Los salarios de los trabajadores de la fábrica de sal de Avan no han aumentado en los últimos 25 años, e incluso han disminuido. Los mineros que bajan 300 metros bajo tierra reciben entre 100 y 120 mil drams, no tienen seguro médico y a quienes se quejan de las condiciones de trabajo la dirección les ofrece una carta de dimisión o les amenaza con cerrar la fábrica.
"Vi sus videos de la huelga en la planta de Kajaran y me enojé". "Los salarios en la mina de sal también son muy bajos", dijo a Epress.am un empleado de la planta, que pidió permanecer en el anonimato.
Según él, uno de los empleados activos que hizo huelga en 2019 fue despedido y ahora los demás tienen miedo de denunciar sus malas condiciones.
La última huelga de mineros fue hace seis años, exigiendo un aumento salarial. Areg Ghukasyan, director de la Planta de Sal CJSC, dijo entonces que la fábrica estaba operando con pérdidas y amenazó con cerrarla por completo si había demasiadas quejas. Sin embargo, años después no se ha producido ningún cambio.
En invierno, según el minero, es un poco mejor. Llevan la sal a las regiones para verterla sobre el hielo, y por ello reciben 120 mil drams. Cuando hace calor el sueldo se reduce en 20 mil.
“Bajamos 300 metros bajo tierra, trituramos la sal y la salamos”. Es un trabajo peligroso y duro, pero con ese salario bajo, al menos tendríamos seguro médico. "Ahora los precios están tan altos en todas partes que esa cantidad no es nada", se queja el minero, quien señala que ni siquiera recuerda la última vez que le revisaron el salario.
En cambio, en 2018, el director de la Fábrica de Sal anunció que el salario medio de los empleados disminuiría de 180.000 drams a 160.000 drams.
“Hace unos días los trabajadores volvieron a quejarse y la dirección les dijo: ‘Si quieren, adelante, si no, váyanse’”, recordó el empleado de la planta.
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