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Luciano Canfora |
Una llamada de atención ante el resurgir del fascismo
Galde, 48, Primavera de 2025.
Luciano Canfora es catedrático emérito de Filología Griega en la universidad de Bari, en el sur de Italia. Es uno de los historiadores italianos más conocidos, no solo en el ámbito de la historia del mundo antiguo, sino también de la historia más reciente, en particular en todo lo relacionado con el fascismo y las derivas negativas de los sistemas democráticos contemporáneos. Ha sido director de la revista Quaderni di Storia desde su creación en los años setenta del pasado siglo hasta su cierre este año con su número 100. Precisamente en Quaderni di Storia fue el promotor de los debates y análisis sobre las relaciones entre clasicismo y fascismo, que supusieron un nuevo acercamiento a la historia del fascismo italiano. Recordemos la estrecha conexión del fascismo con la historia de la antigua Roma, auténtica historia nacional en Italia, con un Mussolini autopresentándose propagandísticamente como un nuevo Augusto, artífice de la paz, la estabilidad y la prosperidad en el marco de un imperio civilizatorio. Canfora aparecía en las páginas de los principales países europeos a comienzos del pasado mes de octubre cuando se hacía público que Giorgia Meloni retiraba la querella presentada contra él por haberla llamada «neo-nazi en el ánimo» durante una charla en un instituto en 2022. Liderada por una serie de colegas académicos y el diario francés Liberation se organizó entonces una intensa campaña de solidaridad con el sabio italiano. Canfora recordaba que Meloni había declarado en su discurso de investidura que ella procedía del MSI (Movimento Sociale Italiano), partido con raíces directas con el fascismo mussoliniano y cuyo nombre rememora la Repubblica Sociale Italiana, o República de Saló, fugaz última etapa del fascismo italiano (1943-1945) como Estado títere del Tercer Reich. Canfora siempre ha insistido en que neonazi no es un insulto sino una categoría política, un término valorativo, como neoliberal o neoestalinista. Autor prolífico, en 2024 ha publicado Il fascismo non è mai morto, rápidamente traducido al español. Se trata en realidad de un librito, de un panfleto en el sentido más noble del término, de un escrito de intervención política pública, un recordatorio, como nos recuerda el título, de que el fascismo no ha desaparecido en ningún momento, que ha estado siempre ahí y ahora emerge de nuevo, pujante y agresivo. Canfora advierte contra la tesis autoconsolatoria, dice, de que el fascismo fue derrotado de forma definitiva en 1945. Si una determinada expresión del fascismo pudo morir en 1945, otras se han metamorfoseado y asistimos hoy a su resurgimiento. La tesis central de Canfora afirma la pervivencia del fascismo a partir de su núcleo ideológico, centrado en el supremacismo racista basado en la exaltación de la propia nación como «comunidad natural». En el fondo se trata de un núcleo ideológico anterior al nacimiento del propio fascismo y rastreable en el mundo colonial europeo decimonónico, teorizado por autores como Gobineau y otros. Ese sería el poso a partir del cual se va conformando una ideología racista y xenófoba que encuentra su expresión hoy en uno de los eslóganes más reivindicados por las distintas fuerzas de extrema derecha, la «prioridad nacional», evidente igualmente en el MAGA trumpista, el «Make America Great Again» (Hagamos América grande de nuevo). Es interesante cómo Canfora analiza los primeros años del fascismo en Italia (1922-1926) y la responsabilidad de otras fuerzas de derecha en el afianzamiento de una deriva autoritaria que advierte ahora en las democracias occidentales, desde los intentos de controlar a la judicatura al amedrentamiento, tanto colectiva como individualmente, de la oposición o la prensa. Si eso ocurría durante el proceso decrecimiento de los fascismos, Canfora es igualmente crítico con los procesos de desfascistización tras la Segunda Guerra Mundial que, escribe, fueron superficiales e institucionales, a modo de «antifascismo de Estado», pero sin actuar contra las estructuras profundas, políticas y sociales, de los regímenes fascistas. El resultado ha sido, por ejemplo, en Europa Oriental, el resurgir de movimientos neonazis una vez desaparecido el paraguas de la URSS. No hay por qué estar de acuerdo en todo momento con Canfora, por ejemplo, en su crítica vitriólica a las fuerzas de izquierda, deslumbradas en su opinión por la entelequia del europeísmo, o en su presentación de la guerra en Ucrania como un conflicto NATO-Rusia. No obstante, su llamada de atención sobre el resurgir del fascismo y sobre la necesidad de posicionarse activamente en contra son particularmente bienvenidas.
Fuente:https://www.pensamientocritico.org/una-llamada-de-atencion-ante-el-resurgir-del-fascismo/
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