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Toc, toc. ¿Hay alguien ahí?
Quizá ya lo sepan, pero el Ayuntamiento de la capital ha anunciado un concurso de ideas con el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) para renovar la plaza del Dos de Mayo, corazón de Malasaña, comúnmente conocida como Dosde.
Se trata de una excepción en el proceder de las administraciones. Los arquitectos suelen quejarse de la falta de este tipo de certámenes en el ámbito urbanístico. Sostienen que los gobiernos, municipales y autonómicos, priman el planeamiento exprés. Ese que se anuncia y pretende finalizarse en una misma legislatura, acogiéndose a los supuestos abreviados que recoge la Ley de Contratos. Pensados para situaciones excepcionales, estos procedimientos priorizan el precio sobre la calidad de la obra, limitando además la concurrencia de profesionales por las exigentes demandas de solvencia de los equipos participantes.
El mismo COAM denunció todo esto al hilo de la nueva Ciudad de la Justicia, cuyas obras consideró “contrarias a los principios de la ley de calidad”. La corporación pidió en abril en un comunicado la convocatoria de un concurso de ideas para el edificio, pues solo estos “son la garantía de una mayor concurrencia, diversidad y calidad de propuestas”, alegaba. La Comunidad de Madrid, responsable de aquel proyecto, nunca se dio por aludida, como sí lo ha hecho el Ayuntamiento de la capital, que ahora se ha aliado con el COAM para la reforma de la plaza del Dos de mayo.
El concurso de ideas que han convocado juntos, abierto hasta el 31 de octubre, tiene por objeto el rediseño de la plaza, que ya se rehabilitó en el primer mandado del alcalde, José Luis Martínez Almeida. Entonces se mantuvo la disposición de sus principales elementos (los bancos, el parque infantil, el quiosco, las terrazas, el monumento a los héroes Daoíz y Velarde), mientras que el plan inicial de esta nueva convocatoria es reordenarlo todo. “Seguro que se presentarán muchos, y como consecuencia de esa comparación de proyectos se producirá una mejora importante de este concurrido enclave del Madrid”, dijo el decano de los arquitectos madrileños, Sigfrido Herráez, durante la presentación.
En el pasado, el Ayuntamiento ya lanzó convocatorias con el colegio para luego guardar en un cajón el proyecto ganador o alterarlo hasta resultar irreconocible. Es el caso de la reforma de la plaza de España, la prolongación de la Castellana o la rehabilitación de la antigua fábrica Clesa. Incluso la última remodelación de la puerta del Sol se basa en una propuesta de José Ignacio Linazasoro y Ricardo Sánchez que cogía polvo en dependencias municipales desde 2014, cuando resultó vencedora de un certamen. Los concursos de arquitectura son vitales para la calidad del entorno construido, pero no basta con convocarlos, después hay que respetar su resultado.
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