No debería sorprendenrnos ni lo más mínimo que Irán quiera fabricar armas atómicas. Porque, hasta ahora, el... ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ | | | | Miércoles 16 de abril de 2025 | | | | | La disuasión nuclear funciona | | No debería sorprendenrnos ni lo más mínimo que Irán quiera fabricar armas atómicas. Porque, hasta ahora, el régimen de los ayatolás había hecho la guerra contra sus enemigos a través de milicias proxis, como Hamás, Hezbolá o los hutíes de Yemen. Sin mancharse las manos. Así, el líder supremo Ali Jamenéi ponía en jaque a Israel -cuya legitimidad para existir no reconoce- y le buscaba las cosquillas a Estados Unidos sin necesidad de exponerse en exceso. | | Pero todo cambió en abril del año pasado, cuando Teherán decidió atacar al país hebreo con cientos de misiles balísticos y de drones, en represalia por un bombardeo israelí en la capital siria, Damasco, que acabó con la vida de varios de sus altos mandos. Por un lado, esa respuesta legitimó los ataques directos contra Irán; por otro lado, la diezma de Hamás en Gaza, la desactivación de Hezbolá en Líbano tras la operación de los 'beepers' y el daño que los bombardeos estadounidenses en Yemen han infligido a los hutíes han debilitado al régimen islámico, que también pasa por un momento delicado en los terrenos económico y social. | | | Integrismo religioso y misiles, una combinación explosiva. Reuters | Es una coyuntura desfavorable en la que Irán considera necesario hacerse con el comodín nuclear. Todo apunta a que está revitalizando su programa atómico militar y que ya ha logrado enriquecer a gran escala uranio al 60% -es necesario hacerlo al 90% para fabricar bombas atómicas-. Por eso, Donald Trump, que decidió retirar a Estados Unidos del acuerdo que prevenía el desarrollo de armamento nuclear iraní, se ha puesto nervioso y ha reiniciado las conversaciones con el régimen. | | Ante las dudas razonables existentes sobre las posibilidades de éxito que tienen esas conversaciones, tanto desde Estados Unidos como desde Israel se plantea la posibilidad de lanzar un ataque coordinado contra las instalaciones nucleares de la república islámica. Diferentes analistas me comentaban hace unos días en Tel Aviv que «se abre ahora una breve ventana de oportunidad que se cerrará en verano para lanzar ese ataque» contra lo que muchos consideran «la cabeza de la serpiente». | | Precisamente, estas amenazas son las que justifican en Teherán acelerar el desarrollo de esas armas atómicas para lograr lo que Corea del Norte ya tiene en su mano: la disuasión nuclear. Por eso, hoy nos centramos en la eficacia de esta estrategia para los regímenes autoritarios que quieren perdurar. | | Estos son los temas que abordaremos: | | | La bomba atómica como escudo del autoritarismo | | El hijo del fundador de Corea del Norte, Kim Jong-il, tuvo muy claro que la supervivencia de su dinastía comunista dependía, en gran medida, del desarrollo de armas nucleares que disuadieran a las potencias occidentales de lanzar un ataque contra el régimen. Y como sucede con Irán, también negoció durante años el desmantelamiento de su programa nuclear militar, que en 2006 confirmó su valía con la detonación de la primera bomba atómica de Pyongyang. | | Desde entonces, los Kim han llevado a cabo seis pruebas más, a cada cual más potente. Corea del Norte es ya una potencia nuclear declarada y ese estatus blinda a Kim Jong-un (nieto del fundador del país al norte del paralelo 38) en el poder. Algo similar sucede con Rusia: el hecho de que sea la mayor potencia nuclear del planeta hace que cualquier país se piense mucho lanzar un ataque, aunque sea convencional, contra su territorio. Es más, incluso disuade de ofrecer apoyo a quien Rusia invade, como es el caso de Ucrania, por el miedo a que una eventual escalada desemboque en un conflicto atómico. | | | La retórica belicista es arte urbano en Irán. AFP | El principio de la destrucción mutua asegurada pesa, pero no faltan quienes también aseguran que las armas nucleares pueden ser un seguro para la paz en algunas ocasiones. Es el caso de India y Pakistán, dos enemigos irreconciliables a los que enfrentan disputas territoriales tan antiguas como su fundación. Aunque no están oficialmente reconocidos como potencias nucleares, se sabe que ambos países cuentan con más de cien cabezas con esa tecnología. Y eso previene una nueva guerra en el subcontinente indio. | | | Propaganda institucional iraní. AFP | En el caso de Israel e Irán la balanza está descompensada a favor del país hebreo en este campo. Porque Tel Aviv cuenta con armamento nuclear, aunque nunca lo haya reconocido, y Teherán no. Es una desventaja excesiva para los ayatolás, y más ahora que sus proxis no pueden hacerle el trabajo sucio. Por eso, tanto el Ejecutivo de Benjamin Netanyahu como el de Trump coinciden en señalar que Irán «no puede obtener la bomba atómica de ninguna forma». Porque eso dificultaría -casi hasta el punto de imposibilitarlo- un ataque contra la república islámica.Así que todos están en una carrera contrarreloj. Irán sabe que el armamento atómico es su mejor escudo para no acabar como Irak o Libia y puede querer ganar tiempo con negociaciones que no van a ningún lugar para desarrollarlo. En el otro bando, el eje de Estados Unidos e Israel tiene que detenerlo como sea. De ahí que cada vez más voces pidan un ataque inmisericorde que podría tener graves consecuencias en una región ya de por sí muy volátil. | | | Deslocalizar el trabajo sucio | | Que algunos países planteen enviar inmigrantes ilegales a terceros países no es nada nuevo. Abrió la veda Reino Unido con su plan para deportar a solicitantes de asilo a Ruanda, donde se resolvería su papeleo aunque en ningún caso podrían residir en el antiguo imperio. Italia continúa tratando por todos los medios de enviarlos a Albania, país con el que ha firmado un costoso acuerdo que los jueces no paran de tumbar. En el último episodio de ese culebrón, Giorgia Meloni ha trasladado el asombroso número de 40 inmigrantes -el año pasado llegaron de forma irregular más de 66.000- al país vecino, fletando un barco de guerra para tal fin. Y la justicia podría exigir su repatriación a Italia. | | Pero nadie ha ido tan lejos como Donald Trump, que se ha aliado con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, para que acoja a los deportados de Estados Unidos en sus cárceles -famosas por albergar ahora a decenas de miles de pandilleros-. Incluso a los que son expulsados por error, como es el caso Kilmar Abrego García, un salvadoreño que el propio Trump reconoce que debería continuar residiendo legalmente en la superpotencia americana. A pesar de ello, seguirá encarcelado en el país centroamericano porque así lo han decidido los dos mandatarios en la reunión que han mantenido esta semana en la Casa Blanca. | | | Nayib Bukele y Donald Trump, dos demócratas de pro comprometidos con los vuelos de deportación. AFP | Pero, no contento con eso, el presidente estadounidense ha avanzado que quiere dar un paso más y enviar a las cárceles salvadoreñas, reconocidas por sus sistemáticas violaciones de los derechos humanos, incluso a delincuentes estadounidenses. O sea, a ciudadanos con la nacionalidad del país que dirige. «Tenemos delincuentes locales que empujan a la gente al metro, que golpean a ancianas en la nuca con un bate de béisbol cuando no miran, y que son unos auténticos monstruos. Me gustaría sacarlos del país, pero habrá que revisar las leyes al respecto», explicó. | | La una medida que propone Trump puede resultar coherente con la mentalidad que ha creado el sistema privado de prisiones de Estados Unidos, el país con la mayor población carcelaria del mundo con diferencia. Pero no solo contraviene la legalidad americana, también supone una condena para los allegados de los criminales. Porque, si son enviados a miles de kilómetros de distancia, impediría -o haría sumamente costoso- que sus seres queridos los visitasen. | | Es muy poco probable que el sistema judicial dé el visto bueno a esta propuesta, pero el mero hecho de que Trump la verbalice refleja el golpe de timón que le está dando a Estados Unidos: no solo ha dejado de ser el abanderado del libre comercio con su guerra arancelaria mundial, también va camino de seguir los pasos de las dictaduras en lo que respecta al Estado de Derecho y al respeto de los derechos humanos. | | Es todo por hoy. Espero haberte explicado bien algo de lo que está ocurriendo en el mundo. Si estás suscrito, recibirás esta newsletter todos los miércoles en tu correo electrónico. 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