromm (1961) a la "falsación del marxismo" de Althusser y, de hecho, el trabajo posterior de Marcuse (1969; 1972).

Si bien examinar en detalle las luchas contra la noción de 4SD no está dentro del alcance de este artículo, debe señalarse que la crisis en curso del neoliberalismo ofrece oportunidades antihegemónicas y antiglobalización: "el crecimiento de vínculos transnacionales [que] podrían usarse potencialmente para construir una distribución más equitativa de la riqueza y el poder" (Evans, 2019, p. 550). Existe una fuerte tradición de activismo "antiglobalización" en el Foro Social Mundial (FSM) y en torno a él, las reuniones anuales de Davos, entre otros. El FSM fue fundado originalmente para oponerse al FEM, especialmente a su neoliberalismo y al "imperialismo en todas sus formas" (Wallerstein, 2004, p.629). En esta tradición, Naomi Klein, 2016 4SD


 

Trata cada uno de los "grandes temas" del WEF de manera similar, definiendo su tema de la siguiente manera:

No es un esfuerzo serio para resolver realmente las crisis que describe. Más bien, es un intento de crear una impresión razonable de que los grandes ganadores de este sistema están a punto de dejar voluntariamente de lado la codicia para resolver las graves crisis que desestabilizan radicalmente nuestro mundo. Porque si nuestros amos corporativos pueden crear esta impresión, es menos probable que escuchen el creciente coro que insta a los gobiernos a hacer lo necesario para combatir realmente la pobreza, el desempleo, la alteración climática y la corrupción de la información cada vez mayores (Klein, 2020).

No toda la literatura que ha surgido, o todo el activismo, tiene una visión tan fuerte como Klein. Sin embargo, hay claros indicios de que la aparentemente gigantesca 4SD puede romperse ante las crisis actuales, lo que podría llevar al uso contrahegemónico de las TIC en el futuro. Como podría haber dicho Gramsci, el campo de lucha no es la 4SD; Es la 3SD, en la que se manifiesta la ideología de la 4RI, que se está profundizando y llena de crisis.

10.  Sonuç

La interpretación ideológica de las 4D no logra comprender por completo la complejidad y el significado de lo que realmente es una revolución industrial. Reduce la idea de "revolución" a la innovación tecnológica y desvía la atención de la marginación de lo que ahora se está convirtiendo rápidamente en la mayoría de los pueblos del mundo. Bajo la influencia de la ideología de la 4SD, las personas perciben el cambio social como el producto del progreso tecnológico, no de la voluntad social y política. Como dice Marcuse, "la racionalidad tecnológica revela su carácter político al convertirse en el gran instrumento de una mejor dominación, creando un universo verdaderamente totalitario en el que la sociedad y la naturaleza se mantienen en un estado de movilización constante para defender este universo". (1964, p.18).

Este artículo argumenta que la ideología de la 4SD sirve para posicionar, o incluso reposicionar constantemente, una estrecha relación entre el neoliberalismo y las TIC en red en interés de las élites gobernantes del mundo. La realidad es que se trata de una globalización en curso y de "tensiones entre quienes la impulsan y se benefician de ella y quienes son marginados por ella y a menudo se resisten a ella" (Moll, 2021a, p.29). El discurso de las 4SD en manos del WEF promueve prácticas sociales que apoyan un capitalismo que "rechaza el trabajo de la mayoría" en lugar de un capitalismo que "implica un cambio que puede rescatar la mayoría de los empleos" (Morgan, 2019, p.371).

Los ideólogos de la 4SD, intelectuales orgánicos, siguen convenciendo a la mayoría de la gente de que la incorporación masiva de tecnologías en red está en sus intereses. Esto a pesar de toda la evidencia de que cada vez más personas están perdiendo sus empleos, la estabilidad económica, la prosperidad, el trabajo decente y el respeto por la humanidad y la diversidad. Cuando Marwala levanta el velo de la ideología por un momento, nos da una rara visión de esto:


 

Aquellos que hayan dominado las herramientas y métodos de 4SD tendrán éxito. Aquellos que no logren hacer esta revolución serán arrojados al basurero del atraso. (Citado en Tshilidzi Marwala, Wits University, 2018)

Me pregunto si entiende que al excluir a aquellos que él ve como atrasados, esto incluye no solo a la "otra mitad" de la población mundial que ha sido marginada durante mucho tiempo por la élite global (George, 1976), sino también a muchos de esos medios de la humanidad que han tenido trabajos relativamente estables y algún grado de prosperidad en el pasado relativamente reciente.

Sobre el autor

Ian Moll

In Moll es investigadora en el Centro de Investigación, Formación y Estudio (REAL) de la Universidad de Witwatersrand, Johannesburgo, Sudáfrica. A finales de 2021 se jubiló como docente del Departamento de Educación, Tecnologías de la Información e Ingeniería de la misma universidad. Sus intereses de investigación son la sociedad red, la psicología teórica, el aprendizaje y la pedagogía, y el e-learning. Es doctora en Ciencias Cognitivas y Educación por la Universidad de Ginebra. A lo largo de su carrera, ha trabajado como profesora de secundaria, profesora de alfabetización de adultos, sindicalista, Directora Regional del Departamento de Educación de Gauteng, investigadora en el Instituto Sudafricano de Educación a Distancia, profesora visitante en las Universidades de Makarere y Witwatersrand (donde fue investigadora principal de la Agenda Panafricana sobre la Integración Pedagógica de las TIC) y profesora de teoría educativa, psicología educativa y diseño instruccional en línea.


Revisión por pares: Externa independiente.

Conflicto de intereses: El autor no ha informado de ningún conflicto de intereses.

Apoyo financiero: El autor ha declarado que no recibió apoyo financiero para este estudio.

 

Revisión por pares: Revisada externamente por pares.

Conflicto de intereses: El autor no tiene ningún conflicto de intereses que declarar.

Apoyo de la subvención: El autor declaró que este estudio no ha recibido apoyo de la subvención.


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